Doble Moral [Tododeku] - Togamichi - 僕のヒーローアカデミア | Boku no Hero Academia (2024)

Chapter 1: Capítulo 1

Summary:

Después del ataque de la Liga de Villanos hacia un preescolar, Todoroki encuentra al villano Deku y logra quedar atrapado con él.

Pero la situación se pone difícil porque Deku entra en celo.

Chapter Text

Sudoroso, con el traje arruinado y algo adolorido, pero está bien.

—Ninguno es cabecilla, capturamos un ejército de mierda inútil— Gruñe Bakugō a su lado tirando una piedra hacia el edificio que está a nada de colapsar.

Gracias a un héroe encubierto, quien había logrado infiltrarse entre los villanos, pudieron prepararse para luchar y proteger un jardín de niños, logrando evacuar a todos antes de alguna tragedia.

—¿Por qué los villanos atacarían a niños?— Cuestiona Jirō algo decepcionada por las personas que formaban parte de la liga.

Una cosa es ser malo y querer apoderarse del mundo, otra muy distinta es tener como objetivo a infantes de entre tres a cinco años.

—No les querían hacer daño, se los querían llevar para lavarles el cerebro, entrenarlos y hacer de ellos un nuevo ejército, uno más sólido, fiel y poderoso— Responde Aizawa —Es lo que nos informó nuestro agente encubierto.

Lamentablemente, a pesar de la lucha y que no haya habido heridos de gravedad o daños colaterales, todos a quienes capturaron no eran más que extras de relleno que serían un desperdicio de espacio y oxígeno en las cárceles. No eran miembros clave como Shigaraki, Kurogiri, Himiko, Dabi o... Deku.

Según el espía, Deku no revelaba su rostro a miembros "insignificantes" de la liga, pero es altamente respetado incluso por Shigaraki, es quien se encarga de los planes, los análisis y tiene la última palabra ante situaciones de emergencia. Nunca lo vieron luchar, pero siempre se mantenía al lado de Tomura o Dabi en las batallas para ser protegido.

—E-escucho algo— Murmura Kyōka, llamando la atención de todos —¿Alguien sigue adentro del nido?

—Probablemente...— Le resta importancia Aizawa.

—Parece débil, sus pasos son lentos...

—Iré a verificar, puede que alguien más haya resultado herido— Shōto quien fue el menos herido se ofrece como voluntario, Katsuki está demasiado aburrido como para ir y el resto parece ocupado también.

—Déjame acompañarte— Jirō camina a su lado y ambos se internan a la escuela.

Por dentro se puede ver el desastre de la batalla anterior, paredes quemadas, carpetas rotas, ventanas hechas añicos y pisos explotados.

—Está por allá— Avisa la mejor amiga de su novia después de conectar su auricular a la pared, el alfa asiente y camina en la dirección indicada.

Ambos ingresan a una oficina, de seguro es la del principal, mas no parece haber alguien ahí.

—¿Hola?— Pregunta Earphone Jack, confundida. No hay manera de que su particularidad falle, ahí debería haber alguien, de hecho el aroma reciente delataba que en efecto, hay o hubo presencia de una persona.

Conecta nuevamente su auricular a la pared y guarda silencio, hasta que lo capta, es una respiración agitada.

Le hace una señal a Shōto para que se fije bajo el escritorio.

El bicolor obedece, conforme rodea la mesa puede notar unos zapatos en el espacio libre seguido de piernas hasta dar con el cuerpo de una persona hecha bolita, intentando ocultarse.

—A-ayuda...— Murmura el desconocido abrazando sus piernas, ocultando su rostro entre sus rodillas.

—¿Eres profesor de esta escuela? ¿Te lastimaste durante la pelea?— Pregunta arrodillándose para intentar darle seguridad al chico.

—Mi celo...— Murmura haciéndose más pequeño —Estoy cerca de tener mi celo.

Shōto levanta la vista para conectarla con Kyōka, ella asiente.

—Tengo unos supresores en mi bolsa, la tiene Dynamight, llevémoslo y...

—No me moveré de acá— Interrumpe el chico, aferrándose más a sí mismo.

—Iré por ellos, quédate con él, Shōto— Demanda la alfa corriendo hacia afuera, dejando al héroe con el chico.

—¿Necesitas algo más? ¿Llegaste a hacerte daño?

—Espacio— Murmura —Necesito e-espacio, hace calor.

—Sí, lo siento.

Todoroki se incorpora y camina hacia el otro lado de la oficina, dándole el espacio que el omega pedía.

—¿Ya estás libre, Kurogiri?— Dice de repente el peliverde, Shōto ladea su cabeza, confundido, ¿Con quién hablaba?—Entonces deja de jugar y abre el maldito portal justo en donde me dejaste.

Entonces se da cuenta.

El chico es otro villano, y lo nota en el momento en que un portal se abre en la pared y este parece salir del escritorio para correr a él.

—¡Earphone Jack, el chico es un villano!— Toca su intercomunicador mientras congela el suelo y provoca la caída del omega, que gruñe.

—Maldita sea...

El omega entonces da un salto a la mesa listo para lanzarse al portal, Shōto logra reaccionar y cuando el omega ingresa, no tarda en seguirlo, entrando con él.

—Deku, no me jodas, ¡¿Qué demonios hace un héroe acá?!— Grita Shigaraki al verlos.

Izuku frunce el ceño dándose la vuelta para enfrentar a Shōto.

Kurogiri rápidamente hace otro portal en el suelo, haciendo que ambos, héroe y villano, caigan en él.

—Kurogiri...— Gruñe Tomura, el nomu lo mira atento —¿Eres o te haces?

—¿Por qué?

—Es el héroe número 2, podíamos atraparlo y matarlo, tenerlo de rehén, torturarlo, robar sus poderes, no sé... ¿Por qué te lo llevaste? ¿Y por qué a Izuku también?

—Ah...— Centra su vista en la nada intentando pensar en una excusa, aunque al final no se le ocurre nada, simplemente entró en pánico y la cagó.

—¿A dónde los llevaste? Vamos.

Kurogiri abre el portal, Shigaraki entra, mas está en la mismísima nada, solo un callejón entre fábricas y almacenes.

Suspira.

—Kurogiri, regrésame y reúne a los demás.

Ambos cayeron desde aproximadamente solo dos metros de altura, pero no tuvieron tiempo para procesar el dolor, el primer instinto de Izuku fue correr, huir, escapar.

No traía su máscara, había sido destrozada durante la batalla, no podía permitirse que se le viera el rostro, ser reconocido y empezar a ocultarse para salir

En momentos como estos quisiera en serio, tener un quirk.

Shōto, mientras lo sigue va reconociendo el lugar, es una zona algo pobre, pero habitada, una zona industrial llena de fábricas. Activa su intercomunicador sin dejar de seguirle el paso a Yamikumo. Ahora que sabe quién es, no planea dejarlo escapar tan fácilmente.

—¡Dynamight, Earphone, ¿Me oyen?!— Pregunta, mas nadie responde, está en una zona de poca señal —Mierda.

Ve al chico internarse en un edificio al azar, así que hace lo mismo, se trata de un almacén de una fábrica de alimentos

Entonces, de la nada, aparece otro héroe, se trata de Yō Shindo

—¡El chico es Deku!— Le grita, esperando que capte la indirecta y lo ayude a atraparlo sin dudar.

El pelinegro asiente y pone sus manos en el piso, provocando que todo el edificio tiemble y empiece a derrumbarse.

—¿Qué haces?— Le pregunta a su colega, el cual al parecer quiere destruir el lugar entero —No es necesario tanto daño, solo... ¿Tú no estabas en una misión en China?

—Eres muy lento, héroe— Sonríe el pelinegro haciendo más fuerte el terremoto.

Siseando, Shōto hace un camino de hielo para retornar su búsqueda, no sin antes, claro, congelar a "Yō" y enviar sus coordenadas a sus compañeros.

Después de unos segundos tanteando el lugar, encuentra a Deku, y el resultado no es muy bueno que digamos, pues sostiene una comba y apunta a una columna la cual está agrietada, es aquella que sostiene todo el techo.

—Héroe Shōto, creo que ya no hay escapatoria para mí, ¿No?— Pregunta agitado con una sonrisa —Si caigo yo, arrastro a alguien conmigo— Son sus últimas palabras antes de dar un fuerte golpe a la columna.

Shōto corre hacia él en un vago intento de detenerlo, pero ya es tarde.

Deku le había dado certeramente en el punto más débil, provocando que todo caiga sobre ellos.

Se lanza hacia el omega lo más veloz que puede, impulsado por su poder, y logra retenerlo contra el suelo, mientras crea un muro de hielo para que los proteja de cualquier golpe.

Mira arriba y escucha atento los escombros al caer sobre su protección y la refuerza con más hielo cada vez que nota grietas en ella.

Luego de aterradores segundos en los que se deja de oír ruido, vuelve a enfocarse en el omega debajo suyo. Saca una cuerda de uno de los compartimentos de emergencia del traje y lo ata con las manos tras su espalda.

Soltando un suspiro de alivio, se levanta y se sienta a un lado para descansar mientras espera a sus compañeros, genial, el intercomunicador y el radio de coordenadas estaban arruinados, ese villano era un problema.

Solo queda que los busque y encuentren.

Incluso el chico parecía resignado, giró su rostro en dirección opuesta al héroe y permaneció "tranquilo" por un momento.

Después de unas horas, este mismo se giró a verlo algo inquieto, Shōto lo mira esperando a que hable, sin embargo, solo abre y cierra la boca, como si dudara.

—¿Quieres algo?

—Mi celo...

—No caeré de nuevo, Deku. Mis compañeros en cualquier momento lleg-

—No mentía, de verdad se acerca mi celo.

Sí, claro. No es tan estúpido para creerle.

—¿Por qué saldrías si se aproximaba tu celo?

—Se supone que era mi última misión antes de reposo. Soy indispensable para la toma de decisiones en caso de que toque improvisar. Uno de los niños me dio con su quirk y provocó que tuviera un pequeño desbalance, debido a eso los demás se distrajeron y fueron vencidos, tuve que ocultarme.

—Bien, ¿Tienes supresores encima?

El omega niega en el suelo.

—Esperaba que tú tuvieras uno.

—Soy un alfa, ¿Por qué tendría un supresor omega?

—Porque eres un héroe, ¿Qué haces cuando vas por la calle y un civil entra en celo?

—Por lo general nadie sale de casa sabiendo que se aproximan esos días, es cuestión de responsabilidad, ¿Conoces la palabra?

El chico rueda los ojos y frunce el ceño, ese héroe era más antipático que el resto.

Entonces, una idea traviesa se le ocurre para fastidiarlo, a lo mejor y resulta inesperadamente bien y termina siendo liberado.

Con sus mejillas algo coloradas por su temperatura alta, libera sus feromonas con fuerza, el bicolor se pone en posición de ataque, alejándose más.

—¿Qué haces?— Sisea.

—Te dije que se acercaba mi celo— Responde ocultando su sonrisa.

—Te noto lo suficientemente consciente como para que hayas entrado en calor, hace solo unos segundos estabas bien.

—No es algo que pueda controlar.

Shōto está convencido de que lo hizo a propósito, a nadie engañaba. Le ha tocado lidiar con omegas en celo aparte de su novia y definitivamente no eran esas las feromonas naturales que emitían.

Pero eso no evita que, como alfa, se sienta atraído; toma asiento y flexiona sus rodillas para que no se note su creciente erección, mirando desconfiado al peliverde que parecía divertirse con haberlo puesto incómodo.

—Dos pueden jugar lo mismo— Susurra enojado y bota sus propias feromonas para cubrir el olor del chico.

Lo que no esperó fue su reacción.

Se puso más rojo aún, su respiración se agitó y soltó un ¿Gemido?

Mierda.

Si aún le faltaba para entrar en celo, pues ahora sí que había llegado, y fue prácticamente por su culpa.

Disipó su propio olor, pero ya era tarde, el chico lo golpeó con el suyo, caliente, sexual, atractivo.

Le era inevitable sentir deseos de lanzarse tras él.

—¿Por qué no llamas a tu amigo el del portal?— Pregunta, dispuesto a dejarlo escapar con tal de no cometer alguna locura, su pene dolía por el delicioso aroma que salía de Deku.

—K-Kurogiri no puede abrir portales si no sabe d-donde estoy...— Responde entre jadeos, juntando sus piernas para no dejar escapar más lubricante.

Pero la grave voz de Shōto le ponía mucho y causaba el efecto contrario.

—¿P-puedes soltarme?— Ruega con los ojos llorosos, sintiendo la necesidad de liberarse de algunas prendas por el calor que invadía su ser, y tocarse ahí abajo.

Shōto niega, no sabe cuál es el quirk del chico, fácilmente podría terminar atrapándolo, Izuku gime ante la negativa.

—Tengo calor, dame algo de tu hielo— Pide —Si no me vas a liberar al menos dame algo para refrescarme.

Esta petición no era tan descabellada, por lo que desde su posición congela parte del suelo en el que el chico está y desvía su mirada, deseando no haber oído el jadeo de alivio que soltó Deku y provocó que su pene se inquietara más.

Cierra sus ojos, tiene novia. Si va a tener pensamientos impuros al menos que sean pensando en ella.

Sus labios rojos completamente naturales, su voluptuoso cuerpo, sus ojos felinos oscuros, su cabello largo, su belleza, su elegancia.

Llevan cuatro años juntos, los últimos seis meses comprometidos, se va a casar con ella, la ama, planea marcarla en su luna de miel, no puede permitirse caer por un random que llega de la nada.

—Ngh...

Abre sus ojos, el chico sigue jadeando, haciendo todo lo posible para soltar sus manos, ya había logrado quitarse los zapatos.

Era tentador verlo retorcerse mientras tenía el trasero arriba, con los ojos brillosos aguantando sus ganas de jadear.

"Soy papa casada, soy papa casada" piensa cerrando sus ojos otra vez, queriendo tocarse también.

Piensa nuevamente en su novia, de forma más caliente, la primera vez que la tocó, que ella se entregó a él, echada en la cama con sus pechos rebotando ante cada estocada y los ojos cerrados tapando su boca para callar sus gemidos.

Sí, ella es demasiado pudorosa como para perder el control aún cuando está en su celo.

—Oye, héroe, eres un alfa, ¿No? ¿Por qué no me ayudas con este pequeño problema?

Shōto gruñe cuando esas palabras salen de la boca del villano, tenerlo inmovilizado boca abajo con un delicioso aroma saliendo de él lo ponen en más aprietos.

Abre sus ojos, el chico había logrado arrastrarse hasta él y estaba muy cerca a su entrepierna.

El olor es más fuerte, tenerlo amarrado de rodillas ante él mirándolo sonrojado, jadeante y con claros deseos sexuales logran hacerlo tragar saliva.

Chapter 2: Capítulo 2

Summary:

Después de haber atrapado con el villano en celo, no resiste más y terminan dejándose llevar.

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—¿No se supone que los héroes ayudan a quienes lo necesitan?— Vuelve a preguntar.

—Te liberaré, solo aléjate de mí— Logra formular, haciendo un trozo de hielo lo suficientemente filoso como para cortar la cuerda.

El chico, con sus manos libres, sonríe asintiendo y va al otro lado de la "caverna".

Shōto crea una pared de hielo para no ver a Deku, pues este empezaba a quitarse el chaleco y a desabrochar su camisa.

De paso, aprovecha que el villano no lo puede ver para acariciar su propio bulto por encima del pantalón.

Aspira el aire, empalagándose con el magnético olor del omega y soba su entrepierna con más fuerza.

Al otro lado de la pared ya puede oír al chico gemir, no puede evitar imaginar qué o cómo lo está haciendo, ¿Se estaría solo masturbando? ¿O quizás metía sus dedos a su agujero? ¿Qué cara estaría haciendo? ¿Cómo luciría en ciertas posiciones?

Deleitándose por la delicada voz entrecortada, baja un poco su pantalón y bóxers, liberando por fin su húmeda hombría.

Sin perder tiempo la toma con su mano, posa su pulgar en la uretra y la acaricia, cierra sus ojos ante el placer sintiendo el líquido preseminal salir.

La apreta y desliza de arriba a abajo con rapidez, mira la pared de hielo frente a él y desea que no esté ahí, quiere ver al chico que se funde entre suspiros dentro.

—¿T-también lo estás haciendo, héroe Shōto?— Pregunta el omega al otro lado, Shōto traga saliva y asiente con la cabeza, mas no responde —¿No sería conveniente ayudarnos mutuamente?

Aquello solo lo altera más.

—Te necesito en serio— Gime el omega —Mis dedos no son suficientes y no hay nada acá que pueda usar para ayudarme.

Gruñe, el omega lo está tentando.

—P-por favor...

Quiere verlo, está seguro que verlo será suficiente, no hace falta tocarlo o llegar a más, no, él tiene novia, él la ama.

Levanta su mano izquierda y lanza una llamarada directa a la pared.

En cuestión de segundos esta ya no está más.

El omega está sentado con las piernas abiertas y solo lleva su camisa a medio abotonar además de los calcetines, desde donde está puede apreciar lo mojado y pequeño que se encuentra el orificio entre sus nalgas.

Deku libera más feromonas, esperando atraer al alfa.

Shōto se levanta embobado, quitándose de paso la parte superior del traje a medida que avanza.

Al tenerlo parado frente suyo, con el dorso descubierto mirándolo atento, el pecoso abre más sus piernas en señal de sumisión.

No dicen más, Shōto se arrodilla y toma sus piernas para mantenerlas abiertas mientras admira el jugo que sale de su entrada.

—Tócate— Ordena con la voz ronca.

Incapaz de desobedecer, Izuku baja su mano hacia su orificio e interna tres dedos sin chistar, mirando a los ojos al alfa, que seguía enfocado en su ano.

Más lubricante sale, sus dedos no son suficientes, su cuerpo le exige que sea un alfa lo que entre y un nudo lo que sienta.

Con su otra mano toma la mejilla del alfa para llamar su atención, se miran a los ojos durante unos segundos antes de que el bicolor se lance a besarlo.

Gime al sentir su lengua y enrrolla sus brazos en el cuello para atraerlo más.

—¿Quieres que te folle, omega?— Susurra Shōto en medio del beso, Izuku asiente rápidamente, restregándose contra la dura pelvis de este.

El héroe entonces se separa y acuesta al villano en el piso, mete su mano dentro de sus pantalones y saca su erecto miembro, que ansiaba entrar en el chico.

Ansioso coloca la punta en su orificio, pero antes de ingresar, le hace una pregunta importante.

—¿Estás bien o necesitas más preparación?

—E-estaré bien, solo entra, por favor— Pide, clavando las uñas en sus hombros para que se apresure.

—¿Estás desesperado?

Deku asiente.

—¿Cómo te llamas?— Le pregunta —Responde con sinceridad y te daré lo que quieres, si siento que mientes volveré a hacer un muro más grueso para que-

—¡Izuku!— Grita, moviendo sus caderas, esperando que el héroe ingrese —¡Midoriya Izuku!— Vuelve a rogar, llorando ansioso.

Era como morir de hambre y tener un plato de comida delante suyo.

—¿Estás seguro?

Asiente, desesperado.

Shōto entonces ingresa de una sola estocada, causándole un chillido ahogado al omega y que arquee su espalda, deleitándose por la estrechez con la que era envuelto.

Da dos estocadas hasta que se detiene confundido al notar que su falo estaba ligeramente rojo.

Se pone tenso cuando levanta la vista y ve que el villano parecía entrar en un ligero shock y cubría sus ojos con su antebrazo.

—N-no pensé que doliera...

—¿No... No tuviste... Tú nunca?

Deku niega.

—Eres el primero.

Mierda.

Encima el villano era virgen. Con la cara y el cuerpo que se cargaba estaba seguro de que alguien ya lo había tomado, está seguro de que tiene muchas opciones para escoger.

—Lo siento— Se disculpa saliendo de él, besando su mejilla y labios para calmarlo.

Sí, será un villano, pero también era un omega, y su instinto protector le pide tranquilizarlo.

Funde sus labios contra los de Izuku con lentitud y limpia sus lágrimas hasta que lo siente nuevamente mover sus caderas.

Baja su mano y acaricia la entrada de este, para que libere más lubricante.

El más bajo se separa, acaricia sus mejillas y lo besa, abriendo sus piernas para el alfa, quien se deja mimar mientras nuevamente pone el glande en el ano del chico y empuja, pero esta vez lentamente, no quiere hacerle daño otra vez.

Poco a poco, en lo que va entrando, entrelaza sus dedos con los del villano y se aparta para posar sus labios en la mejilla de este, descendiendo a su cuello, aspirando lo exquisito de su olor.

—¿Cómo te sientes?— Le pregunta con la voz ronca al chico, que estaba más tranquilo y relajado que segundos atrás.

—N-no lo sé... Es extraño, pero quiero más...— Lo sigue acariciando.

Shōto se pregunta entonces en qué momento el contacto se hizo más íntimo. Fácilmente podrían estar simplemente teniendo sexo. No hacía falta caricias, abrazos y besos, pero ahí estaba, entrelazando su mano con el villano y preguntándole cómo se sentía mientras este sostenía sus mejillas con suavidad.

Se inclina para darle más besos cortos y tiernos hasta que otra ráfa*ga de olor lo atacó y el omega empezó a moverse.

Deja un último piquito en sus labios rosas y se incorpora un poco para salir y dar una estocada suave pero completa, Deku gime ante ello.

—O-otra vez... Hazlo otra vez— Pide el pecoso, el alfa ronronea y obedece, empezando a embestirlo con lentitud.

En segundos, el omega empieza a jadear y gritar, pidiendo más, clavándole las uñas en sus hombros mientras lo aprisionaba con sus piernas.

Todoroki, no duda en complacerlo como pide y se interna repetidamente entre las paredes resbalosas y apretadas que envolvían su falo.

Su boca babea y sus caninos pican, quiere morder algo, quiere marcarlo.

—¡Más fuerte, p-por favor, más!— Grita Izuku debajo suyo, siguiéndole el ritmo.

Es la primera vez que se siente tan deseado durante el sexo.

Se siente un imbécil por compararlo con su novia, pero él se hacía desear más, gruñe, gime y grita sin tapujos con cada estocada y se aferra a él como si fuese todo lo que necesitase.

Muerde el hombro del omega, este no se queja, al contrario, parece que le gusta, pues está apretando más y lo abraza.

—Saldré— Susurra —N-no tenemos un condón.

—No, por favor— Llora el omega acariciando sus cabellos bicolores —Quiero tu nudo, por favor, alfa.

Bien, ahora sí que el chico no está en todos sus sentidos, definitivamente entró en celo.

No dispuesto a hacerle caso, sale para correrse afuera, mas el omega lo empuja al suelo y se pone encima, sentándose nuevamente en su pene y lo monta.

—Oye, ¿Qué dem-?

Se le cortan las palabras cuando se siente liberado y el omega deja de moverse, intentando recuperar su respiración.

Había eyaculado dentro, y el nudo estaba formado.

Deku suspira aliviado y se recuesta sobre su pecho, aspirando el aroma del alfa, que sigue asimilando la situación, antes de caer dormido.

—O-oye, Deku, Izuku...— Intenta moverlo, pero el chico está tan cansado que apenas abre sus ojos y los vuelve a cerrar.

Algo va a salir mal, definitivamente. Resignado envuelve al omega con sus brazos y besa sus cabellos cerrando sus ojos también.

—¿A quién le perteneces?

—A-a ti, T-Todoroki Shōto— Jadea Izuku.

El héroe sonríe y embiste con más rudeza sujetando las muñecas del omega que está recostado en el suelo con el trasero al aire siendo profanado.

Se inclina para clavar sus dientes en el hombro del pecoso y se corre dentro, anudándolo a su vez.

Deku suelta un último chillido llegando al clímax también.

—Eres precioso, de verdad— Susurra Shōto abrazándolo y besando su mejilla, Izuku gira el rostro para unir sus bocas por milésima vez.

Llevaban ya tres días así, alimentándose de las barritas de emergencia que tenía el héroe en sus compartimentos e hidratándose con el hielo de este mismo.

Cuando el nudo bajó, tomó asiento y recostó al chico en su regazo, mirando con orgullo cómo de su entrada desbordaba líquido blanquecino.

Lo besa otra vez y se recuesta abrazándolo, admirando al villano dormir tan tranquilamente como si no vaya a ser arrestado apenas salieran.

Mierda.

Rápido se separa de él.

¿En qué estaba pensando? ¡Es un villano!

¡En cualquier momento llegarían por ellos y todo saldría a la luz! Su novia, el respeto del público, incluso su trabajo, ¡Podría perderlo todo!

Toma sus prendas y se las vuelve a poner, su lobo gruñe molesto, queriendo regresar al lado del omega y acurrucarse con él.

Suspira yendo con el chico para vestirlo también. Se toma su tiempo para admirar su esbelta figura antes de cubrirla con la ropa.

Una vez vestido, acaricia sus mejillas pecosas, pero luego se da una bofetada mental.

Él es Deku, un villano, no su novia, no es Momo, no se parecen en absolutamente nada.

Él es malo, arrogante y eligió un mal camino, no es gentil, humilde ni agradable como Momo, no es ella, no es ella, simplemente no.

Esto fue un error, uno que no se repetirá y del que nadie debe enterarse.

Se va al otro lado y vuelve a crear un muro de hielo, no sin antes dejarle unas cuantas barritas energéticas más.

Luego de unas horas lo escucha despertar y gemir. Cierra sus ojos, no quiere caer otra vez.

—A-alfa, ¿Dónde estás?— Lo oye asustado —¿P-por qué me abandonaste?

Ahora se siente más imbécil, pero sabe que lo mejor es no hacerle caso.

Lo oye sollozar y llamarlo, quiere ir, quiere consolarlo, quiere estar a su lado.

Reprime sus instintos haciendo más grueso el muro y se deja caer, siendo atormentado por su lobo que exige acompañar e implorar perdón por el omega.

—Te estás confundiendo— Gruñe —Él no es Momo... A quien debemos pedirle perdón es a ella.

Su lobo entonces parece recapacitar, como si estuviera de acuerdo y solo entonces puede dormir.

Al día siguiente derrite los muros para ir a ver cómo está Deku, lo encuentra tranquilo jugando con los pasadores de sus zapatos.

—¿Cómo te sientes?— Le pregunta, Deku apenas levanta la mirada y la baja otra vez.

—¿Quieres que sea honesto?

—Por supuesto— Responde sentándose frente suyo.

—Eres un imbécil— Le gruñe —Me duele todo y me arde ahí abajo, fuiste bastante agresivo.

—Perdón... En mi defensa, no me dijiste que era tu primera vez.

—No pensé que fuera a doler tanto...— Murmura.

—Que yo recuerde no te estabas quejando.

—Bueno, qué buscas— Frunce el ceño.

—Nada, solo... Quería saber cómo estabas.

—Bien, anoche acabó mi celo y me dio tiempo para recuperarme... Agua.

—Toma— Hace un trozo de hielo y el chico lo recibe, mordiendo de poco en poco, parecía un hámster.

—Si me entregas, diré que me violaste— Dice de pronto el omega, a Shōto se le hincha la vena de la frente.

—No planeaba hacerlo.

—¿En serio?— Deja de mordisquear el hielo oara mirarlo, sorprendido.

—¿Cómo crees que reaccionaría la prensa si se termina enterando de lo que hicimos?

—¿E-entonces cómo haremos cuando nos encuentren?

—Haré un muro para cubrirte, tendrá una parte lo suficientemente delgada como para que lo puedas romper y salir una vez que todo haya acabado.

Izuku asiente y se acerca a él, recostando su cabeza en el hombro del alfa, este no lo aparta, no tiene energías para hacerlo.

Solo entrelazan sus manos para dormir nuevamente esperando a que llegue el momento en que puedan ver la luz otra vez.

Ambos despiertan al oír ruido fuera, se miran con una sonrisa y se levantan.

—¡Héroe Shōto, ¿Estás ahí?!— Oyen a lo lejos.

—¡Aquí! ¡Estoy bien!— Responde.

—¡Lo encontré! ¡Está acá! ¡Tranquilo, héroe Shōto, lo sacaremos de ahí!— Grita otra vez la voz.

—Izuku, ve allá— Apunta la otra esquina, el omega obedece siendo seguido por el alfa —Voy a hacer el muro, recuerda salir solo cuando no oigas a nadie, ¿Está bien?

Izuku asiente frenético y se lanza a abrazarlo.

—¡Gracias!

—¿Cuál gracias? Ya conozco tu rostro, a la próxima que te vea, voy a atraparte.

Izuku ríe.

—Eso solo si lo permito.

Ríen al mismo tiempo y vuelven a besarse.

Shōto lo aprisiona contra la pared y desciende a su cuello, lamiéndolo, haciendo una succión para dejar una marca.

—No te dejes atrapar por nadie más que por mí— Le susurra.

Izuku sonríe besándolo otra vez, solo que ahora más tierno y suave, disfrutando del olor del alfa, acariciando su rostro, su cicatriz.

—No lo haré— Responde.

Shōto lo abraza, oliéndolo, se embriaga con sus feromonas.

Se separan cuando oyen un pico atrás, agrietando el hielo que los protegía de los cimientos.

—Adiós, héroe— Susurra el villano, alejándose.

—Adiós...

Se dedican una última mirada antes de ser separados por la pared de hielo que se formó entre ambos.

Chapter 3: Capítulo 3

Summary:

Shōto se siente culpable, debido a eso, toma distancia de su prometida, ella lo nota y encara, por lo que termina revelando que se acostó con otro omega.

Se toman un tiempo antes de arreglar las cosas y estar listos para finalmente casarse, pero...

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—No estás tan grave como esperábamos, puedes continuar con tu trabajo sin necesidad de reposo— Explica el doctor luego de examinar al bicolor —No estás deshidratado pero sí algo débil, come bien y duerme lo adecuado para subir tus defensas, tómate el resto del día para descansar.

—Gracias.

Se levanta y estira. Necesita llegar a su departamento para tomar un baño, pues apenas fue "rescatado" lo llevaron al hospital para declarar mientras lo examinan.

—Entonces, ¿No le viste el rostro?— Pregunta Jirō conduciendo, curiosa por la entrevista.

—No, apenas fuimos transportados tomó otra máscara, causó una colisión y huyó en otro portal. Ahí ya no pude seguirlo.

—Comprendo...— Suspira —Me alegra que estés bien, Yaomomo estuvo muy angustiada, las coordenadas que mandaste no eran exactas y tuvimos que buscar en distintos lugares hasta dar contigo.

Shōto asiente, había olvidado a su novia y ahora debía enfrentarla, está convencido de que debe decirle lo que sucedió, sincerarse y dejarle a ella la elección entre si seguir juntos o no.

Porque la quiere, está dispuesto a arreglar su situación y casarse con ella sin tener secretos o inquietudes.

El auto de Kyōka se estaciona en su edificio, suspira despidiéndose de ella y entra, siendo recibido por el educado recepcionista que siempre lo saluda amable.

Toma las escaleras, no hace falta usar el ascensor ya que su dúplex está en el siguiente piso.

Solo hay dos apartamentos en esa planta, esos y los de la cima eran los más grandes que había en el edificio, por lo que no se puede quejar del espacio.

Posa su huella en el identificador e ingresa hallando su hogar vacío, de seguro Momo estaba trabajando.

Se quita los zapatos y va a su habitación para ir al baño, solo entonces se retira el traje de héroe.

Se mira en el espejo, descubriendo ciertas marcas en sus hombros y chupetones por su pecho.

Tendría que recurrir nuevamente a los cuellos altos por un tiempo, es una molestia tomando en cuenta el clima de verano actual.

Toma una ducha fría, luego se ocuparía de mandar a arreglar su traje con Mei, ahora solo quiere estar limpio y descansar, los omegas en celo son como sanguijuelas que no están contentas hasta quitarte la última gota de sem*n.

Se pone algo de pomada en las marcas que logra divisar para que desaparezcan más rápido y se envuelve en un pijama antes de tirarse a la cama, esperando dormir y recuperar energías.

No esperaba despertar con su novia abrazándolo por la espalda, acariciando su entrepierna.

—¿Momo?— Pregunta, la azabache lo ignora, él suspira. En serio, no tiene ganas ahora mismo —Momo, ¿Qué haces?

—Estuve mal, Shōto— Responde ella contra su espalda, sin dejar de acariciar su entrepierna —Desapareciste por cuatro días, pasé sola mi celo, fue aterrador porque no sabía si estabas bien, tenía miedo de perderte...— Murmura.

Carajo. Siempre era malo con las fechas, pero esta vez fue demasiado lejos.

A nada de casarse, intentaban concebir un hijo y habían planeado hacerlo en el siguiente celo de ella, o sea, el que pasó sola. Llevaban semanas ansiosos por ello y ahora solo metió la pata.

—Lo siento— Murmura, tomando el brazo de la chica y entrelazando sus manos, para que detuviera sus caricias en su dormido y agotado pene.

—No es tu culpa, fuiste un buen héroe, como siempre— Dice ella levantándose, poniéndose frente a él —Aún podemos... Intentarlo.

—¿Qué?

—Tener un cachorro.

—Momo, tu celo ya pasó.

—Lo sé, pero sabes que no es necesario que lo tenga para quedar embarazada... O sea, el celo garantiza la fecundación, pero incluso si lo hacemos sin el ciclo de calor podría funcionar... Solo debemos hacerlo tanto como podamos.

¿Es esta su novia? ¿Dónde quedó la tímida y recatada Momo? Ella nunca tomaba la iniciativa para el sexo, por lo general es él quien manda las señales hasta que ella acepta o se niega.

Posa el dorso de su mano en la frente de la mujer, buscando síntomas de fiebre o alguna enfermedad.

—Shōto, basta— Ella retira la mano fría de su rostro.

—¿Por qué de la nada? Podemos solo esperar a tu siguiente celo, o a mi rut.

—Shōto, te he extrañado, he pasado mi celo sola y aún hay algo que inquieta a mi loba, me exige tenerte.

—Momo, de verdad, ahora no...

Momo arquea la ceja. Su novio siempre fue alguien de apetito sexual elevado y nunca desaprovecharía ninguna oportunidad que tenía para tomarla, ¿Por qué se negaba ahora?

—¿No quieres?— Cuestiona, intrigada.

—Momo, he estado cuatro días encerrado sin ver la luz del sol, sobreviviendo con barritas energéticas y hielo y durmiendo en el duro suelo rocoso— Le faltó añadir que, además, gastó energías acostándose con otro omega en celo que no lo soltó hasta estar satisfecho y luego se mimaron sin necesidad del ciclo de calor —Lo único que quiero ahora es dormir en mi suave cama y reposar todo lo que no pude para mañana ir a trabajar sin caer o morir de cansancio. No es que no quiera, es solo que realmente no puedo más.

Momo lo mira, suspira y gatea hacia el otro lado, quedando frente al alfa, lo abraza ocultando su rostro en el pecho de su novio.

—Lo siento... De pronto mi loba... Sintió que te estaba perdiendo, tuve miedo de que así sea y por eso quise reafirmar mi lugar en tu vida...

Shōto acaricia los cabellos lacios y largos.

—Estoy bien, estoy aquí, no tienes que preocuparte más... Salgamos cuando tengas tiempo, tengamos una cita bonita en tu restaurante favorito, ¿Sí?

—Te amo, Shōto.

Él besa su frente incapaz de responder, pues lo que hizo días atrás no era digno de alguien que amaba a su pareja.

Ni siquiera sabe cómo fue que se dejó llevar. Le ha tocado tratar con omegas en celo, incluso fans algo obsesivos que usaban sus olores para intentar seducirlo e inducir su rut, mas nunca permitió que aquello fuese posible.

Siempre pensó que era porque amaba a Momo y aquel amor superaba sus instintos, ahora que terminó dándose tremendo revolcón con un villano salido de la mismísima nada no tiene idea de qué más creer.

Suspira con frustración, debe contárselo.

Aunque sabe que no le gustará hacerlo, porque a pesar de ello está convencido de que la ama, y que se odiará porque ya imagina la expresión triste y decepcionada en el rostro de ella, sobre todo en un momento tan importante como en el que estaban, a nada de unir sus vidas en matrimonio y formar una familia.

—Quiero que seas honesto conmigo— Lo sienta ella en el sofá —¿Hay algo que te incomode?

Siempre fue bueno ocultando sus emociones, pero está seguro de que ahora no pudo hacerlo.

—Shōto, estuviste... Muy extraño toda la semana, te conozco desde la preparatoria, dime, ¿Por qué estás así? ¿Qué es lo que está en tu mente?

Se endereza y toma las delicadas y pequeñas manos de ella, las besa, juega un poco con las uñas que están pintadas de un precioso rojo.

—Soy consciente de que no puedo ocultarte nada— Tuerce una sonrisa, levanta su vista hacia los oscuros ojos que lo miran atenta —Quiero que sepas... Que lo que te voy a contar, no será para nada de tu agrado... Y depende de esto nuestro futuro.

—¿Qué intentas decir?— Cuestiona ella aparentando estar serena y calmada, pero Shōto puede olerla, puede sentir su miedo, su ansiedad, su temor.

Acaricia una vez más su mano y el rostro de ella, tan fino, tan delgado, tan maduro y tan sensual. Nada que ver con aquel regordete, infantil y tierno rostro del villano.

Chasquea la lengua, debe olvidarse de él.

—Cuando me rescataron del derrumbe en las fábricas, fue porque perseguía a un villano, eso lo sabes, ¿No?

Ella asiente.

—Yo...— Cierra sus ojos, no hay manera de que haya marcha atrás —En realidad sí lo atrapé... O más o menos.

Momo se mantiene en silencio, esperando a que continúe, no entiende cómo es que los detalles de aquel desastre podrían interferir en su relación.

—Quedamos atrapados ambos en los cimientos, no solo yo. El villano era... Era un omega, uno que entró en celo.

Silencio.

Ahora lo entiende.

—Te acostaste con él— No es una pregunta, es una afirmación, ella es inteligente, hizo sus conclusiones de forma rápida y acertada.

Shōto asiente desviando su mirada, no quiere ver su expresión.

—Y lo dejé ir.

—¿Libertad por sexo? ¿Qué tipo de divisa es esa?— Se oye sarcástica, pero ya tiene los ojos rojos y sorbe un poco su nariz —¿Es eso por lo que no me tocaste desde que llegaste?

Asiente.

—Debió habértelo hecho tan bien que te olvidaste de mí casi por completo— Ríe.

Momo soba su sien con sus dedos y respira lentamente para mantener la calma, después de segundos de silencio, ella parece lista para hablar.

—Imbécil...— Susurra —¡Eres un imbécil!— Termina estallando, su voz está quebrada, las lágrimas caen en grandes cantidades, el alfa se siente desconcertado, su novia nunca tuvo un arrebato de tal magnitud —¡Vamos a casarnos, Shōto!— Lo abofetea —¡Queremos un maldito hijo!— Esta vez golpea su pecho —¡Pasaste días cogiéndote a otro omega mientras yo sufría tanto por mi celo como por no saber nada de ti!— Llora sin dejar de pegarle con sus puños —¡¿En qué se supone que estabas pensando?!

Ella gruñe de ira y decepción, está herida.

Todoroki no hace nada para defenderse, solo levanta su mano para intentar consolarla, pero ella lo aparta bruscamente y tira la mesa de centro, haciendo que caiga el arreglo floral que reposa encima.

—Lo siento...

—Déjame sola. Iré a casa de Kyōka... Necesito tiempo para pensar en esto... Solo quiero alejarme de ti, de verdad.

Ahora siente su corazón quebrarse, su lobo está molesto por haberla hecho llorar, por haberla lastimado.

Se mantiene en la sala mientras ella empaca sus cosas y sale entre llantos, dejándolo solo en aquel que fue su nidito de amor, aquel lugar en que tantos recuerdos juntos tienen y en el que planeaban tener una familia.

También gruñe, molesto consigo mismo, regañándose por haber perdido el control y haberse lanzado contra el omega.

No hay justificación, fue él mismo quien se sintió atraído y deshizo aquel muro que los separaba, sus instintos no eran excusa alguna.

Todos en la agencia notan la incomodidad entre ambos, aquella reconocida pareja se evita y no son capaces de mirarse el uno al otro.

Nadie tiene idea de la situación en sí, pero todos tienen en mente algo: Es culpa de Shōto.

Lo tienen escrito en toda la cara. Todoroki, aunque estoico, se nota distraído, lento, bobo. Momo, en cambio, está enfadada, triste, demacrada.

Kyōka lo sabe, por supuesto que lo sabe, pues trata fríamente al bicolor o de hecho lo ignora, otra razón más para creer que fue Shōto quien la cagó.

Es por ello que, durante toda la semana nadie hizo nada para poner más tensa la situación, pero también era molesto ver cómo dos de los mejores héroes incomodaban a quienes tenían que presenciar la sequedad con la que se trataban.

Iida Tenya, no podía permitir que aquello siga así.

—Froppy y yo iremos a la costa, ustedes al Norte— Ordena el peliazul, indicándoles su zona de patrullaje, Creati y Shōto asienten alejándose de él listos para empezar una patrulla habitual de dos horas hasta que acabe su trabajo.

Ok, están en una situación incómoda, pero no podían hacer nada, después de todo, se trata de su trabajo.

Simplemente se encargan de hacer su labor en silencio, sin hablar más de lo necesario; usualmente cuando patrullan juntos ella no para de hablar acerca del tiempo, las calles, la gente, la cena o de cualquier cosa en realidad mientras él solo la escucha.

Es extraño tenerla tan callada.

Estaban a punto de regresar, cuando unos niños vinieron pidiendo ayuda porque otro de sus amigos tuvo un ataque de epilepsia.

Siendo Momo la más capaz de tratar con niños y con mejores conocimientos de primeros auxilios, fue al rescate.

Shōto se quedó en su sitio a esperarla, cuando ve una floristería, al otro lado de la vitrina un ramo resalta entre todos, se trata de medio centenar de rosas rojas envueltos en papel seda negro con un lazo dorado.

Sabe que a ella le gustan la rosas, su color favorito es el rojo, y ese ramo de alguna u otra forma le recuerda a ella.

Sin pensarlo mucho, va y lo compra. Aquella tienda también vende postres, escoge un pastel de fresas y sale, justo topándose con Momo, quien lo ve desconcertada.

Le extiende las flores.

—Pensé que te habías ido.

—No me veo avanzando sin ti— Responde, ella se ruboriza —Vi este ramo y pensé en ti. No espero que me perdones y sé que tú podrías comprar cien de estos si así quisieras, pero haré todo lo necesario para recordarte el valor que tienes en mi vida.

Momo recibe el gran ramo con ambas manos, es pesado, es precioso, huele bien.

Y después de una larga semana, le sonríe.

—Gracias, Shōto.

Al regresar, todos parecen aliviados de verlos juntos, hablando tímidamente, pero con un rubor en las mejillas de la omega.

Esa misma noche Momo regresó a casa, tuvieron una deliciosa cena, degustaron aquel pastel tan rico, dulce, esponjoso, y terminaron haciendo el amor, esperando genuinamente concebir un cachorro, ignorando el hecho de que Shōto no había logrado anudar.

Momo decidió seguir adelante con sus planes de casarse, con la única y justa petición de ir a una consejera conyugal, la cual los hizo sincerarse y superar aquel error llamado Izuku Midoriya.

Pero no podría decirse que Shōto fue del todo sincero.

Por alguna razón, no fue capaz de confesar que aquel villano era Deku y tenía conocimiento no solo de su rostro, sino también de su nombre y apellido.

Sonríe viéndola llegar acompañada del brazo de su padre.

Oye murmullos, todos elogiando lo preciosa que se ve Momo en aquel gran y costoso vestido blanco con detalles dorados, que si bien llamaba la atención en un maniquí, ahora lo hacía más siendo portado por la bella mujer.

Peinada con un moño alto, arrastrando el velo transparente y la cola del vestido, puede apostar a que pesa demasiado, pero era el vestido de sus sueños, en la boda de sus sueños.

Después de cuatro meses de aquel suceso, decidieron adelantar su boda, y hoy era ese grandísimo día.

El mes pasado tuvo su rut, lo pasaron juntos, y una semana atrás se confirmó el embarazo de Momo, realmente ahora parecía que Deku solo fue un mal sueño en aquella relación.

Pero todo lo malo tiene que regresar.

Y ambos lo descubren en el momento en que, al llegar al altar, tomarse las manos y sonreírse con amor oyendo al cura citar los versículos para concretar su sexto sacramento, se hace presente la famosa pregunta.

—¿Hay alguien presente que se oponga a esta unión?

Aquella interrogante llegó junto a un portal al otro lado de la alfombra que recorrió Momo para llegar al altar.

—Nosotros— Sonríe Shigaraki saliendo de la nube morada, detrás de él está un nuevo ejército de delincuentes y a su lado, sus leales colegas.

Uno en particular hizo que las manos de Shōto tiemblen.

Uno de cabellos rizados que estaba justo apoyado en el hombro del villano de fuego, la mitad superior cubierta por su famosa máscara de conejo verde, dejando al descubierto sus labios rosas que sonríen con satisfacción.

Chapter 4: Capítulo 4

Summary:

Después de que su boda sea arruinada, su prometida lo culpa y decide tomarse un tiempo.

La carga doméstica es pesada, contrata a un servicio de limpieza.

¿Otra vez ese villano?

Chapter Text

Una pequeña parte suya se llenó de dolor por el desastre en el que se convirtió lo que momentos atrás eran una hermosa capilla entre jardines adornados para su día especial.

Los villanos vinieron, causaron estragos y luego se fueron como si ese hubiera sido su único objetivo, no les dieron una dura batalla como se lo esperaban, solo caos, desastre y fuga.

Los héroes rompieron sus trajes, las heroínas rasgaron sus vestidos y otras consiguieron un cambio de ropa, todos listos para pelear.

Antes de ir a la batalla oyó sollozar a Momo.

Eso solo engrandeció su ira, ¿Cómo se les ocurre arruinar aquel día tan importante para ellos? ¿Cómo se atreven a hacerla llorar?

Momo estaba muy emocionada por su día, fue perfeccionista con lo planeado y se esforzó en cada detalle para disfrutarlo con sus seres queridos y que todo salga justo como lo soñó.

Ahora todo había sido arruinado.

Yaomomo corrió a un espacio apartado para deshacerse de su precioso vestido, lo cual era difícil y no tenía tiempo si quería mantener a salvo a los civiles presentes en la boda, no le quedó de otra que cortarlo.

Fue testigo de cómo ella, con lágrimas llenas de desilusión, creó tijeras de tela y destrozó su vestido, para luego hacer un traje similar al de heroína y enfrentarse a aquellos que, al parecer, no solo buscaban apoderarse del mundo, sino también arruinar días felices.

La batalla se desencadenó en pleno establecimiento, destruyendo, quemando y explotando todo a su paso, manteles, toldos, flores, mesas, butacas... Todo estaba hecho añicos.

Por obvios motivos se terminó cancelando la boda; aunque no mucha gente resultó herida, estaba seguro de que los villanos estarían bien cagados de risa mirando las noticias.

Ya se imaginaba los titulares.

Algunos periodistas autorizados que tenían como objetivo filmar la boda, terminaron también grabando la batalla.

Por suerte, de los poco más de mil invitados, solo hubo unas decenas de heridos y ninguno era de gravedad.

Él y Momo eran héroes, ganaban mucho más que un congresista, el dinero no era para nada problema; los daños, sin embargo, no eran precisamente monetarios.

Mira con tristeza a su prometida llorar abrazando su vestido de novia hecho trizas.

—Momo, amor... Tranquila, vamos a-

—Estoy segura de que es tu culpa— Gruñe ella sin dejar de llorar.

Su maquillaje se había corrido, su peinado ahora era solo una maraña de cabellos y tenía algunos rasguños por la pelea anterior.

—Es tu culpa, tu culpa— Niega ella aferrándose más a su vestido.

No entiende porqué ella dice eso, se arrodilla a su lado e intenta tocarla, ella lo evita.

—¡Estoy segura de que uno de esos villanos que vino era con el que te acostaste! ¡¿Por qué otro motivo vendrían a destrozar todo para luego largarse como si nada?!

—Momo...

—¡Pasé años soñando con que el día en que nos casemos sea único! ¡Especial! ¡Inolvidable! ¡Meses planeando todo! ¡Y tú lo arruinaste! ¡Era mi gran día! ¡Mío!¡¿Sabes cuánto me lastima esto?! ¡Seguro la Liga se encaprichó con nuestra relación por haberte acostado con uno de ellos!

Se queda callado.

La idea de que los villanos fueron únicamente para joder todo no era tan descabellada que digamos.

—Déjame sola, Shōto, no quiero ver a nadie— Murmura la pelinegra sollozando, aún sin soltar su vestido.

Ella amaba aquella prenda, fue muy específica con el diseño, con los colores, con las telas, contrató al mejor modista para su elaboración... Y ni hablemos del precio.

Y ahora estaba arruinado.

No solo por los cortes, sino por lo sucio que estaba, además de que Dabi, a lo lejos, le lanzó una llamarada por mera diversión.

Aquel tipo le caía mal a Shōto.

Y no tenía nada que ver con que Deku no se despegara de él en ningún momento, por supuesto que no.

Sino por lo divertida que le parecía la situación, quemando el vestido, comiendo tranquilamente la torta y paseándose por la mesa de bocaditos metiendo aperitivos y dulces en el portal como si fuese otro invitado más en medio del caos.

—Me quedaré con ella, Todoroki. Será mejor que vayas a dar el informe, los periodistas esperan y Yaomomo no está en condiciones para tratar con la prensa.

Kyōka se acerca chocando su hombro.

Ella se había vuelto muy arisca con él desde que Momo le contó su revolcón con Deku.

—Dijo que no quiere no ver a nadi-

—Soy la excepción. Y alista una maleta para ella, no creo que quedarse contigo sea lo mejor— Espeta acercándose a la omega, que la recibe con un abrazo y llora en su pecho.

Le duele ver que dejó de ser el lugar seguro de su novia, pero se alegra de que al menos se permita confiar en alguien; suspira y va a donde los camarógrafos y reporteros estaban, quienes lo acorralaron en cuanto lo vieron.


Gruñe tirándose al sofá.

Pasó una semana y nuevamente su casa se siente vacía, sola, fría. Kyōka acababa de llevarse más cosas de Momo, su ropa, maquillajes, joyas, incluso peluches y productos de oficina, apenas y siente la esencia a avellanas de su dulce novia.

Él y Momo tuvieron peleas antes, por supuesto que sí, como cualquier relación normal, pero últimamente aumentaron y esperaba que solo se tratase del estrés que causaba la organización de la boda y su metida de pata meses atrás.

Pero se siente molesto.

Coincide en que quizás necesiten un tiempo, mas no que ese tiempo Momo se la pase en casa de otra alfa.

No desconfía de ellas, pero no por eso deja de resultarle incómodo, pues Momo lo orilló a limitar contacto con cualquier otro omega, aún si se trataba de amigos cercanos como lo eran Asui, Denki u Ochako.

Bueno, está en su derecho de desconfiar.

El timbre suena, se levanta para recoger la comida y sentarse otra vez en el mismo sofá a comer sin gracia, viendo cómo su desastre matrimonial sigue siendo objeto de reportes y chismes.

Sobretodo ahora empezó el rumor de que estaban separados, pues se le veía más a Creati junto a Earphone saliendo y conviviendo juntas.

Rueda los ojos, ¿Cómo se les ocurre crear tal mancha acerca de la vida de Momo?

Cuando acaba de comer, se levanta y tira el empaque al cesto en la cocina, entonces se da cuenta de que está lleno.

Ahora que Momo no está, el 100% de las tareas domésticas le tocaban a él, ya no el 50% y le era complicado mantener el orden en un piso tan grande.

La limpieza, lavandería y cocina junto al desánimo que sentía por no tener a la chica cerca le complicaba la situación.

No es que todo esté hecho un desastre, pues de vez en cuando solía ordenar la habitación, el baño y la sala, pero era superficial, tampoco se tomó el tiempo de barrer bajo los sillones, cocinar, comprar la despensa, botar la basura o lavar la ropa.

No sabe cuánto tiempo más necesitará Momo para acomodar sus pensamientos y calmarse, pero no está dispuesto a seguir con aquello.

Llama a una agencia de amas de casa y deja en claro la paga y labores antes de tomar una ducha e irse a trabajar.

No le pone seguro a la puerta al salir, su edificio es bastante seguro, solo se dirige a la recepción.

—Todoroki-san, buenos días— Saluda amable la recepcionista.

—Buenos días. No le puse llave a mi puerta porque alguien vendrá a hacerse cargo de las tareas, te agradecería que registres bien su llegada, esta es la clave que te dirá para poder pasar— Extiende un papel, ella lo lee y asiente.

—Está bien, puede quedarse tranquilo— Sonríe la omega.

Le gusta esa chica, no es encimosa, entrometida ni trata de seducirlo, simple y genuinamente amable, algo así como Ochako. Apenas y le pidió una foto como cualquier otra fan.

—Escríbeme si ocurre algo— Declara saliendo.

Ahora toca lo molesto, llegar al trabajo.

Momo había solicitado el traslado a otra agencia, seguida por Earphone, por supuesto, todos murmuraban acerca de ello cuando él estaba cerca.

Hacían especulaciones estúpidas que corrían rápidamente entre todos y solo podía mantenerse callado para no darles motivos para hablar más.

Oh, y su padre.

No deja de fastidiarlo con que arregle su relación y se case rápido para que así, ese niño en el vientre de su novia nazca dentro del matrimonio o no serviría.

Lo odia, ¿Cómo puede pensar en su hijo como otra herramienta?

No iba a permitirlo, va a proteger a su cachorro como le hubiera gustado que alguien lo proteja a él.


—¡Todoroki-san, buenas tardes!— Sonríe la recepcionista al verlo de regreso—Llegó la persona que encargó, dejó su identificación y dio la clave, aún sigue dentro.

—Está bien, buen trabajo, gracias.

A paso tranquilo, ignora el ascensor y avanza al pasillo derecho, yendo a la única puerta disponible, la de su casita.

Entra, cuelga su abrigo en el armario de la entrada y deja sus zapatos ahí también antes de tomar sus pantuflas para entrar.

Desde ya puede notar el fresco aroma del ambientador en la sala y lo pulcra que se encuentra, se había cambiado la funda de los sofás y limpiado las ventanas, muebles y adornos.

Sí, se ve mucho mejor.

Oh, y el barniz del piso brilla tanto que jura reflejarse en él.

Va directamente a la oficina para dejar su bolso y, de paso, tomar el pago para quien se encargó de la limpieza.

Pasó por la lavandería, asegurándose de que haya cumplido con el lavado de ropa, se sonrojó avergonzado al ver sus calzoncillos en el tendedero.

Se supone que eso debe lavarlo él mismo.

Visitó los dormitorios, también tenían la rica fragancia de la sala, está contento, hace tiempo que ni él, ni Momo tenían tiempo para limpieza profunda.

Caminó a la cocina, donde oía la presencia de alguien, seguramente haciendo soba para su cena, tal y como dejó encargado.

Sintió un ligero Déjà vu cuando, al acercarse, percibió un particular aroma a manzanas, dulce y cítrico a la vez.

¿Dónde lo había olfateado antes?

Por alguna razón, su lobo movía la colita, emocionado.

Con curiosidad se para en el umbral.

Ahora lo sabe.

No pierde tiempo y se lanza contra el "intruso" que le da la espalda, haciendo que caiga al suelo y aprisiona las manos del omega sobre su propia cabeza.

—¿Qué demo-?

—¿Qué haces acá?— Gruñe, congelando un poco las muñecas del chico, quien sisea de dolor —No hace falta que respondas.

Lleva su mano al bolsillo trasero de su pantalón para tomar su teléfono y solicitar apoyo.

—¡E-espera!— Grita el omega retorciéndose, ha entrado en pánico y su olor lo delata —¡No es lo que crees! ¡Me enviaron!

—¿Quién? ¿La Liga de Villanos?

—¡Fuiste tú quien solicitó el servicio y la agencia me envió!— Confiesa alterado.

No tenía idea de que se trataba de la casa de héroe número 2.

De haberlo sabido, no habría aceptado ir, o habría aceptado y huido con información valiosa que seguramente encontraría.

—¿Quieres que me crea que un villano tiene trabajo? No me digas, también haces Catering los fines de semana— Responde sarcástico intentando desbloquear su teléfono con una sola mano.

—¡Es la verdad!— Chilla —¿Tú crees que le dan sueldo a los villanos por ser villanos?

—Ah, lo hacen por amor al arte entonces— Se burla, apartando la vista del celular para mirar la angustia en los ojos verdes.

Como alfa, se siente poderoso al ver a un omega acorralado dependiendo de él y la decisión que tome.

—Pues aunque no hayas venido a hacer algo malo, debo entregarte, sigues siendo un villano— Vuelve a mirar su teléfono.

Izuku entra en pánico y siente que solo el silbido en la cocina puede salvarlo.

—¡L-la tetera!— Grita.

Shōto da un salto para atrás completamente espantado, el menor aprovecha para levantarse y apagar la estufa aún con ambas manos unidas por el hielo.

Después del pequeño shock. Izuku se da la vuelta.

—D-de verdad...

—Eres un villano y entraste a mi casa, estoy en riesgo si quedas libre— Congela parte de sus pies.

Ahora, con ambas manos libres, vuelve a encender su móvil y lo desbloquea con facilidad para poder llamar a la policía y otros héroes, solo de ser necesario.

Un olor dulce hace que detenga su pulgar antes de presionar el táctil, levanta la mirada.

Deku, como último recurso, usó su aroma para intentar distraerlo.

Un aroma en serio atrayente, tan hipnotizante como peligroso.

—Estás haciendo trampa— Gruñe Shōto sacudiendo su cabeza —Qué más podía esperar de un villano.

Sin más que perder, presiona el ícono verde.

Izuku chilla espantado antes de volver a intentarlo.

Esta vez son feromonas sexuales.

La última vez eso le dio libertad, aunque no fue intencional, quizás ahora haga lo mismo.

Shōto arquea una ceja.

—¿Qué estás intentando?— Sonríe con autosuficiencia mientras pone en altavoz la llamada, el tono de espera suena en toda la cocina.

Como respuesta y con ganas de poner en más aprietos al omega, libera su propio olor a canela, igual de afrodisíaco que el del otro.

Izuku lo percibe y se sonroja, aquella reacción le gusta al alfa.

Nuevamente dejándose llevar, libera más de su olor para doblegar al pecoso.

Su respiración empieza a cortarse, huele más a excitación y muerde sus labios para no gemir, pero lo mira con el ceño fruncido.

—E-eso no es justo— Jadea el omega sintiéndose humillado.

—¿No es lo que querías hacer conmigo acaso?

Oye, bastardo, ¿Para qué me llamas?

Oh, mierda, la llamada fue tomada.

Shōto sonríe acercando el celular a sus labios listo para hablar, Izuku solo piensa en una escapatoria.

Tragándose su orgullo, emana todas las feromonas posibles, esperando empalagar al alfa, ya luego pensaría en las consecuencias, ahora solo necesita garantizar su libertad.

Habla, carajo, estoy ocupado, ¿Crees acaso que me estoy rascando los huevos?

Shōto mira al villano, este lo observa suplicante, estando completamente a su merced.

"Tú tienes el control" le dice su lobo, emocionado.

—Perdón, Bakugō— Habla, con la voz ronca, sus pupilas se van dilatando por el deseo sin apartar la vista del peliverde —Me equivoqué de número.

—¡Retrasado, hijo de p-!— La llamada se cuelga.

El bicolor deja su celular a un lado y se acerca a Izuku, aspirando con fuerza con cada paso que da, hasta estar casi encima suyo.

—¿Eres consciente de lo que haces?

El pecoso asiente intentando recuperar su respiración y no hacer evidente el temblor en sus piernas.

—Lo que va a suceder ahora... No me culpes por ello, tú lo quisiste así— Susurra antes de tomar sus labios, siendo correspondido al instante.

Chapter 5: Capítulo 5

Summary:

Nuevamente la carne es débil, vuelve a tener otro encuentro íntimo con el villano en su casa y soborna a la recepcionista para que no diga nada.

Esa misma noche Momo va a buscarlo al trabajo y se reconcilian.

Dabi regaña a Deku por volver a acostarse con un héroe.

Chapter Text

Y ahí estaba, en la cama matrimonial que suele compartir con Momo, pero esta vez es otra persona quien lo acompaña.

Más específicamente, el enemigo.

Se besaban desesperadamente haciendo fricción entre sus cuerpos, haciendo todo lo posible para desnudarse sin separar sus bocas.

Shōto aspira una vez más su cuello, deleitándose por la fragancia del omega.

En su opinión, ese chico es peligroso, porque puede doblegarlo y hacer que pierda cualquier moral o voluntad propia con tal de tenerlo así.

Lo mejor es que el deseo parece ser correspondido, pues mientras se pone sobre el delicado cuerpo del pecoso, este lo acaricia anhelando más.

Se incorpora un poco, Izuku lo observa desde abajo con la respiración errática y el rostro sonrojado, de verdad es una tentación de la cual se podría arrepentir más tarde, ahora solo quiere disfrutar.

Vuelve a tomar su cuello para succionarlo con rudeza, esperando dejar una marca, una que represente que era suyo, su propiedad.

No entiende porqué es tan territorial con él, tampoco se tomará la molestia de indagar o cuestionar su propia actitud, no cuando su cuerpo le pide profanar a quien lo rodea con sus piernas.

—Lo haces a propósito, ¿No?— Pregunta dándole un pico mientras baja los pantalones del omega, junto a sus calzoncillos, que no opone resistencia y lo ayuda alzando sus caderas.

—¿Qué cosa?— Pregunta el pecoso ahora desnudo abajo, arrodillándose para levantar la camiseta de Shōto, el alfa se deshace de esa prenda y vuelve a tomarlo con la boca.

—Seducirme, sabes que voy a caer ante ti— Susurra contra sus labios, el omega sonríe antes de besarlo, enrrolla sus brazos sentándose sobre él a horcajadas, —Dime, ¿Has estado con alguien más?— Lo tumba a la cama, el pecoso niega acariciando la cicatriz en su rostro—No puedes hablar en serio, ¿Quién sería capaz de resistirse a ti?

—E-es la verdad— Se incorpora. Shōto vuelve a empujarlo al colchón.

—Yo sí que estuve con alguien más, y la amo, ya estaría casado con ella de no ser por culpa tuya y de la Liga.

—La amas pero estás conmigo en vez de ir a buscarla— Se burla, Shōto gruñe y se quita los pantalones con rapidez, dispuesto a darle una lección al omega.

—Ni creas que voy a dejar pasar esto— Pasa su mano dando una caricia en el cabello y rostro del omega, quien ronronea por el tacto, al menos hasta que su pelo es tomado con cierta presión.

Abre sus ojos, Shōto lo mira con el ceño fruncido y jala más, aquello causa algo de dolor en Izuku, quien sisea tomando la muñeca, esperando que suavice su agarre.

—O-oye...

—Sí, la amo. Y tú fuiste solo un error, ella me perdonó la vez pasada, si se entera de esto me perdonará otra vez. Contigo no pierdo nada y gano un buen rato, porque para eso sirves, eres un omega, uno muy iluso y fácil que me abrió las piernas desde el primer momento, nadie de la Liga te ha de coger bien para que caigas ante un héroe.

Izuku siente que las lágrimas se desbordan de sus ojos.

Y no precisamente porque lo dijera el héroe o tuviera sentimientos por él, sino porque se siente humillado, su papá estaría realmente decepcionado si lo ve en tal situación.

All For One hizo todo lo posible para criarlo como un omega que no cayera fácil ante los alfas, que no se dejara lastimar o rebajar por nadie, y que no se entregara a cualquiera porque los alfas, por más buenos que sean, seguían siendo alfas. Ahora se da cuenta de ello.

Shōto lo obliga a agachar su cabeza hacia su regazo.

—Chúpalo— Ordena.

Traga saliva abriendo su boca, esperando hacerlo bien.

No quiere más motivos para que el bicolor lo humille, no tiene opción de ganar, no estando en territorio ajeno, sin armas y sin quirk. Solo le queda obedecer.

Igual mentiría si dijera que no quiere aquello.

—Sin usar los dientes— Lo jala con más fuerza, Izuku se queja pero obedece, usando únicamente su lengua y labios para intentar hacer correctamente aquella labor.

Succiona con cuidado, no quiere ser regañado otra vez, su omega se siente feliz cuando oye jadeos roncos proviniendo del alfa.

"Tonto, esto no debe hacerte feliz".

Saca el falo de su boca y empieza a lamer la base del pene, acariciando con su lengua también los testículos. Siente su entrada lubricarse nada más por la voz del mayor.

—Suficiente— Declara el bicolor jalándolo bruscamente para atrás, haciendo que por poco el menor caiga.

Izuku siente que ya tuvo mucho de eso, no aguanta y empieza llorar, intentando limpiar sus lágrimas con el antebrazo, pero de nada sirve si vuelven a caer.

—¿Por qué lloras?— Cuestiona Shōto intrigado, ver al omega hizo que se le baje la calentura para abrir paso a la preocupación.

Maldito instinto protector.

—E-eres demasiado malo— Balbucea evitando su mirada —Estábamos bien y de pronto... Eres brusco, tosco y d-dices cosas hirientes. Si estoy haciendo esto contigo es porque me atraes, no porque sea fácil o me haya ilusionado, solo... Es humillante que actúes así.

Ok, sí, quizás se pasó.

Suspira y suaviza su mirada.

—Ven acá— Pide.

Izuku levanta un poco la mirada y se acerca, Shōto lo envuelve en sus brazos soltando sus feromonas para calmarlo, y se mece de un lado a otro con lentitud.

—Supongo que los villanos también tienen sentimientos...

—¿Supones?— Izuku abre sus ojos.

Shōto sonríe.

Es adorable tenerlo oculto en su pecho mirándolo expectante con aquellos grandes ojos verdes.

Se agacha para besarlo sentándolo en su regazo para más comodidad.

—Lo siento, fui malo.

—Demasiado... No vuelvas a hacerlo.

—No lo haré— Besa su mejilla y junta sus narices.

El omega emana más feromonas y toma sus labios.

Esta vez el beso es más lento y tierno, nada que ver con la agresividad que Shōto mostró antes.

Pasea sus grandes manos bajo la camiseta de Izuku y la levanta de a poco. Izuku se separa un poco, alzando sus brazos para que Shōto pueda terminar de desvestirlo.

Una vez desnudos ambos, vuelven a devorarse entre sí, con ansias de unir sus cuerpos una vez más.


—B-buenos días señor Todoroki— Lo saluda la recepcionista al verlo salir.

No es tonto, sabe que ella se dio cuenta de la situación, pues el omega que debía salir de su casa el día anterior, salió apenas esa misma mañana, usando la ropa del alfa con un gran sonrojo invadiendo sus mejillas y cierta incomodidad al caminar.

Eso y el hecho de que fue marcado con su olor hacían evidente lo que hicieron con anterioridad.

Ella probablemente se haya decepcionado un poco del héroe, pues a pesar del distanciamiento sigue estando en una relación con Momo y era de conocimiento público que estaba embarazada.

—Buenos días— Se acerca a ella, quien evade su mirada tímidamente.

No está dispuesto a arriesgarse

—Me agradas, pero no quiero que esto dañe mi reputación. Si sabes lo que te conviene, te sugiero que mantengas la boca cerrada.

Ella levanta la vista con sorpresa, él le extiende un billete por el mostrador.

—L-lo siento si lo incomodé...

—Solo hagamos como que nada de esto sucedió, creo que es obvio que quien menos debe enterarse es Momo.

—No diré nada.

Asiente y avanza hacia el estacionamiento, lanza su bolso y conduce a la agencia de Endeavor.

Está listo para ir a trabajar.

A pesar de haber dormido solo un par de horas y encima de desgastó haciendo actividades físicas, se siente con muchas energías.

Sí, no se imagina la vida sin los omegas.

Ellos son capaces de hacerte vulnerable y fuerte a la vez, de hacerte sentir tan vacío y tan lleno, de ser tu punto débil y tu mayor motivación.

Son seres realmente preciosos y Deku no es la excepción.

Haber sentido al villano lo dejó como nuevo, se relame los labios pensando en que debe repetirlo.

Lamenta no haberle pedido su número, pero no hay problema, tiene el presentimiento de que lo volverá a ver, solo es cuestión de esperar.

Llegó al trabajo e hizo su aburrido papeleo sin molestias, atendió tranquilamente al viejo y patrulló en paz con sus compañeros, esos que andan rumoreando de él y a los que quiere golpear.

Pero se siente tan tranquilo que solo lo deja pasar e ignora todo lo negativo

Fue un buen día.

—Asumiré que te reconciliaste con Yaoyorozu— Lo intercepta su padre cuando espera el ascensor al acabar su jornada.

Hasta ahí llegó su buen día, nadie que se cruce al viejo dos veces tiene días felices, solo Hawks.

Cruzarse con Enji, para Shōto, era como romper un espejo o pasar debajo de una escalera, mal augurio.

—No.

—¿A qué se debe tu buen humor, entonces?

—¿Uno no puede tener paz sin que lo cuestiones?— Gruñe acomodando su maletín y sacando las llaves de su auto del bolsillo. Está más que listo para largarse y no aparecer hasta el miércoles.

—No veo otra razón por la cual tú estarías tan... Bien.

—Te voy a dar otra razón— Se abre el ascensor —No verte la cara.

Y entra importándole poco el grito que da su padre mientras las puertas se cierran.

Va al sótano de la agencia para recoger su coche, encontrándose con Momo recostada en la puerta de este, esperándolo.


—Apestas a alfa, quien sea la persona con la que te revolcaste, es bastante territorial— Acusa Dabi bañándolo con sus feromonas para cubrir el olor de Shōto en Izuku.

El menor se deja hacer, es mejor llegar oliendo a Dabi, con quien todos piensan que tiene una relación secreta, a oler a un completo desconocido para su padre.

A All For One le daría un patatús si eso llegase a ocurrir.

—Ya cuéntame, ¿No se supone que estabas trabajando? Si tu viejo se entera de que fue una excusa para darte una escapada te matará y buscará al alfa con el que te metiste para matarlo también.

—Sh, baja la voz— Sisea tapando la boca del alfa con ambas manos.

Dabi sonríe y las lame causando asco en el menor, que frunce el ceño y se limpia en la ropa del de piercings.

Estaban en el departamento del omega y nadie estaba cerca para oír, pero Izuku tenía la conciencia tan sucia que no pudo evitar no querer oírlo.

—Sí fui al trabajo— Explica casi susurrando, Dabi rueda los ojos porque el menor estaba siendo ridículo, a su parecer —Pero entonces vino el dueño y... Sucedió.

—No me jodas, ¿Qué clase de guión p*rno es este?— Se burla, Izuku lo patea con cierta fuerza, provocando un aullido en el alfa.

—Cállate, Dabi, eres el único con quien puedo hablar de esto... El problema es que él tiene pareja.

—Resultaste tremendo. No me digas que vino en medio acto, los descubrió y se unió.

—Dabi...— Advierte, el pelinegro suspira y guarda silencio —Me veo en la necesidad de decirte quién es pero me da miedo que me juzgues.

—¿Yo? ¿Juzgar? Bah, ni que te fuera a decir rompehogares o-

—¡Dabi!

—Ya.

A Izuku le da vergüenza decirlo, por lo que apenas mira el televisor, que está encendido, sus ojos brillan y lo señala.

Dabi gira y frunce el ceño al ver quién está en pantalla.

—Eres un grandísimo idiota— Farfulla jalando su oreja —La primera vez fue comprensible porque estabas en celo y te salvé el trasero de tu padre, ¡Pero ahora lo hiciste por mero gusto!

—¡Iba a entregarme!

—¡Ya te entregaste!

—¡Yo no! ¡Él!— Señala el televisor — Él me reconoció e iba a entregarme a la policía, usé mis feromonas, una cosa llevó a la otra y-

—No digas más— Levanta su palma cerrando sus ojos —No es agradable imaginarte a ti, que te considero mi hermano menor haciendo... cochinadas con mi verdadero hermano menor.

Izuku resopla, Dabi se echa en el sofá y recuesta su cabeza en el regazo del omega.

—Tu papá se volverá loco si se entera— Se burla el mayor.

—No tiene por qué hacerlo, ni él ni nadie más. Eres tú el único en quien confío.

Dabi sonríe y levanta su mano para acariciar la mejilla del pecoso, este mira atento el televisor viendo la entrevista de Shōto, quien esa tarde había dado apoyo en el asalto a un banco.

—Dime que al menos usaron condón.

—Mmm...

El silencio de Izuku hace que Dabi se levante furioso y lo jale de las orejas hacia el baño, donde está el botiquín con algunos anticonceptivos que dejaba Himiko en sus visitas.

—Tómate ya la pastilla— Regaña, Izuku obedece avergonzado por haber sido tan imprudente —Eres un niño, tienes veinticuatro años, el mundo no te va a cuidar así que cuídate tú.

El omega escucha atento cada palabra, ya se sabe de memoria el sermón, pero en estos momentos sí que necesita oírlo, a lo mejor así recupera la cabeza.

—Eres muy afortunado, tu papá se esforzó en proteger tu identidad para que puedas tener una vida normal, eres de los pocos villanos que puede salir sin miedo a ser atrapado, puedes tener un trabajo, estudios, amigos, libertad... Si somos atrapados, tú serás el único que podrá continuar con su vida y hacer una nueva... Lo que tú papá quiere es eso, verte bien. Sí, es malo como persona, pero como padre es el mejor y te ama— Lo sostiene de las mejillas y las apachurra —¿Lo comprendes?

El pecoso asiente, Dabi lo suelta acariciando sus cabellos.

—Por favor, no vuelvas a verte con ese héroe, no vuelvas a ir a ese lugar, no te acerques a él... Si te delata, todo por lo que All For One se ha esforzado, habrá sido en vano, porque ya no estarás con él.

Izuku lo abraza, Dabi palmea un poquito su cabeza, no es muy afectuoso, pero aquel niño con el que creció puede ser su punto débil sin problemas.


—Sentí... Lo mismo que la vez pasada— Explica ella llevando una mano a su pecho —Desde ayer en la tarde, mi loba se sintió inquieta y triste... Como si te estuviera perdiendo. Me preocupé demasiado, pensé que el tiempo que nos estábamos tomando quizás... Nos alejaba como pareja.

Shōto la escucha atento, tomando su té mientras ella le daba un ligero mordisco a su tartaleta.

Le sorprende que, a pesar de no tener una marca, ella sea capaz de sentir cuando sus lobos estaban en buenos términos o pasaban malos momentos.

No puede sentir sus emociones como tal, pero sí la distancia y cercanía entre ambos.

Se siente algo culpable, pues aquello demuestra cuán conectada está su loba al suyo, mientras el suyo no puede hacerlo, no sin un lazo.

—Reconozco que me excedí con mis palabras ese día, pero sentir que de pronto me faltarías en algún momento me hizo darme cuenta de que no puedo alargar esto más. Te amo, me amas y esto fue solo uno de los obstáculos que debíamos enfrentar para hallar nuestra felicidad... Estamos esperando un cachorro, solo... Podemos superarlo.

Shōto sonríe y toma su mano, ella se limpia las lágrimas que salieron de sus ojos antes de curvar las esquinas de sus labios hacia arriba, liberando su aroma.

Shōto lo aspira encantado, el olor de una omega gestante siempre sería un deleite para todas las castas.

Las avellanas y la leche combinan tan perfectamente que regresa cuatro años atrás, cuando ella se le declaró tomándolo por sorpresa, y él la aceptó solo para no dañar su amistad.

Pero al poco tiempo empezó a devolver sus sentimientos y también a quererla.

—Vamos a casa, quiero estar contigo— Comenta ella entrelazando sus dedos.

La sonrisa de Shōto se congela.

Salió apresuradamente en la mañana, todo su hogar tenía el aroma de manzanas y canela mezclados, sobre todo en la habitación, que de seguro aún inundan feromonas sexuales; eso y el hecho de que la cama seguía igual de desordenada, con obvios fluidos sobre las sábanas harían obvia la situación.

Oh, y por supuesto, la ropa del pecoso en la secadora.

—Mejor te llevo donde Jirō, me da vergüenza admitirlo, pero sin ti no fui capaz de llevar las labores domésticas correctamente. Dame esta noche para ordenarla y limpiarla, odiaría que llegues y te resulte incómodo o que el polvo dañe al bebé.

Ella hace una presión en su mano.

—Está bien, llévame donde Kyōka. Muero por estar contigo... Te extraño— Lleva su mano a su vientre aún plano —Te extrañamos.

Shōto sonríe de alivio por no tener la necesidad de inventar más excusas y terminan sus respectivos lonches antes de dar un paseo por la zona y despedirse de ella con un beso en el porche del edificio de Earphone.

—Te amo— Sonríe Momo abrazándolo.

—Te amo— Responde por inercia, besa una vez más la frente de ella y sube al auto.

Debe llegar rápido a casa para abrir las ventanas, ambientar el salón y lavar las sábanas.

Por suerte, debido a que Izuku se ocupó de la limpieza el día anterior, la carga es mucho menor, solo una pasada rápida.

Oh, Izuku.

Cierra sus ojos e intenta controlar su respiración, pero le es imposible cuando cada imagen suya que le llega a la cabeza, es estando desnudo o gritando su nombre.

Definitivamente debe buscar la manera de quitárselo de la cabeza, por su bien, el de Momo y la familia que van a formar.

Pero para ser honesto, no quiere hacerlo.

Chapter 6: Capítulo 6

Summary:

Cuando visitaba a su hermana, vuelve a encontrarse con Deku, descubriendo que es su cumpleaños.

Lo invita a cenar, mintiendo para poder pasar la noche fuera de casa.

Chapter Text

Para su buena o mala suerte, el traslado de Yaomomo a la agencia de su padre no fue aprobado y tenían que esperar al menos seis meses como mínimo para que ella regresara, pero para entonces, ella ya debería hacer únicamente trabajo de oficina, reportes y papeleos, pues sería muy riesgoso patrullar o ir a combate con su estado de embarazo.

Ahora solo podía verla llegando a casa.

Ella obviamente terminó regresando, lo mejor para un omega gestante y su bebé siempre iban a ser las feromonas de su pareja, por lo que él también procura pasar tiempo para hacerle un baño o mimos.

Pero ese mes ha estado particularmente distraído.

No se ha topado con Deku como se lo imaginó.

Bueno, tampoco es que se lo tope a cada rato, en toda su vida no lo ha visto más de cinco o seis veces, pero ahora es diferente. Se supone que tienen "algo", él obviamente no sabe dónde estará Deku, pero Deku fácilmente puede saber dónde estará él, dónde trabaja, dónde vive, así que no entiende porqué no lo busca.

Eso en cierta parte lo alivia.

Debe olvidar lo que sucedió, a la próxima no ceder ante sus instintos y entregar a Deku sin titubear.

Suspira saliendo de sus pensamientos estacionando el auto en el supermercado. Le gusta ese que es más cercano a la casa de su hermana porque es menos transcurrido, así no habría tantos fans queriendo interrumpir sus compras.

Justo iba de camino a casa después de visitar a Fuyumi, Momo no lo acompañó, anda muy perezosa últimamente, la comprende, es uno de los síntomas que les dijo el doctor que tendría.

Mientras pasea por los pasillos, recuerda que el mayor antojo de Momo es el helado de fresa, obviamente debe ir a conseguir un pote extragrande para ella, y quizás algunos dulces más.

Llena su carrito mientras escoge de paso la despensa para la semana, cuando un aroma a lo lejos capta su atención.

Levanta la vista y se congela al percibir unos rizos perdiéndose entre los pasillos. Traga saliva y sigue al chico sigilosamente, ¿Sería él?

Lo reconoce de espaldas, lleva una mochila amarilla y camina con alguien enrrollando su brazo, no puede verlo porque trae gorra, mascarilla y un gran saco que cubre todo su cuerpo, huele otra vez, se trata de un alfa, gruñe ante ello.

—¿Podemos llevar pastel de chocolate?— Señala el peliverde la vitrina. Ahora que oyó su voz, está convencido, es Deku.

—Llévalo si quieres, pero si la asquerosa de Toga se lo come, no me pidas que te compre otro.

—Entonces será solo una rebanada y me la comeré en el camino...

Al teléfono del más alto parece llegarle una notificación, pues este lo saca y después de leer algo, se separa del omega.

—Izuku, ¿Puedes ocuparte del resto? Iré al bar.

—Está bien— Le sonríe tomando la canasta y extendiendo su mano, su acompañante suelta un suspiro, mete su mano al bolsillo para sacar unos billetes y los pone en su palma.

—Perdón por no poder acompañarte hoy, pero-

—Sí, es trabajo y es importante.

—Gracias por entenderlo, te lo compensaré... Me voy, feliz cumpleaños— Palmea su cabeza.

—Que te vaya bien— Levanta su mano, el hombre asiente antes de salir a paso rápido del lugar.

Shōto nota que Izuku no cambia su expresión ni baja sus ánimos ante la falta de compañía, pues en cuanto se queda solo, empieza a contar los billetes con una sonrisa y toma el pastel más grande que puede divisar.

—¿Feliz cumpleaños?

Antes de siquiera pensar en sus acciones, ya se había acercado al pecoso y soltó la primera mierda que le vino a la mente.

Izuku se sobresalta un poco al verlo, expande sus ojos.

—¿Q-qué haces acá?

—¿No puedo?

—Estamos muy alejados del lugar en el que vives, estoy seguro de que en tu zona hay demasiados supermercados...

—Asumiré entonces que vives cerca.

Izuku se calla y frunce el ceño.

—No te interesa.

Shōto sonríe al verlo así, baja un poco su mirada, enfocándose en el pastel que abraza el pecoso.

—¿No es demasiado para una sola persona?

El pecoso no responde.

—Bueno, el tipo de antes dijo que era tu cumpleaños, supongo que lo pasarás con... ¿La Liga?

—Ese no es asunto tuyo.

—Estoy intentando ser amable porque se trata de tu día, ¿Prefieres que llame a la policía?

Izuku suspira.

—No, ya lo pasé con la Liga en la tarde. Esta noche solo iba a pasarlo con él.

—Pero él se fue... ¿Te gustaría que te acompañe yo entonces?

Izuku entonces cambia su expresión de molestia a una sonrisa traviesa.

—¿Me darás un regalo?

—¿Quieres descubrirlo?

Izuku ríe.

—Vamos.

Caminan juntos a la caja, Shōto le quita la canasta al pecoso y la pone en el carrito para hacer pasar todo y pagar, el menor solo lo sigue en silencio.

Es su cumpleaños, si alguien se ofrece a pagar, ¿Quién es él para negarse?

Van al estacionamiento y se sienta en el copiloto admirando el interior del auto mientras Shōto acomoda las compras en el maletero.

Después el alfa va al asiento del conductor, pero antes de conducir, se pone a buscar en su celular.

—¿Qué haces?— Pregunta Izuku con cierta desconfianza.

—Estoy reservando un sitio donde puedas pasarla bien— Responde sereno sin quitar la vista del aparato —¿Ya cenaste?

Izuku niega, Shōto acaricia su mejilla antes de empezar a conducir.

Después de una hora de camino por la ciudad, Shōto ingresa a un estacionamiento subterráneo y apaga el motor, pero antes de que Izuku pueda desabrochar su cinturón y salir, Shōto se le adelanta abriendo la puerta.

—Toma el elevador al piso cero, adelántate, ve a recepción y da mi nombre, te llevarán a una sala. Debo hacer una llamada.

El pecoso asiente y va al ascensor para ir a donde el alfa le indicó.

En cuanto estuvo solo, sacó su teléfono y timbró.

—¿Shōto?

—Fuyumi... De camino a casa se me averió el auto, lo dejé en un taller pero por la hora me lo entregarán mañana, así que me quedaré en un hotel... No quiero preocupar a Momo, si te llama, dile que estoy contigo, por favor.

Está bien, Shōto, tranquilo... ¿Tú estás bien?

—Lo estoy.

De acuerdo, llámame cuando regreses a casa, te quiero.

—Igual. Descansa.

Cuelga la llamada con su hermana y busca el de su novia, ya no hay marcha atrás, sabe que lo que hace y hará está mal, pero al mismo tiempo no puede detenerse.

Sus intenciones con Izuku son claras, no puede ignorarlo, o mejor dicho, no quiere, lo que sucedió entre ellos jamás debió ocurrir ni mucho menos repetirse, pero ahí está otra vez, solo que ahora no hay excusas.

Pudo fácilmente hacer como que no lo vio y largarse, sin embargo, prefirió acecharlo e invitarlo a una... ¿Cita?

Pues eso parece.

—¿Ya estás de camino, Shōto?— Oye la voz de la omega.

—No, me quedaré a dormir con Fuyumi... Iré temprano, te llevaré helado de fresa, ¿Te gusta la idea?

Por supuesto— Oye una risilla —Está bien, mañana no trabajo así que puedo encargarme del helado yo solita.

—Estoy seguro de que sí... Hasta mañana.

Hasta mañana, Shōto, te amo.

—Te amo.

Sí, claro. Le gustaría saber en qué momento fue que cambió su percepción de amar... O si Izuku tiene algo que ver con ello.

Está seguro de que no ama al chico ni tiene sentimientos por él, pero de lo que sí está seguro es que le atrae y no se conformará con simplemente verlo una o dos veces.

Guarda su teléfono y avanza hacia donde Izuku fue con anterioridad.

—¿Te gusta?— Observa al omega comer delante suyo, quizás con demasiada alegría.

No lo culpa, el restaurante en el que están es el mejor, se especializa en comida marina y al estar ubicado a la orilla de la playa, sus productos son frescos, calamares, peces, pulpos y más.

Lo mejor es que tiene salas privadas para que puedan estar a solas sin que el resto de clientes o meseros los vea.

—Está delicioso... La descripción del caviar suena mal, pero su sabor es exquisito— Sonríe Izuku, untando nuevamente la pequeña tostada con aquellas perlas oscuras.

—¿Pediste caviar sin conocer su sabor?

—En realidad solo quería enfadarte por pedir algo tan costoso, pero ahora me encanta.

—Si te gusta tanto, ordena otro.

Izuku sonríe.

—No, está bien, prefiero probar otras también— Acaba su tostada y toma su bebida.

Shōto de pronto toma su mano sobre la mesa, el pecoso levanta la mirada con leve sorpresa.

—Ven acá, quiero besarte— Dice el alfa jalando un poco su mano.

Entonces el menor cambia su expresión a una más relajada y, sin ser soltado, se levanta para caminar hacia el alfa, sentarse en su regazo y cumplirle el deseo de besarlo.

Juntan sus labios con suavidad y acarician sus lenguas entre sí.

Izuku abre ligeramente los ojos, ve algo de crema en el postre y toma un poco con su índice, para posteriormente colocarla en la nariz de Shōto, quien abre sus ojos con sorpresa.

Izuku suelta una risa, Shōto sonríe capturando sus labios otra vez.

—Fuyumi-san, b-buenas noches...

Hola, Yaomomo, ¿Pasa algo?

—No, nada especial, solo quería preguntar si Shōto estaba ahí... Es que no ha llegado y...

Tranquila, chica— Escucha reír a la albina algo nerviosa, pues está recordando la petición de su hermano menor —Se quedará a dormir. Sabes que Daiki lo quiere mucho, y no quería que se vaya, ¿No te avisó?

—Oh, sí, cierto, lo había olvidado... Disculpa las molestias, Fuyumi-san.

Descuida, trata de no preocuparte demasiado, esperas un bebé, tus emociones le afectan a él también.

—Lo sé, lo sé, solo... Olvídalo. Buenas noches.

Hasta la próxima, Yaomomo.

La azabache cuelga la llamada y suspira de alivio. Su loba se había puesto inquieta otra vez y con temor de que su novio esté con alguien más, llama a su cuñada.

Sabe que ella no cubriría al alfa si este hace alguna maña, así que se tranquilizó bastante cuando la albina le confirmó que Shōto estaba con ella, pero aún así su instinto le decía que no baje la guardia.

—Cálmate, está con Fuyumi-san— Le pide a su loba, ella se niega a ceder —Quizás lo estamos extrañando demasiado— Acaricia su vientre plano.

Ingresan entre besos a la habitación, sin siquiera encender las luces o fijarse por dónde iban.

Shōto carga a Izuku, este enrrolla sus piernas en la cintura del más alto y, sin separarse, el bicolor avanza por el salón del hotel hasta llegar a la cama, depositando con gentileza al omega.

Se aparta únicamente para quitarse el abrigo y la camisa, dejando caer todo al suelo, Izuku tampoco es paciente al deshacerse de su propia ropa hasta quedar desnudo.

Shōto logra verlo solo con la iluminación de la luna a través del ventanal, nota la expresión inquieta de Izuku, acaricia su mejilla antes de desabrochar su cinturón y sacar su erección.

—¿Recuerdas cómo hacerlo?

El villano asiente abriendo su boca para engullir todo lo que puede de la hombría del alfa.

En comparación a la vez pasada, Shōto no jala su cabello ni es tosco, solo le hace caricias y susurra palabras bonitas mientras embiste un poco contra la boca del omega.

El cumpleañero siente su entrada contraerse, ansía tener algo dentro, levanta su mirada para encontrarla con la de Shōto, que lo observa sonrojado y con el ceño algo fruncido, aguantando un poco la respiración.

—¿Podemos saltarnos este paso?— Le pregunta al alfa, dándole una última lamida a su glande antes de echarse en la cama y abrir sus piernas —Hay algo que necesita atención más urgente, en mi opinión.

Todoroki sonríe.

—Sí, creo que podemos dejar de jugar.

Sube a la cama, separando más las piernas del chico y toma su propio miembro, el cual está empapado por la saliva de Izuku, para luego alinearlo contra el palpitante agujero.

Levanta la vista queriendo ver las expresiones que hará en cuanto se lo folle, pero primero simplemente roza y acaricia su glande contra el hoyo del chico, que se sonroja empezando a gemir y humedecerse más aún.

—S-Shōto, no juegues.

—Lo siento— Ríe tomando la mano contraria para besar su dorso antes de finalmente empujar con suavidad.

Se deleita al notar que el pecoso cierra sus ojos conforme va entrando; se agacha para besarlo, no pueden culparlo, se ha vuelto adicto a sus labios.

Una vez entró por completo, no pierde el tiempo y empieza a embestir, Izuku se sujeta de sus hombros entre jadeos y temblores, llevando la cabeza atrás por el placer.

Sí, es esto lo que quiere.

Tener a un omega rogando por más, viéndose tan vulnerable, deseable y delicioso aferrándose a él.

Besa su cuello, muerde sus hombros, quiere marcarlo.

Al igual que las veces anteriores, piensa "Luego llegará la culpa, ahora solo queda disfrutar".

Y lo hace.

El omega también parece ansioso por explorar su inexperta sexualidad, accede emocionado a cualquier posición que Shōto proponga y a hacerlo en cualquier lugar de la habitación del hotel.

No solo el dormitorio, también la sala, el pequeño comedor, el jacuzzi, incluso en el balcón.

Es algo que con Momo jamás podría hacer, ella es lo suficientemente reservada como para sentirse cómoda en otro lado que no fuera la cama, pero él no es Momo, así que se permite experimentar lo que tantas veces reprimió.

—Mhg... ¡S-Shōto!— Grita Izuku haciendo más presión en los hombros del alfa al sentir su nudo otra vez.

Obviamente a Shōto le duele tener las uñas incrustadas en su piel, pero en estos momentos está pensando con la de abajo e ignora el dolor y sigue succionando el pecho del chico que yace a horcajadas sobre él.

—¿Acabaste, bebé?— Le pregunta, Izuku asiente recargando su mentón en el hombro del alfa, agotado.

Se quedan unos minutos esperando a que el nudo baje antes de poder separarse, Izuku se da la vuelta y se sienta en el regazo de Shōto, posando su nuca en el pecho del alfa.

El agua de la tina sigue tibia, por lo que el bicolor piensa que reposar un rato más no les haría daño.

—¿Cuántos años cumpliste?

—Veinticinco...

—No me jodas— Ríe —Juraría que como máximo tienes veinte.

—Genética, supongo— Murmura cerrando sus ojos —¿Lavas mi cabeza?

—Estaría encantado.

Extiende su mano hacia el pote de Shampoo para empezar a lavar el cabello rizado, haciendo ligeros masajes y jugando con la espuma.

Mientras lo hace, dirige su vista a la nuca del chico, dejando expuesta aquella zona que a sus ojos, se ve apetitosa.

Se relame los labios antes de abrir su boca y morder.

—¿Q-qué haces?— Chilla el omega.

—Tranquilo, no puedo marcarte sin un nudo— Lame la mordida —Es solo temporal... Ahora hueles a mí. Me encanta.

—E-estás loco, me meteré en problemas por tu estupidez— Gruñe Izuku, Shōto lo ignora empezando a repartir besos en su cuello —Hablo en serio.

—¿En problemas con quién? ¿Con el alfa del supermercado?

—A él no lo metas en esto— Se enjuaga la cabeza con el agua de la tina y sale, tomando la toalla para secarse.

—¿Es importante para ti?— Shōto arquea la ceja esperando respuesta.

—Demasiado importante.

Ok quizás la respuesta no es de su agrado.

—¿Qué relación tienes con él? Se veían cercanos— Pregunta, observando al omega gruñir frente al espejo.

Shōto no entiende su molestia, pues a su parecer, se ve mejor que antes, con muchos chupones y marcas violetas inundando su pecho, cuello y clavículas.

Todas hechas por él.

Made for Shōto.

—Es mi hermano, lo conozco desde que tengo memoria, nos criamos juntos— Suspira poniéndose la bata.

—¿Entonces no tengo motivos para ponerme celoso?

—Por supuesto que no, solo hice esto contigo— Responde sin pensar, secando su cabello, luego se da la vuelta con sorpresa por sus propias palabras.

Shōto lo mira desde la tina con una sonrisa arrogante.

—¡A dormir!— Grita corriendo fuera del baño.

El alfa niega divertido y se levanta, secándose también para luego ponerse otra bata.

Después de unos minutos sale, encontrando al pecoso cambiando las sábanas de la cama, le lanza un beso antes de pasar directamente al salón.

Toma el teléfono que da a recepción y carga a su tarjeta algunas cosas para el día siguiente a primera hora.

Cuando cuelga y regresa al dormitorio, Izuku ya está hecho bolita, arropado entre las mantas jugando con su celular.

Se pone tras él, lo rodea con sus brazos y besa su mejilla.

—Dame tu número, quiero verte cuando se me antoje, no solo cuando nos encontremos por mera casualidad— Exige.

El pecoso asiente sonrojado, dictando su información de contacto para que Shōto lo guarde antes de acurrucarse juntos y dormir.

Su entrecejo se frunce por la molesta luz del sol que ataca sus párpados, suelta un pequeño gruñido y se da la vuelta para darle la espalda a la ventana.

Ronronea cuando unos fuertes brazos lo rodean haciendo presión, vuelve a sentir aquella fragante canela envolviendo su cuerpo, devuelve el abrazo.

Oye otro ronroneo, aquello le hace sonreír, abre sus ojos y levanta la vista, un par de ojos de distinto color lo miran atentamente.

Se sonroja al darse cuenta de que está siendo observado, pero el héroe se agacha un poco para besarlo, se miman un rato hasta que la puerta recibe un toque.

—Es el servicio a la habitación— Shōto besa su nariz y se levanta para abrir la puerta, luego regresa con un par de bolsas y una bandeja.

—¿Qué es?— Cuestiona Izuku sentándose.

—Nuestro desayuno, ropa y... Tu regalo de cumpleaños.

Entonces el menor gatea hacia su lado con rapidez, recibe la pequeña bolsita de papel, la abre con curiosidad y empieza a reír al ver el contenido.

—Eres increíble— Dice con una sonrisa sacando el pequeño pote de vidrio —No me lo esperaba, pero es un delicioso regalo. Gracias.

—Ayer parecía gustarte mucho, no sé qué otras cosas te gustan, pero pensé que era mejor que nada.

—No, hablando en serio, es lo más random y genial que alguien me ha dado, ¿A quién se le ocurre regalar caviar?— Ríe.

—Solo a gente fantástica— Shōto lo toma de la cintura para besarlo.

Comparten una mirada cómplice antes de empezar a desayunar contentos por la mutua compañía y vestirse con la ropa que ordenó el alfa.

Al salir del hotel, Shōto lo lleva a donde el pecoso le indicó, lo ayudó a separar sus compras, las cuales se habían quedado en el auto, y le da un último beso antes de despedirse.

Luego conduce a casa, toma también sus propias bolsas e ingresa a su edificio.

—¡S-señor Todoroki, espere!— Lo detiene la recepcionista, él la ve esperando explicación, ella se acerca y lo huele —Está... Usted huele a otro omega... La señorita Yaoyorozu está en casa, se dará cuenta...

Mierda.

—Venga, tengo un spray anti aromas.

Agradecido con la chica, permite que ella lo rocíe y vuelva a olfatear.

—Ahora está mejor— Le sonríe la omega.

Deja sus compras en el recibidor, mete su mano a la billetera y le extiende un billete a la muchacha, a ella le brillan los ojos recibiéndolo.

Si encubrir las fechorías del héroe iba a hacer que reciba tales propinas, con gusto iba a seguir.

Vuelve a tomar sus compras y va a su casa, debe apresurarse para ir al trabajo.

—¿Shōto, llegaste?— Pregunta la chica desde la cocina.

—Sí, estoy acá... Tengo prisa, amor, ocúpate de esto, por favor— Deja las bolsas sobre la encimera, le da un beso a la mujer y corre a su habitación para alistarse.

—¿Desayunarás?— Oye a la omega desde la cocina, moviendo las cosas.

—No, comí donde mi hermana, tranquila— Responde metiendo algunos papeles en su maleta, junto a su traje de héroe el cual llevó para lavar y otras cosas que usa en el trabajo.

No hay tiempo para cambiarse.

—Salgo, te amo— Pasa por el lado de Momo, besa su frente y vuelve a desaparecer.

Ella se ocupa de terminar de guardar las compras en los estantes, refri y sus lugares respectivos.

Una sonrisa crece cuando mira el pote de helado y lo abre con ilusión.

Ilusión que se deshace al ver que está completamente derretido.

—¿Tan rápido?— Cuestiona ella —Seguro otra vez lo puso cerca al motor— Rueda los ojos poniéndolo en el congelador.

Termina de guardar la despensa y está dispuesta a hacer lo mismo con las bolsas cuando haya unos papeles dentro de ellas.

Se trata de las boletas.

Pero lo que capta su atención es que en la lista hay más cosas de las que llegaron.

¿Pastel? ¿Naranjas? ¿Aceitunas? ¿Condimentos? No vio nada de eso mientras las ordenaba, de hecho hay otras cosas que tampoco llegaron.

Frunce el ceño.

Chapter 7: Capítulo 7

Summary:

Dabi regaña a Izuku por haber sido descuidado y dejarse marcar temporalmente.
La marca empieza a arder porque Shōto y Momo están a punto de intimar.
Aprovechando que Momo salió de emergencia, Todoroki ssle en busca de Izuku.

Chapter Text

—Momo, ¿Dónde estás?

—¿Qué te importa?— La oye gruñir.

Shōto suspira, ¿Ahora que le ocurría? ¿Por qué estaba molesta?

Regresó de trabajar y para su sorpresa, su señorita novia no estaba en casa. Pensó que quizás había salido y decidió esperar, pero entonces marcaron las diez y seguía sin aparecer.

Ahora que la llama, supone que hay algo que la molestó.

—Momo...

Todoroki, parece que tú solo te esfuerzas en cagarla— Oye a Kyōka al otro lado de la línea.

Bueno, al menos ahora sabe dónde está.

—¿Podrían decirme al menos qué hice para molestarla?

No lo sé, ¿Por qué no nos dices a dónde fuiste anoche en realidad?

Se queda quieto y su respiración se congela, ¿Se habían enterado? No hay manera, ¿Fuyumi lo habrá delatado? ¿Seguía oliendo a Izuku en la mañana? ¿En qué metió la pata para ser descubierto?

—¿Qué quieren decir?— Tantea.

En la boleta de compras hay cosas que no trajiste a casa, ¿Puedes explicar eso?

—Ah— Siente alivio y el aire regresa a sus pulmones, se relaja —Así que se trata de eso... Hice las compras con Yumi anoche y dejé algunas cosas en su casa, ¿Qué con eso? ¿Es esa la razón por la que te fuiste?

Oye silencio al otro lado de la línea y sonríe.

No sabe en qué momento ganó el don para mentir e improvisar así de rápido, pero no niega que le es muy útil.

Pues no piensa dejar de ver a Izuku.

—Regresa a casa, Momo, debemos hablar. Te estaré esperando.

Cuelga sin esperar respuesta, ese juego de desaparecer cuando hay problemas y regresar cuando siente que lo pierde empieza a hartarlo.

Le llega un mensaje de Momo diciéndole que irá al día siguiente después del trabajo, lo deja pasar, pues es demasiado tarde como para que ella regrese.


—Tu viejo me va a matar si asume que fui yo— Gruñe Dabi después de cubrir la marca de Izuku con algo de cinta y maquillaje —Supongo que está bien...

—Gracias— Suspira con alivio.

—Esperemos que Toga no se dé cuenta, ella es tremenda chismosa.

—Ya sé.

—No, parece que no sabes— Rueda los ojos mientras libera sus feromonas para cubrir al omega, disfrazando la esencia a canela que lo invade —Todo lo que te digo te entra por una oreja y te sale por la otra. No solo no fuiste a casa como te lo pedí, sino que además escapaste con el héroe, llegas hecho mierda apestando a él y con una marca.

—No creas que no se lo reclamé.

—Él es un egoísta y tú, un idiota— Le pega en la frente —Él tiene novia, tú estás temporalmente marcado, ¿Sabes lo que significa?

Izuku lo sabe, no es ignorante del tema.

Cuando un alfa y un omega comparten marca y tienen contacto romántico con otras personas, sus compañeros sufren. Sobretodo los omegas.

Aunque aquella marca sea temporal, no significa que no sentirá lo que Shōto y tampoco sufrirá las consecuencias.

Ahora se siente más molesto aún.

—Vamos, se hace tarde— Murmura Dabi tecleando en su teléfono, a los pocos segundos se abre un portal.

El alfa toma la máscara pasa su brazos por los hombros del más bajo para ingresar juntos.

Son recibidos por los principales miembros de la Liga en su sala de reuniones, oyen a Toga y Twice silbar cuando los ven; chasquean con fastidio.

—Hasta que aparecen— Suspira Tomura.

—Déjalos, es normal que quieran pasar tiempo de calidad— Compress se une a Himiko y Jin en las burlas hacia la "pareja".

—No me importa su tiempo de calidad de mierda. Izuku, al laboratorio; Dabi, tú te quedas.

El pecoso asiente yendo a donde se le indicó, alejándose del grupo. Desde lejos ya podía oír cómo molestaban a Dabi, haciéndole preguntas como "Qué hacían", "Por qué tan juntitos" y "Cuándo lo harían oficial".

Le dan escalofríos nada más por pensar en Dabi como algo más.

Ingresa a la sala médica, Garaki sale en cuanto lo ve y cierra la puerta a la vez, dejándolo solo con All For One.

—Padre— Saluda haciéndole una pequeña reverencia.

—Izuku— Devuelve el saludo sin separarse de la intravenosa que está conectada a él —Tus diseños e ideas para los nuevos nomus son buenos... Quizás demasiado. Garaki dice que será un gasto enorme y dependerá de bastante investigación de por medio. No lo vale.

Escucha atento.

—Necesitaríamos seis años para tener solo uno, es una inversión demasiado arriesgada... Te quiero, pero prefiero que tengas los pies sobre la tierra. Deja de soñar con crear vida inmune sin un quirk, mientras más lejos aspires mayor será tu decepción. Este año culminas tu doctorado, confórmate con seguir estudiando y ser aprendiz de Garaki.

Asiente, aquellas palabras le dolieron.

—Perdón si soy cruel, solo quiero protegerte, hijo. Somos solo tú y yo, si algo llegara a sucederte, no me lo perdonaría, porque fui yo quien te metió en este mundo.

Sus ojos se ponen rojos, sabe que lo que dice es cierto, All For One lo ama, lo crió cuando incluso su madre le dio la espalda y educó como si fuese su propio hijo.

Le permitió tener una vida semi normal, fue a la escuela, hizo amigos, tuvo citas, salió a divertirse... Pero aunque nunca le faltó nada, no podía experimentar todo y compartir sus experiencias con su padre a ojos de los demás.

All For One solo pudo acompañarlo desde las sombras.

—Cambiando de tema... He escuchado que últimamente te la pasas más con Dabi.

—Ah... Sí— Despierta de sus pensamientos.

—Siempre me pareció inusual la cercanía que tenían. No me preocupó antes porque tú solo eras un niño y él, un adolescente... Pero han crecido, se han desarrollado y...

—Papá, no— Lo detiene —Dabi y yo no tenemos nada.

—Estás marcado con su olor.

—Salimos y unos alfas me estaban mirando, solo lo hizo para ahuyentarlos.

—Izuku, si tú y él quieren estar juntos, yo no-

—Papá, él cambiaba mis sábanas cuando me orinaba en ellas, estuvo presente en cada momento vergonzoso y prácticamente me crió.

—Y aún así no se fue de tu lado.

—Papá...

—Bien, está bien, pero si en algún momento quieres estar con alguien, házmelo saber... Y no confíes en nadie.

—Gracias, padre. ¿Eso es todo?

—Sí, puedes ir a casa. Hoy los chicos ejecutarán tu plan en el banco para obtener más fondos, no es tan necesaria tu presencia, te la puedes saltar.

Izuku asiente y se retira, agradecido por aquella información.

La verdad es que sí le viene bien faltar, a pesar de que pasaron dos días, su cuerpo aún tenía secuelas de la noche de su cumpleaños. Sus músculos seguían algo tensos, iba a necesitar un poco más de descanso.

¿Y si se saltaba las clases también?

No, no puede, está muy cerca de obtener su doctorado, no lo puede echar a perder así.

Llega a su departamento, se lanza a la cama y mira a la nada sintiendo sus ojos pesar preparándose para dormir cuando la olvidada marca temporal en su nuca empieza a arder.

Sisea esperando ignorar la incomodidad, pero se hace más fuerte.

Da un pequeño grito de dolor. No solo duele su nuca, también siente una punzada dentro de ella, el dolor baja hasta su garganta y se hace presente un zumbido en sus oídos.

Empieza a llorar mientras se retuerce en la cama, ¿Qué ocurría?

Quita la cinta que cubre su marca, la acaricia y da palmadas esperando aliviar el dolor, pero le resulta imposible.

Jadea, la marca pica, arde, quema.

Sus gritos se ahogan al morder la almohada y las lágrimas salen a mares.

¿Por qué duele tanto? ¿Es así como se siente un omega marcado cuando su alfa está con otra persona?

—S-Shōto, detente...— Solloza —Me duele... Me hace d-daño...

Cierra sus ojos, aquella punzada lo atormentaba, era tan jodido como un dolor de oído o muelas.

Y de pronto, nada.

Abre sus párpados con sorpresa y alivio.

¿Qué pasó?


—Siento mucho haberme ido así ayer, Shōto— Se disculpa Momo con la mirada agachada, sentada en el sofá —No debí asumir cosas sin preguntar.

—Está bien, está bien, cielo —Besa su cabeza y posa en la mesa de centro una taza tibia de té para luego sentarse a su lado—Sé que el embarazo hace que tus emociones se desborden, pero vamos a marcar un límite.

—¿Un límite?

—No tengo nada contra Kyōka o con que la visites... Lo que me incomoda es que recurras a ella cada vez que estás enfadada conmigo. En primer lugar, no deberías irte ante cualquier problema.

"No teniendo a mi hijo dentro tuyo" quiso añadir, pero sonaría demasiado mierda de su parte.

—Comprendo...

—Momo, no pienso tolerar el juego de tirar y aflojar la cuerda. A la próxima que quieras irte... Que sea permanente —Ella jadea —Y con una razón válida, no por suposiciones sacadas de tu mente. Somos una pareja, amor. O estamos juntos, o no lo estamos, lo sabes.

—L-lo siento, solo... Pensé que lo había superado, pero aún siento muchas dudas cuando... Cuando llegas tarde, o estás cerca de otros omegas, o omites información— Empieza a sollozar.

Shōto suaviza más su mirada y la toma en brazos, posteriormente se echa en el sofá con ella reposando sobre su pecho.

Acaricia los largos cabellos negros para tranquilizarla, reconoce que fue demasiado duro, pero era para mantener las cosas en paz, porque le irritaba que ella le haga la ley del hielo o se vaya por cualquier duda e inconformidad que tenga.

Se quedan un rato viendo el televisor cuando nuevamente se hace presente la Liga ahí, casi al instante e inconscientemente se le forma una erección.

No por pensar en la Liga de Villanos, sino por uno de sus miembros en particular.

—S-Shōto...— Oye a Yaoyorozu que está echada sobre él, conoce ese tono de voz, de seguro ella lo sintió.

Con su mano, la toma del rostro para verla, está sonrojada, comparten miradas por unos segundos hasta que empiezan a besarse.

La intención es clara cuando Momo le pide ir a la habitación.

Suspirando, la carga y lleva al dormitorio, posándola sobre la cama para retornar a los besos, de paso levantando el vestido que ella trae puesto.

Besa su cuello mientras la acaricia sobre la ropa interior, queriendo provocar humedad listo para ingresar después.

Al mismo tiempo, abre los primeros botones de aquel vestido negro para revelar sus pechos cubiertos por el sostén, lo baja para liberarlos.

Está a punto de meter uno a su boca cuando algo en su mente le pide que se detenga.

Siente miedo y confusión, ¿Por qué?

Su lobo se debate entre seguir y complacer a la omega bajo suyo o detenerse y esperar por alguien.

¿Por quién?

—¿Shōto?— Ella acaricia su mejilla. Ignora el extraño sentimiento para volver a besarla.

"Detente".

Frunce el ceño, ¿Por qué su estúpido lobo quiere que se detenga?

El sonido del celular de la chica los separa. Ella lo empuja sin pensarlo y corre, pues reconoce que se trata de una llamada de trabajo.

Suelta un suspiro, no se enfada porque ella, como siempre, corra a atender emergencias antes que a él; se enfoca más en intentar descifrar la negación de su instinto.

"Tenemos un omega" le dice su subconsciente.

Pues claro que tiene una omega, Momo, así que sigue sin entender porqué la rechazaba.

—Shōto, lo siento, llamaron a la agencia, me necesitan para dar apoyo— Oye a la chica desde la sala y luego a la puerta cerrarse.

Sale de la habitación con el ceño fruncido, se tumba en el sofá, el televisor sigue encendido.

Y luego, al ver en las noticias, a la Liga de villanos, su cabeza hizo click.

Izuku..

"Sí, ese es nuestro omega".

Corre nuevamente a la alcoba para tomar su teléfono y timbrar.

—Shōto... Duele...— Lo oye, su voz está quebrada.

—¿Dónde estás? Iré ahora mismo.

Al parecer el dolor del omega no lo dejó pensar con claridad, pues le envío su ubicación sin titubear.

Tal y como se lo esperaba, está en el mismo distrito en el que vive su hermana, tomó las llaves de su auto y salió a toda prisa.

Condujo lo más rápido que pudo dentro de los límites hasta llegar al complejo de departamentos y subir los tres pisos para llegar al número 401, tocó el timbre como loco.

Dejó de hacerlo cuando desde adentro oyó cómo se quitaba el seguro, revelando el rostro lloroso del chico.

—Aún duele...— Murmura Izuku dándose la vuelta para mostrar su nuca. Está enrojecida e hinchada.

Shōto se siente culpable, sabe que es el causante de aquello.

Entra, cierra la puerta y lo abraza desde atrás.

—Lo siento.

—Si lo sintieras te habrías detenido... No tienes idea de lo insoportable que fue— Balbucea, Shōto empieza a lamer su marca y repartir pequeños besos sobre ella.

—Tienes razón, fui un egoísta. Te marqué sin tu consentimiento y debes cargar con aquello hasta que esto desaparezca.

—No vuelvas a hacerlo... Hasta que se borre, no lo hagas, me duele.

—Está bien, evitaré que vuelvas a pasar por esto— Le da la vuelta a Izuku y besa sus labios —Lo prometo.

Toma la mano del más bajo para adentrarse juntos en el pequeño apartamento.

Toma asiento en uno de los sillones, con el omega en su regazo y se limita a mimarlo, esperando hasta que baje la hinchazón en su nuca.

Aprovecha para oler el ambiente, casi todo ahí huele a manzanas, tan dulces y frescas a la vez, le gusta aquel aroma.

Acomodándose mejor, y acurrucando al chico en sus brazos, cierra sus ojos cayendo rendido casi al instante.


Llega a casa agotada y de mal humor.

Por suerte no fue ella a quien entrevistaron y le permitieron regresar a casa antes debido a su embarazo.

Era su nueva modalidad de trabajo impuesta por la agencia, no tendría un horario fijo ni patrullas, solo papeleo, reportes y se le pedirá la asistencia en caso de emergencias.

Pero la misión de hoy había sido un fiasco, no logró detener el asalto al banco ni a alguno de los malhechores, solo pudieron negociar para que los rehenes sean liberados a salvo.

—Shōto, estoy de vuelta.

Silencio.

No hay problema, seguro está dormido.

Prende las luces conforme avanza hasta que llega a la habitación que comparten.

Vacío.

Quizás fue a comprar.

Siente a su loba aullar con inquietud, otra vez está esa sensación de que lo pierde, de que está con alguien más. Frunce el ceño y se pone el saco, dispuesta a tomar su bolso e ir a casa de Kyōka sabiendo que sería consolada y se sentiría segura en sus brazos.

Se detiene cuando las llaves están en su mano.

No, no puede hacerlo. Shōto ya le advirtió, se niega a perderlo.

Le escribe un mensaje y espera a su respuesta.

Pasan los minutos, nada.

Suspira otra vez antes de tomar un baño, ponerse el pijama y echarse a descansar, no quiere sobrepensar, sabe que no es del todo sano vivir desconfiando de la persona con la que compartiría su vida, pero no puede estar sin él.


Ahí yace, desnudo en la cama del enemigo, abrazándolo por la espalda mientras este parece ver un documental de ciencias y biología en el televisor.

Se siente obligado a compensarlo por el mal rato que le hizo pasar en la tarde.

Se inclina un poco para ver la marca, sigue roji*za, pero está mejor en comparación a horas atrás, toma la mejilla suave y pecosa del chico que mira atento la televisión, para obligarlo a verlo.

Sonríe al notar el sonrojo en el menor y un ronroneo involuntario. Sí, le gusta mucho ese tipo de reacciones proviniendo de él.

Besa sus labios haciendo más presión con sus brazos.

Está tan tibio y cómodo que no se quiere mover de ahí.

—¿A qué hora te irás?— Pregunta la relajada voz del pecoso.

—¿Estás echándome?— Responde con una sonrisa, mordiendo con ligereza su mejilla. Izuku niega.

—Al contrario, no quiero que te vayas.

—Entonces no lo haré— Pasa su nariz por los rizos verdosos.

Se mantienen abrazados por unos minutos más hasta que el nudo de Shōto baja y, finalmente, sale de él. Solo entonces Izuku se da la vuelta para acurrucarse en su pecho.

A los segundos, el menor se queda dormido, Shōto se levanta para apagar las luces, la televisión, y buscar su ropa.

En el bolsillo de su abrigo se encuentra con su teléfono, era la media noche, Momo le envió varios mensajes preguntando por su paradero durante el transcurso de las horas.

Siente una ligera punzada de culpa, la cual se ve opacada al recordar que alguien está durmiendo como un bebé y espera su compañía.

¿En serio está echando a perder cuatro años y medio de noviazgo con una persona tan excepcional y maravillosa por un tipo al cual apenas conoció meses atrás?

No, la respuesta es no.

Mientras ella no se entere, no lo está echando a perder.

No se le ocurre ninguna excusa válida, solo le queda alguien que pueda cubrirlo. Empieza a escribir el nombre en el teléfono y llama.

Todoroki, ¿Qué horas son estás para llamar?— Gruñe el alfa, somnoliento.

—Perdón Hanta, pero necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa?

—Hace tiempo que Momo y yo no tenemos una cita. Estoy planeando algo y prefiero que se mantenga como una sorpresa... Si es que en algún momento te llama, me gustaría que le digas que estoy ayudándote con los preparativos para tu boda.

Bien, bien, lo haré... Pero no vuelvas a llamarme a esta hora, es una falta de respeto.

—Perdón...

Cuando el pelinegro cuelga sin responder, le escribe a Momo que está con Sero y que irá el día siguiente después del trabajo.

Ella no responde, seguro está descansando.

Suelta un último suspiro antes de regresar a la alcoba del chico. No tiene sueño. Y si él no duerme, nadie duerme.

Se posa tras el omega dormido, empieza a lamer su oreja y acariciar su pecho, bajando su mano hasta la entrepierna.

Sonríe al oír un gemido.


—Sí, tranquila, estuvo conmigo hasta tarde y se quedó a dormir... Solo por ayudarme les daré una mesa bien ubicada— Sonríe relajado.

Está bien, me alivia oír eso, gracias Sero-san.

—Cuando quieras, preciosa. Y sonríe, estás embarazada, tus preocupaciones le harán daño a tu bebé.

Gracias otra vez. Nos vemos pronto.

—Adiós, Yaoyorozu— Bosteza y cuelga.

—¿Era Yaomomo?— Mina pregunta acercándose con un vaso de jugo.

—Gracias, mi amor— Él la recibe y jala a la beta para que se siente en su regazo —Sí, preguntaba por Todoroki.

—¿Por qué le dijiste que estaba con nosotros? Eso fue sospechoso— Frunce el ceño.

—Me llamó a media noche para que le hiciera el favor, está planeando hacerle una sorpresa... Ay, Mina, por favor, no pienses cosas. Es nuestro amigo.

—Lo sé, lo sé, perdón, tienes razón.

Ella se recarga en el pecho del alfa que ronronea gustoso por tener a su chica, sin embargo, la inquietud se queda instalada en su pecho.

¿Quién carajos organiza una sorpresa a mitad de la noche?

Chapter 8: Capítulo 8

Summary:

Momo se está cansando del desinterés de Shōto, sale a casa de Kyōka para una reunión con sus amigas, contando los problemas que tiene con su relación.

A Todoroki le da igual haberla hecho enojar, prefiere llamar a Izuku para pasar un rato agradable.

Oh, oh... Momo llegó más temprano de lo esperado.

Chapter Text

—¡Qué bonita, mira, Shōto!— Yaoyorozu cae en su regazo mostrándole la invitación de boda de sus amigos.

El alfa sutilmente la mueve para que siente en el sofá y no en él. La quiere, pero en estos momentos, al compartir una marca con Izuku, debe abstenerse de cualquier contacto que pueda infringir daño en el pecoso.

Ella obviamente lo nota, mas se muerde la lengua y sigue mirando la tarjeta en manos.

Se detiene cuando ve que Shōto está mucho más entretenido en el teléfono que en oírla.

Gruñe y le arrebata el celular, mirando la pantalla, pero ya está bloqueada.

—¿Qué tanto miras? ¿Con quién hablas?

—Trabajo, Momo. Esta noche me toca un turno nocturno extra.

No es estúpida, no se lo cree, ella sabe que la agencia de Endeavor no programa turnos extra a menos que sea una emergencia, ¿A dónde quiere ir?

Ella se abstiene de responder algo mezquino y él aprovecha para tener su teléfono de vuelta.

—Iré a dar un paseo.

—¿Cuánto tardarás?

—No llegaré, recordé que tengo una pijamada con las chicas en casa de Asui.

—Ah... Con cuidado.

¿Con cuidado? ¿Qué pasó con el "¿Por qué no me lo dijiste antes?" o "Déjame al menos llevarte"? Está tan sumergido en otro mundo que ni siquiera se dio cuenta de que era una mentira muy obvia.

Toma el abrigo de Shōto para cubrirse, las llaves de su auto blanco, y se pone los zapatos dedicándole una última mirada a su novio que parece bastante atento mirando su teléfono y sale echa furia.

Se acerca a la recepcionista.

—Yamada-san, ¿No?

La otra omega asiente algo intimidada por el aura hostil y molesta de la mujer.

—No vendré esta noche, saldré... Por favor, avísame si Shōto sale, ¿Sí?

—E-está bien.

Momo asiente demandante y toma el ascensor para ir al estacionamiento subterráneo, la única que comprendería su malestar sería Kyōka... Y quizás la idea de una pijamada con sus amigas no sea mala idea.

Mete las manos al bolsillo para buscar las llaves del auto, pero siente algo más.

Lo saca, es un papel, de hecho, una boleta.

Gruñe con rabia al ver que se trata de una reservación para dos personas en un lujoso restaurante de renombre. Toma asiento en el conductor para investigar aquel sitio en su celular.

Sí, es lujoso, costoso, exclusivo e íntimo... Y la parte superior de aquel restaurante es un hotel igual de prestigioso.

Hace bolita el pedazo de papel y lo tira hacia atrás en cuanto ve la fecha.

Furiosa, empieza a conducir.


Levanta la vista, el chico se le hace familiar pero no puede decir exactamente de dónde o porqué.

—Buenas noches, ¿Todoroki Shōto-kun?

—Por supuesto, déjeme avisarle— Descuelga el teléfono dispuesta a marcar.

—No hace falta, ya estoy aquí.

La recepcionista e Izuku se dan la vuelta, Shōto porta una sonrisa acercándose, le extiende un billete a la chica y toma la cintura del omega para avanzar nuevamente y perderse en el pasillo.

La omega se sonroja, ya recuerda de dónde lo conoce, ¡Es el tipo que vino a "hacer limpieza" en casa de Shōto!

Aspira el aire, sí, huele precisamente a la última vez que Shōto vino. Oh por Dios, ¿Qué historia se traían ambos?


Ambos estaban acurrucados en el sofá, Shoto hacía leves masajes en el cuello del omega, pues este lucía algo agotado, además de que se sentía mal por hacerlo venir cuando se supone que era él quien iría por él.

Pero, vamos. Tenía la casa sola.

—¿Qué quieres comer? Pediré algo.

—No, no es necesario... Mejor cocinemos, ¿Sí?

—Como quieras, bebé, ¿Puede ser soba?— Besa su mejilla.

—Te gusta mucho eso, ¿No?

—No tanto como tú.

—Estás siendo demasiado halagador, ¿No crees?

Juntos avanzan a la cocina, Izuku no pierde tiempo, es hábil con las manos y rápido con los cuchillos.

Shōto... Él tiene buen paladar, así que solo se encarga del control de calidad.

Mientras la olla termina de hervir, ya están haciendo de las suyas en la encimera de la cocina, dándose fricción entre sí aún sobre la ropa.

—Izuku, ¿Cuánto falta para que esté listo?— Susurra contra su espalda, dando pequeñas estocadas sobre su pantalón.

—Diez minutos, más o menos...

—Bien... Será rápido entonces— Termina, bajando los pantalones del omega junto a su ropa interior, para liberar aquel trasero que tanto le encanta y, por supuesto, también se le hizo presente en algunos sueños.

—Apúrate, Shōto...

—Eres un impaciente— Besa su nuca, la cual aún tiene su marca.

Se baja el cierre del pantalón, lo desabrocha y culmina con liberar su erección por encima del bóxer.

Izuku se recuesta más sobre el mármol cuando Shōto comienza a llenarlo hasta el fondo.

Ambos suspiran y, sin esperar acostumbrarse, empiezan a moverse con rudeza al mismo ritmo, como si compartieran neurona.


—No hablas en serio... Pone excusas para no tocarte, oculta su teléfono, y encontraste una reserva a su nombre al otro lado de la ciudad cuando te dijo que estaba con su hermana... ¿Eres ciega o simplemente no quieres ver?— Cuestiona Asui.

—Eso sin mencionar que mintió sobre su paradero a mitad de la noche— Se une Mina —Sero se la creyó porque es un tonto, pero obviamente yo no... Y ahora que nos dices esto... Creo que se nos hace obvio que tiene una aventura.

—Te dije que no debiste perdonarlo en la primera vez— Gruñe Jirō.

—¿La primera vez?— Ochako ladea su cabeza.

—Jirō, cállate.

—No, esto no. Resulta y resalta que el señorito Todoroki se encontró con un omega en celo y terminó revolcándose con él... Y ella lo perdonó.

—¡E-el omega estaba en celo, es normal que no pudiera resistirse!

—No, Yaomomo... Tenya se ha encontrado con muchos omegas en esa situación aún antes de marcarme... Y siempre fue capaz de resistir— Ochako explica.

—¡No es lo mismo! ¡Son distintos! ¡Son personas distintas! Solo... Espero en serio que vuelva a ser el de antes, necesitamos estar juntos.

—Necesitan terapia... Pero para terminar con esa relación, por Dios— Asui se cruza de brazos.

—No puedo dejarlo ir, estoy embarazada.

—Da una excusa válida, mujer— Suspira la peliverde echándose en la cama.


—Estuvo delicioso...— Sonríe Shoto terminando su última cucharada del tazón —Hace tiempo que no como algo casero... El trabajo me tiene ocupado y suelo estar muy cansado como para cocinar... Además, como puedes notar, no soy ni la mitad de bueno en la cocina.

Izuku sonríe y toma su mano.

—Nunca es tarde para aprender... Me alegro que te haya gustado.

—No solo eso, siento que es la mejor soba que he probado en mi vida.

—Estás exagerando.

—Hablo en serio— Deja los cubiertos y se levanta —Hablo tan en serio que hasta me dan ganas de bailar— Le extiende su mano.

Izuku ríe correspondiendo.

Shōto toma las muñecas del pecoso con suavidad para ponerlas en su cuello, luego une sus manos tras la cintura del menor, como un abrazo, y empieza a mecerse de un lado a otro con lentitud, admirando lo grandes y bonitos que son los ojos del chico frente suyo.

Tararea una canción cualquiera, de forma rítmica y lenta, sin despegar sus vistas, encantado de ver el creciente rubor en las mejillas llenas de pecas.

Se pierde por unos segundos intentando contarlas, admira más atentamente la belleza del otro y no puede resistirse a besarlo con suavidad.

Ese chico tiene un "protégeme, cuídame y dame el anillo" escrito en toda su cara.

Aspira su aroma una vez más antes de intensificar su beso, cargarlo, e ir a la habitación de invitados para poder hacerlo suyo otra vez.

Quién diría que la velocidad durante el sexo cambiaría tanto la perspectiva con la que veías a tu compañero.

Porque hacerlo lentamente, entrelazando sus dedos, mirándose a los ojos y diciéndose palabras melosas, se sintió diferente mas no incómodo para ambos, y juntos llegaron al final para luego compartir otro beso.

Ya tendrían más momentos para seguir con el sexo rudo. Ahora mismo, entre caricias, ambos acaban de experimentar algo nuevo y se sintió realmente mágico.


—Es muy temprano— Bosteza Shōto al ver a Izuku ya bañado y usando su ropa, le queda grande, pero a sus ojos, es perfecta para él.

—Tengo una reunión, te veré otro día— Se acerca a darle un beso.

—¿Lo prometes?— Murmura aún adormecido abrazándolo para evitar que se vaya, Izuku ríe.

—Lo prometo, además también tengo ganas de vernos pronto...— Suspira, sintiéndose meloso y seguro en los brazos sel alfa —Te preparé café con leche, sandwich de plátano con mantequilla de maní y ensalada de frutas. Está todo en el microondas, desayuna, por favor.

—Sí, sí...— Sisea —Dame otro beso...

El menor asiente, se levanta de puntitas y le da un piquito que Shōto alarga hasta que ya no pueden más.

Se separa con un sonrojo, Shōto lo mira con arrogancia.

—Dale esto a Yamada— Saca su billetera y se la entrega —Que tome lo que considere necesario y me la entregue después.

Izuku asiente, se dan un último beso y finalmente se retira.

Shōto va a la cocina para desayunar, nota que Izuku ya había lavado los tazones de ayer al verlos en el escurridor de platos, sonríe, se lo tiene que recompensar.

Midoriya, en cambio, avanza por el pasillo, sus nervios y vergüenza hacen que libere más feromonas inconscientemente.

Llega al puesto de la muchacha, que justo cambiaba de turno con otra mujer la cual ya se iba.

—Y-Yamada-san, buenos días.

—Buenos días... Eh...

—Izuku Midoriya.

—Buenos días, Midoriya-san, veo que la pasaste bien— Sonríe con picardía al verlo tan sonrojado, portando la ropa del alfa y oliendo a timidez —Tengo un spray para el aroma por si gustas.

—Te estaría muy agradecido— Se acerca más a ella, quien lo rocía en el cuello, muñecas y un poco en las ropas.

—No tengo permitido soltar mi esencia y soy alérgica a los parches, así que esto es bastante útil.

—Gracias— Le hace una pequeña reverencia —Oh, cierto, Shōto me dijo que tomes lo que consideres necesario y se la devuelvas más tarde— Saca la billetera entregándole —Ya me retiro.

—Que tengas buen día, Midoriya-san...

—Igualmente.

La muchacha, una vez a solas con la cartera, saca tres billetes para sí; no es avariciosa, pero tampoco desaprovecha las oportunidades.

—Mejor se la devuelvo antes de que venga Yaoyorozu-san... Solo tomará un segundo— Murmura, yendo en dirección a la puerta del alfa. Toca el timbre.

A los segundos, Shōto la abre, está en bata y algo despeinado, ella se sonroja, no es que le guste, pero a la vez, él es alguien realmente guapo.

—Su cartera, Todoroki-san...

—Ah, gracias— La recibe y cierra la puerta, ella sonríe.

Ese hombre a veces es muy raro.

Mientras camina regresando a su puesto, huele el ambiente del pasillo, todo huele a manzanas y un poco a canela... Sí, estuvieron bastante ocupados la noche anterior, debe darle al pasillo una pasadita con el spray.

Justo cuando salía, se topa con cierta azabache.

—Y-Yaoyorozu-san, buenos días.

—¿Shōto salió?— Pregunta directa, la recepcionista niega.

Pues no miente, Shōto no ha salido.

Momo asiente yendo a su casa.

Llega y al instante la golpean feromonas melosas y sexuales en toda la cara, frunce el ceño.

Shōto está en bata abriendo las ventanas, luce tenso al verla.

—Pensé que tardarías más...

Ella frunce el ceño.

—¿Quién demonios estuvo aquí anoche?

Shōto no responde, sería muy estúpido de su parte mentir ante algo obvio, Momo gruñe saliendo, solo entonces se percata de que las feromonas también se perciben en el pasillo.

Pasillo donde la recepcionista pasea con su spray.

Se acerca echa furia.

—¿Quién estuvo ayer acá?— La toma por los hombros, la más baja suelta la lata por el susto.

—N-nadie...

—¡No mientas, alguien estuvo acá!

—Momo, déjala, ella no tiene nada que ver en esto— Shōto intenta interferir.

Yaoyorozu afila su mirada hacia la chica que tiembla, está nerviosa, huele a culpa, y huele a...

—Manzanas...

Oh, mierda, quizás pasar el rato charlando con Izuku hizo que se le pegaran sus feromonas.

—Fuiste tú... Tú estuviste toda la noche con Shōto.

—N-no...

—Momo, basta— El bicolor las separa. La recepcionista recoge su spray y gruñe sintiéndose entre asustada y humillada.

—¡Te acostaste con ella! ¡Haré que te despidan!

—Hablemos adentro...— La carga y arrastra hacia su puerta mientras ella gruñe y forcejea, solo entonces la libera —Sí, estuve con alguien, pero no es ella así que déjala en paz.

—¿Por qué la defiendes, entonces? ¿Te gusta? ¿También te la cogerás?

—Maldición no— Sisea —Mira, volví a fallarte, lo siento mucho, pero lo mejor será que...

—Ni se te ocurra— Lo silencia —No vamos a terminar y no voy a negociar esto. Haz lo que quieras, pero si me dejas, haré hasta lo impensable para que no veas a este bebé.

Shōto se calla, ella le da un empujón y corre a la alcoba principal, sintiendo asco al ver que, en la habitación de invitados había más feromonas y la cama estaba hecha un desastre.

No va a echar a perder su vida perfecta solo porque Shōto metió la pata.

Chapter 9: Capítulo 9

Summary:

Momo ha perdonado a Shōto por su "desliz".

Juntos van a la boda de sus amigos, pero... ¿Izuku otra vez tú?

Chapter Text

Su relación con Momo estaba ciertamente tensa, no había podido tocarla más allá de los besos secos y abrazos, no sabe si es porque no quiere lastimar a cierto chico por la marca que aún compartían o porque siente que ella no se va a comparar en nada con el chico de ojos verdes.

Momo obviamente nota su distancia y falta de interés en el sexo u otro tipo de contacto físico, pero él le dijo que simplemente se trata de abstinencia hasta que nazca el bebé.

Ella no entiende porqué, pues su doctor aseguró que no había ningún problema con su vida sexual, mas él insiste en mantener esa postura.

Sospecha que es porque ya se está desahogando con otra persona.

Mal, Shōto, mal.

—Amor, ¿Cómo me veo?— Pregunta la omega, portando un elegante vestido rojo que se amoldaba a la perfección a su figura, contorneando sus curvas y con una apertura en la pierna, su embarazo no se nota aún.

Llevaba joyería dorada y el cabello amarrado en un moño bajo muy bonito.

Ella es hermosa, no cabe duda.

—Sabes cómo te ves, no hace falta que preguntes— Responde enfocado en las mangas de su camisa.

Él se había decidido por un sencillo traje azul de corbata roja, elegido por ella.

Abre la puerta para que la chica salga primero y juntos toman el ascensor para ir al subsuelo, donde está estacionado su auto negro.

—¿Crees que vayan todos?— Pregunta ella alegre asegurándose de estar bien arreglada en el espejo del auto—Espero que también hayan invitado a los de la clase B, quiero encontrarme con Itsuka-san.

—Pues Ashido es amiga de todo el mundo, de seguro que sí— Murmura desinteresado conduciendo.

Mina Ashido y Sero Hanta finalmente se estaban casando, se habían comprometido hace dos años y se tomaron su tiempo para planear la boda, pues la chica rosa tiene tantos amigos que definitivamente sería algo grande.

Al llevar mostraron la tarjeta, los vigilantes la escanearon y dieron el libre acceso para entrar, estacionaron justo donde lo indicaba su número y salieron.

Ella tomó su brazo, juntos caminaron junto al resto de personas que también iban llegando, hasta ingresar al maravilloso y amplio local, el cual era un jardín del tamaño del ayuntamiento entero, el camino era iluminado por pequeños faroles y cada mesa estaba estratégicamente colocada para dar con el altar, oh y claro, había una pantalla enorme detrás del altar, para que los cientos de personas que asistan puedan ver sin problemas.

—¡Yaomomo!— Ochako se acercó junto a Kyōka.

—¡Shōto!— Inasa está contento de verlo.

Sip, había invitados hasta de otras escuelas de héroes, suspira para prestarle atención al gran y musculoso alfa, que le habla como si fuesen amigos de toda la vida.

Luego de una hora de reencuentros y presentaciones, el planificador manda a todos a tomar asiento en sus lugares correspondientes para dar inicio a la ceremonia.

Shōto se sienta donde su tarjeta lo indica, en una mesa compartida con Kyōka, Tenya y Ochako; puede ver a lo lejos, cerca al altar a Bakugō sentado con Kaminari, Kirishima y Hagakure, claro, ellos eran amigos cercanos a los novios.

Pronto la música suena, inicia la entrada de Mina, la pantalla se enciende para enfocarla a ella, que luce bonita y elegante con aquel vestido largo, arrastrando el velo mientras sujeta su ramo con una mano y a su padre con la otra.

Mira de reojo a Momo, la ve ilusionada, recordando la que pudo ser su propia boda. Es así durante todo el evento, desde los votos hasta las palabras de los padrinos y familiares.

Oh, y la pista en la que bailan el vals mientras unas mariposas blancas los rodean...

Todo parece un cuento de hadas.

La prensa tendrá mucho de qué hablar por bastante tiempo.

Pronto llega la hora de comer y el catering empieza a salir, cientos de meseros caminan por el establecimiento llevando con elegancia y porte las bandejas en una mano, vestidos con pantalones y chalecos grises.

Suda frío cuando ve a uno en particular estar mesas frente a la suya, entregando los platos de aperitivos y sirviendo champagne.

Toma su propia copa para ignorarlo.

No había forma, ¿Qué hacía Izuku ahí? Cuando le dijo que hacía catering los fines de semana fue en broma, no pensó que realmente fuera así.

—Shōto— Momo toma su mano, él la mira —Iré a la pista, quiero bailar con las chicas.

—Recuerda no tomar.

Asiente, ella se despide y enrrolla sus brazos con los de Kyōka y Ochako, Iida las sigue desde atrás y los cuatro se alejan en dirección a la pista de baile.

La mayoría había acabado de comer e iba a saludar a los novios, solo algunos se quedaban pidiendo una porción extra.

Después de casi una hora esperando a ver al chico, el cual ya no pasó cerca a él, se rinde en buscarlo y se enfoca en querer disfrutar de la fiesta. Suelta otro suspiro y camina en dirección a la pista para saludar a los novios también, el ambiente ya está bastante animado.

Justo cuando llega, se detiene para no interrumpir, pues Mina está a punto de lanzar el ramo hacia atrás y todas las chicas lucen emocionadas por atraparlo.

No se atreve a cruzar, sabe que eso se convertirá en un campo de batalla, las mujeres son unas fieras cuando se trata de atrapar el ramo.

—¡Uno, dos... Tres!

Mina tira alegre su ramillete el cual parece ir directamente a su destrucción total, Momo está a punto de agarrarlo, luce emocionada por tenerlo entre sus dedos, mas este se le resbala, rebota y cae más atrás.

Todas giran entre carcajadas y risas para descubrir que terminó en el rostro de un camarero y finalmente, cayó sobre su bandeja.

Oh.

Se trata de ese camarero.

Shōto mira cómo Mina se acerca a Izuku y lo pasea de aquí para allá mientras este sigue sujetando el ramo con una expresión de total confusión.

—Ow, estuve a punto de agarrarlo— Sonríe Momo apenada.

—Ni modo, Yaomomo, parece que no te casarás— Ríe la novia quitándose el velo, poniéndoselo en la cabeza al pecoso, Ochako le quita la bandeja al peliverde y se la da a otro camarero.

—Sero, tu turno.

—¡Ahora los hombres!

Ellos también querían divertirse, no era usual que el novio también tire un ramo, los varones querían saber qué sentían las mujeres para morirse tanto por aquel juego. Seguro es algo tonto, pero nada perdían intentando.

Shōto es llevado por Denki al centro de la multitud que está eufórica, incluso Bakugō se había unido, no iba a admitirlo pero su sentido de competencia lo obliga a ir y ganar.

—Permíteme, chico bonito— Sero toma el ramo de las manos del pecoso, que asiente.

—¡Uno...!— Grita Ochako.

—¡Dos...!— Le sigue Mina.

—¡Tres!— Finaliza el azabache lanzando con alegría el buquet.

Y todo lo que parecía ser un juego de niños, se convirtió en una real guerra, como si hubiesen apretado un botón en los hombres y todos querían exactamente lo mismo: Ganar.

Iida usó su quirk, Mineta lo detuvo pegándolo al suelo, subió por su espalda y se posó en sus hombros para tomar el ramillete, pero Bakugō lo mandó a volar de una explosión, Inasa intentó atraerlo con el viento siendo cruelmente electrocutado por Denki.

Todos daban lo mejor de sí, obviamente Shōto no iba a quedarse atrás.

Con una sola pisada congeló todos los pies posibles y de un salto logró capturar el ramo, todos jadearon por su inesperada reacción, pues pensaban que simplemente ignoraría la situación.

Sonrió cínico ante Bakugō, que de una patada logró liberarse de su hielo, al igual que la mayoría.

—Oh, ¡Todoroki!— Hanta le sonrió empujándolo al lado de Izuku, que evadía su mirada con un rubor, para que puedan sacarles una foto.

—¡Los próximos en casarse!— Aplaude Hagakure bien cagada de risa. Jirō la codea sabiendo que es un tema sensible para la novia del bicolor.

—¿Q-qué?— Pregunta Momo.

—No es tu día, Yaomomo, se te fue el ramo y el novio— Denki se recuesta en el hombro de la pelinegra, que miraba aturdida a su prometido ser fotografiado al lado del chico que usaba el velo.

—Es solo un juego, Yaomomo-chan, no te lo tomes en serio— Tsuyu la tranquiliza.

—Sí, sabes que Kaminari existe y luego piensa, no le hagas caso— Kyōka la consuela, acariciando su espalda baja con cariño.

Ella suspira y asiente, mirando aún al chico, muy bonito por cierto, quitarse el velo y entregarlo devuelta a Mina para retornar a su trabajo.

Shōto seguía con su póker face jugando vagamente con el ramo.

—Ay, Izuku-kun es tan lindo— Suspira Mina —Le pedí su nombre y número para pasarle las fotos. Dijo que como es un colaborador extra, solo trabaja hasta la una, le pedí que se quedara.

—¿Le pediste al catering que se quede a la fiesta?— Momo arquea una ceja, no está muy de acuerdo con su decisión.

—¡Claro! A lo mejor resulta ser alguien divertido, a Sero le gustó. ¡Oye, Sero, ni se te ocurra ponerme los cuernos, eh! Ya estamos casados— Chilla la pelirrosa yendo tras su ahora esposo, que la recibe con un cariñoso beso.

—Izuku-kun, ¿Te quedarás?— Pregunta un compañero, él asiente —Ay, qué envidia. Diviértete, después nos das los detalles.


—Seguro— Sonríe quitándose el chaleco, quedando solo en pantalón y camisa.

Suspira y va con ciertos nervios, pero con un objetivo claro en mente: La mesa de bocaditos.

Como camarero no podía siquiera imaginar aquellos exquisitos y deliciosos manjares apetitosos que seguramente costarían buena parte de su salario, pero como invitado sí.

Es una bendición que la gente rica no le preste tanta atención a la mesa, se acerca y toma un poco de tiramisú, encantado de su textura y sabor.

—Prueba los mochis rellenos— Oye una voz a su lado.

Es una castaña que llenaba discretamente su bolso con algunos bocadillos, ríe con gracia.

—¿Son estos?— Señala una bandeja, ella asiente.

Obedece y se siente en el mismísimo cielo.

—¿Estás robando otra vez los dulces, Ochako?— Cuestiona una voz grave tras ellos, ambos se giran nerviosos, la omega casi se atraganta al ver a su esposo cruzado de brazos con el ceño fruncido.

—Je...— Ríe ella y sale corriendo.

Iida se soba la sien. Por ese tipo de razones no le gusta que su esposa tome alcohol, empieza a recordar su época pobre y hurta tanta comida como puede.

—Disculpe por eso— Le hace una reverencia el héroe Ingenium antes de ir tras la castaña, esperando no hallarla en las mesas queriendo llevarse los centros.

Izuku se mantiene mirando la pista de baile, admirando lo bonita que se ve la novia bailando con sus amigos y el novio haciendo una competencia de shots con otro colega.

—¿Por qué estás acá?

Gira, encontrándose una vez más con los afelinados ojos bicolores esperando una respuesta, no puede ocultar su sonrisa.

—¿Qué quieres decir? Estoy trabajando.

—¿Ah, sí? ¿Tu trabajo de casualidad no es espiar a los héroes?— Menciona con un tono de diversión.

—Ahora que lo dices... no es mala idea— Toca su mentón en una pose pensativa, Shōto rueda sus ojos, causando otra sonrisa en el omega.

—Por un momento pensé que la Liga pasó de querer apoderarse de Japón a destruir bodas.

—Que me haya deshecho de la tuya, no significa que haga lo mismo con todas.

—¿Por qué lo hiciste?

—Me había enamorado de ti y no quería que te casaras— Responde tranquilamente. Shōto se le queda mirando, sabiendo que no es esa la razón.

—Seguro...

—Bueno, fue solo una fachada para enfocar los medios a tu lamentable situación y así dejen de lado otro hecho.

—¿Hablas de la desaparición de materiales e informes del equipo de investigación que se dio misteriosamente el mismo día y casi a la misma hora?

—Ah, así que lo sabes...

—Por supuesto. Intenté sobornar a la prensa para que saliera esa noticia en vez de mi boda arruinada, pero no funcionó.

—¿Debería disculparme?

—No será suficiente. Quizás si me das otra cosa pueda considerarlo— Lo mira fijamente, Izuku se sonroja causando risa en el más alto.

Se quedaron en silencio unos segundos más, pero Shōto quería seguir hablando con él.

—¿Cómo está la marca?

—Muy bien, va cicatrizando más, ya no pica para nada.

—Me... Alegro— Otro silencio. Shōto no entiende porqué siente la necesidad de seguir hablando si él es el mismísimo Dios de las pocas palabras —Entonces... Sí hacías Catering.

—Sí, necesito pagar la tesis de una u otra forma— Se encoge de hombros.

—¿Estudias?

—Anatomía patológica y cirugía general.

—Salvar vidas es un acto noble.

—Es útil para la creación de nomus y curar miembros de la Liga... ¿Te imaginas acaso a un villano en un hospital por un chequeo?

—¿Por qué lo arruinas cada vez que tengo una buena opinión de ti?— Resopla, Izuku ríe.

Shōto mira de reojo al omega, que toma una empanadita y sigue masticando, como si su único objetivo para quedarse fuera comer, le recuerda a la primera vez que se vieron, cuando mordía su pedazo de hielo.

Suelta una risa ante el pensamiento, llamando la atención de Izuku.

—¿Qué?

—¿Te han dicho que pareces un hámster?

—Ay no, tú también— Rueda los ojos, Shōto sonríe.

—¡Ah, pero si son los novios de ramo!— Llega Denki algo ebrio y los abraza a la vez —Felicidades, felicidades, tortolitos... Vamos a bailar.

—Kaminari, no molestes— Shōto se lo quita de encima, el rubio le gruñe.

—Aburrido..., ¿Tú qué me dices, pelusita? ¿Me concedes esta pieza?— Le ofrece su mano al peliverde, que la toma con una sonrisa.

—Seguro.

Y juntos van a perderse entre la multitud borracha y animada en la pista de baile.

Shōto chasquea la lengua, ahora está aburrido, ¿Por qué de entre todas las personas tenía que llevarse a Izuku?

Rasca su cabeza irritado y cruza sus brazos esperando a que en cuanto acabe aquella vulgar música, la cual todos bailaban pegados, el pecoso regrese.

Pero nada, pasan más de diez minutos y este sigue sin aparecer.

Mira la pantalla en el altar, esperando encontrarlo, expande sus ojos con sorpresa al verlo saltar sujetando los hombros de Denki, mientras detrás suyo Sero salta también con las manos en su cintura, perfectamente coordinados, como si fuese una especie de coreografía.

Ingresa entre la multitud para buscarlo, guiándose un poco de la pantalla.

—Shōto, ¿Qué haces aquí?— Pregunta su novia sorprendida de verlo ahí, él niega.

—Solo vine a... buscar algo.

—Me lo suponía... Seguiré con las chicas entonces.

—Diviértete— Murmura, ella besa sus labios y se aleja con una sonrisa, yendo al grupo que pareció haber formado con Kyōka, Kendo y quién sabe quiénes más.

Sigue caminando hasta dar con Izuku, el cual sin pudor ni vergüenza imitaba los pasos que Ashido le enseñaba, como si no estuviese rodeado de desconocidos, o mejor dicho, como si no fuese un villano rodeado de héroes.

Se limitó a verlo, tan sonriente y enérgico que hasta parecía ser amigo de toda la vida de todos ellos.

—¿Por qué no dejas de mirar y te unes?— Pregunta Izuku, haciendo que los que lo rodean se giren a verlo.

—Pfff... No pierdas tu tiempo, Izuku-kun— Ríe la mujer invisible —Todoroki no baila ni con su madre.

Ouch.

Pero es cierto, ni siquiera en el cumpleaños de su madre bailó con ella, solo se sentaba con cara de amargado al lado de su detestable y fastidioso padre.

—Oh, estoy seguro de que con una buena porción de soba se pone bailarín— Comenta, haciendo que el héroe casi se ahogue con su propio aire.

Todos ríen por su reacción, sin saber que hay un contexto tras lo dicho.

— Estoy seguro de que conmigo será diferente, ¿No?— Le sonríe —Empecemos con algo tranquilo, quizás simplemente no es su tipo de música. Pongan algo lento.

Hagakure asiente y corre hacia el DJ para poner alguna canción lenta e innecesariamente romántica.

Izuku posa sus manos sobre los hombros del alfa bicolores.

—¿Qué crees que haces en público?— Arquea una ceja Shōto.

—Solo déjate llevar. Siempre que lo haces, ambos lo disfrutamos, ¿No?

Sonríe, ese chico sabe cómo alterarlo.

Una vez más, toma la cintura del omega con sus manos, descubriendo lo bien que encaja entre ellas, como si ese fuera su lugar, y se acerca un poco, siguiendo el lento y rítmico compás de la canción.

Se miran a los ojos, el pecoso con una sonrisa de victoria, él con fingido desinterés, pero la verdad es que disfruta mucho del momento.

Se pega un poco más y esta vez es él quien toma el ritmo, dejando que sea Izuku quien se guíe y acople a él, aprovecha en soltar solo un poquito de su aroma para encantar al menor, que se ruboriza pero también suelta el suyo.

Lo aspira complacido, le gusta mucho, se siente cómodo.

La música pronto acaba, Mina y Sero vuelven a sus pasos extravagantes, Izuku se separa primero, con una sonrisa le sigue la corriente a los demás. Esta vez Shōto no se va, se quita el saco y se queda animando al pecoso, quien bailaba feliz tomando las manos de un amargado y muy borracho Katsuki.

Se toma uno, dos, tres y quién sabe cuántos tragos más, todo con tal de que sus ánimos se mantengan a flote para seguir admirando al omega, quien sorprendentemente no consumió nada de alcohol. Cualquiera que lo viera diría que ya estaba borracho.

—Todoroki, es Yaomomo-chan— Dice Asui acercándose a él, la mira.

—¿Qué pasa con ella?

—Se siente mal... Deberías llevarla a las habitaciones.

—¿Momo?— Cuestiona preocupado —¿Está relacionado con el bebé?

—No, no, no. No se siente mal en ese aspecto... Pero creo que le ha afectado el chico.

—¿Qué chico?

—Él— Señala al bailarín omega que salta al lado de Denki comiendo unas galletas.

—¿Qué tiene él?

—Me parece que lo está pensando demasiado, o quizás es el embarazo... Primero se le veía molesta porque atrapó el ramo y hace rato... Te vio bailando con él... Disculpa si me entrometo, no es que no puedas divertirte, pero tampoco puedes ignorar a tu prometida para irte a bailar con otro... Entiendes su molestia, ¿Verdad?

Asiente y suspira.

—La llevaré a una de las habitaciones, gracias por preocuparte. Ahora me encargo yo.

Avanza con seriedad hacia donde está su novia, ¿Por qué justo ahora, que se está divirtiendo, ella tiene que arruinarlo?

¿Por qué Asui tuvo que decirle esas cosas como si fuera culpa suya?

¿Por qué Kyōka debe andar de entrometida diciéndole el "daño" que le hace a Momo cuando es ella quien tampoco quiere irse?

¿Por qué sus amigas lo miran acusatorias como si fuese una especie de peste?

A la mierda todas.

—Vamos, Momo— Disimula su mal humor al llegar, la toma de la cintura, y sin dejar que se despida del resto, avanzan hacia las habitaciones del hotel en el que se hacía la boda.

Necesita aliviarse, necesita a Izuku.

Chapter 10: Capítulo 10

Summary:

Shōto e Izuku vuelven a encontrarse sexualmente en la boda, son descubiertos por Mina, quien corre a decírselo a Momo.

Momo, que empieza a tener más inseguridades, confirma y descubre la infidelidad de Shōto, está dispuesta a aceptar su engaño con tal de que no se haga público.

Chapter Text

—¿Por qué con él sí bailas? Llevamos juntos por años, él apenas llegó hace un par de horas, ¿Te gusta?— Apenas solicitaron una habitación e ingresaron, ella empezó con el interrogatorio.

Shōto se sienta en la cama e intenta ser gentil con sus respuestas a pesar de que tiene ganas de simplemente dejarla e irse.

—Sólo déjalo pasar, Momo, no quise ser descortés, tú misma lo has dicho, él llegó hace tan solo unas horas, y así como vino, se irá... ¿Y qué si me gusta? ¿Qué harías para evitarlo?— Responde arisco.

—Tienes razón, no importa si te gusta, él no es nada, yo soy la madre de tu hijo— Suspira quitándose la joyería y el vestido, quedando solo en ropa interior, va al armario para colgar su vestido.

Shōto está distraído pensando en Izuku bailando con Eijirō, Sero e incluso Katsuki... ¿Seguiría así? Le sorprende, pues Bakugō tampoco baila, pero lo hizo con él... Ambos son atractivos, están solteros, son alfa y omega, ¿Ellos podrían...?

—Shōto... Podemos hacerlo...

—¿Eh?— Levanta su mirada, ella está parada frente a él, lleva sus manos a su propia espalda para deshacerse de su sostén, liberando aquellos firmes y preciosos pechos.

—El doctor dijo que no hay problema con tener sexo... de hecho, mencionó que era bastante beneficioso para el bebé— Se acerca a él peligrosamente —No pongas más excusas, tócame... Hace tiempo que no lo hacemos.

Se terminan besando, su novia es hermosa, no podría resistirse a sus encantos, aunque no sea el chico en quien piensa en estos momentos.

Pensando en que, de todas formas, la marca de Izuku está casi cicatrizada, quizás no es tan grave.

Desliza sus manos hacia la truza de ella que hacía juego con el sostén el cual ahora estaba tirado en el suelo.

Palmea con sus dedos sobre la tela, sacándole un jadeo.

Succiona sus pechos, acaricia su cintura, apreta su trasero. Todo en ella es deseable, pero se siente extraño tocándola.

Ella tampoco pierde el tiempo en querer desvestirlo, se deshace del corbatín y...

—¿Dónde dejaste tu saco?— Cuestiona Momo con el ceño fruncido.

—Debe estar abajo.

—Búscalo— Demanda.

—¿Qué? ¿Ahora?

—Sí, ahora, ese traje lo escogí yo y me encargué de que fuera perfecto. No puede perderse, búscalo.

Listo, ya estaba de mal humor.

—No me esperes despierta— Murmura parándose.

—Shōto, esp-

Demasiado tarde, él ya salió de la habitación y corrió hacia el ascensor para que ella no pudiera seguirlo.

Lo único que quiere es alejarse y aliviar el estrés que últimamente le produce estar con ella.

Va a recepción a pedir otra tarjeta, no está de humor como para compartir la alcoba con Momo. Después de que le dan una nueva, se dirige al jardín del hotel que es donde se está llevando a cabo la boda, se despedirá de los novios, buscará su saco e irá a descansar.

—¡Oye, Todobro! ¿Ya te irás a dormir?— Eijirō lo intercepta, apesta a alcohol.

—Sí— Lo ignora buscando su prenda, solo quiere irse, pero esta no está donde lo dejó, mira entre las demás sillas sin éxito alguno —¿Viste mi-?

—Si buscas tu saco, lo tiene tu amante.

Se paraliza al oír eso, muerde su lengua y mira a la pelirrosa tras él, la cual tiene una expresión graciosa en su rostro; espera a que siga hablando... No hay forma de que sepa... ¿No?

—Guau, viejo, te pusiste pálido— Ríe el pelirrojo golpeando su espalda —Se refiere a que lo tiene el chico... ¿Cómo se llamaba?

—Izuku— Le recuerda Mina.

—Sí, él. Se lo dimos porque le dio frío.

—Se creó una broma de que es tu amante por haber atrapado el ramo— Explica Sero acercándose, tras él está Izuku —Fuimos a acompañar a Bakugō al baño, estaba del asco, ya lo llevamos a una habitación.

Shōto mira atento al omega que usa la parte superior de su traje, le queda grande, suelto, a su parecer se ve adorable, sobretodo porque huele a él.

—No hace falta que me lo devuelvas— Lo detiene cuando ve que se lo quita —Puedes dármelo cuando quieras, no hay problema.

—Está bien, gracias— Le sonríe, Shōto devuelve la sonrisa.

—Bueno, Todoroki, ¿No te ibas a dormir?— Mina ladea su cabeza, entonces él asiente.

—Buenas noches a todos y... Felicidades.

—Gracias— Sonríen Mina y Sero a la vez.

Avanza a paso lento, mirando sutilmente hacia atrás, Izuku se quedó en la misma posición, observándolo irse, mientras los demás ya regresaron a bailar.

Pensando en que nadie losveía, se da la vuelta y hace un movimiento con su cabeza en dirección al hotel.

Izuku parece entenderlo y asiente, caminando también, pero tomando su distancia.

Ambos se dirigen al edificio tan emocionados en tener un momento a solas que no notan un par de ojos ámbar mirarlos con curiosidad.


—¿Ahí, mi amor?

—¡Sí, más fuerte!— Grita con todas sus fuerzas.

Shōto muerde un poco su clavícula continuando con fuertes y certeras estocadas, buscando darle más placer al omega.

—¡Más, Shōto! ¡Ahí, justo ahí, sigue, más!— Grita el pecoso contra la puerta, llevando su cabeza atrás por el placer y enrollando sus piernas en las caderas del bicolor que lo embiste con rudeza.

Shōto besa su cuello y hace más presión en sus manos, las cuales sostienen las nalgas del pecoso.

—Quiero marcarte— Gruñe con la voz ronca —Que seas mío— Ronronea mordiendo su barbilla con suavidad.

—N-no...— Se niega el omega. Las lágrimas empiezan a salir de sus ojos por el éxtasis que siente al ser llenado.

—Quiero embarazarte— Suspira —Llenarte por completo y que tengas mis cachorros. Déjame hacerlo.

—No— Niega, pero su lobo, en cambio, parece aprobar la idea —No— Reafirma.

—Sí... Se verían preciosos— Shōto le lleva la contraria acelerando sus estocadas, levanta la mirada para encontrarse con Izuku y lo besa.

Se funden mutuamente entre sus labios hasta que el menor empieza a temblar, se separa para dejar escapar un grito mientras llega al clímax, Shōto lo sigue llegando en su interior con un nudo.

Intentan recomponer sus respiraciones mirándose fijamente a los ojos, el pecoso acaricia la mejilla del alfa.

—Q-quiero...

—Pídeme lo que quieras, amor, te lo concederé.

—Que te quedes, no te vayas... Quiero dormir contigo... Abrazados, como la última vez.

—Sí, por supuesto— Responde el bicolor dándole un corto beso y camina hacia la cama aún cargándolo sin salir de él para no lastimarlo por el nudo.

Una vez ahí, logran acurrucarse para poder dar paso al sueño.

Afuera de la habitación, pegada a la puerta, una pelirrosa oye todo con una mirada llena de desaprobación.


El toc-toc de la puerta lo despierta; bosteza y se estira, la puerta vuelve a sonar.

—Voy...— Dice con la voz ronca, se gira a ver al omega, está tiernamente hecho bolita abrazando la almohada, deposita un beso en su frente antes de taparlo e ir al armario a sacar una bata, la puerta vuelve a sonar —Que ya voy.

La abre aún somnoliento pensando que es el servicio de la habitación trayendo el desayuno y las cosas que pidió el día anterior; no esperó ser empujado al interior por una beta pelirrosa.

—Lo sabía— Sisea ella al ver al omega durmiendo obviamente desnudo y con demasiadas marcas en el cuello.

Tiene toda la intención de acercarse a él y echarle la bronca por interferir en la relación de su amiga, pero como si el bicolor hubiera adivinado sus intenciones, la rodea con un brazo, tapa su boca y la lleva fuera del cuarto para posteriormente cerrar la puerta.

—¡¿Qué mierda es esto, Todoroki?!

—Baja la voz, vas a despertarlo.

—No puedo creerlo... ¿En serio es esa tu mayor prioridad ahora?

No responde, la verdad es que sí, lo único en lo que pudo pensar fue en cuidar el sueño del omega.

—Yaomomo va a enterarse.

—¿Se lo dirás?

—No esperes que sea cómplice tuyo. Sero será demasiado inocente para haberse dado cuenta, pero yo no. He notado las miraditas que le dedicaste ayer y cómo en una sola noche bailaste cuando con Momo ni en años hiciste el esfuerzo.

—¿En serio hablas de bailar? No es nada de otro mundo.

—No, claro que no es nada de otro mundo, pero aún así no lo hacías por ella. Dime, ¿Cuántos más hay? ¿Te pareció bonito y lo llevaste a la cama? ¿Mañana quién será? ¿Eh?

—No hay nadie más, Mina. Es solo él. No pensé verlo acá y... Mira, no tengo porqué darte explicaciones, díselo a Momo si quieres, sé que lo dejará pasar.

—¿De qué hablas?

—No hay primera sin segunda. Y me estoy cansando de ocultar que suelo verme con él, si quieres decírselo adelante, pero te recuerdo que está embarazada y no puede alterarse demasiado.

—¿Me estás chantajeando? ¿En serio? No te reconozco, Todoroki— Frunce el ceño ella —Piensa en lo que haces... Ustedes se aman... ¿Qué harás cuando alguien más se entere? ¿O cuándo nazca tu hijo? ¿Vas a permitir que ese chico destruya tu familia?

—Él no ha destruido nada, fui yo quien le dio luz verde, no lo metas en esto.

—Te importa mucho como para ser una simple aventura, ¿No?— Sonríe con sarcasmo —¿Sientes algo por él?

—No digas tonterías.

—¡Chicos! ¿Echando chisme tan temprano?

Ambos se paralizan al oír otra voz, se trata de Denki, quien llegó soltando un bostezo, su camisa está llena de vómito seco.

—¿A quién se le ocurrió dejarme en el baño? Cuando me desperté estaba muy confundido porque mi cabeza estaba en el retrete— Explica sin pudor hasta llegar a ellos —Ah, Todoroki, al menos tú sí pasaste una buena noche, no sabía que Momo podía ser tan agresiva— Menciona con picardía, notando uno que otro rasguño en su pecho el cual estaba algo descubierto, el alfa se tapa.

Mina bufa.

—Sí, una magnífica noche.

—Bueno, ¿De qué hablaban?

—Nada, solo pasé a traer unas cosas para Yaomomo, se sentía mal— Inventa Mina.

—Claro, claro, ¿Puedo verla?

—Está indispuesta— Shōto se apega más a la puerta.

—Sí, me lo imagino, par de pillines.

—Denki, vamos, te llevaré a una habitación para que descanses bien— Mina lo toma del brazo, él asiente algo mareado.

Mientras el rubio y la pelirrosa avanzan, Shōto ignora la última mirada de Mina antes de ingresar nuevamente y sonreír por ver al omega buscarlo en la cama con su mano, aún con los ojos cerrados.

—Acá estoy, bebé— Le susurra echándose a su lado, el menor se apega a su pecho y brota sus feromonas. Él las aspira, encantado.

—¿Dónde estabas?— Murmura el pecoso restregando su cara contra él.

—No importa, lo importante es que ya estoy aquí, contigo— Besa sus rizos cerrando sus ojos otra vez.


Llega a casa después de haber ido a desayunar con Izuku, compró ropa nueva para él y lo dejó en su edificio, se siente tan bien mimar a un omega que poco le importaría gastar su salario y ahorros en él.

No es que el chico le exija cosas, pero como alfa, es proveedor por instinto, e insistía en consentir al menor en todas las formas posibles.

—Se ve muy bien, Todoroki-san— Lo saluda la recepcionista —Parece que se divirtió mucho anoche, lo noto de buen humor, ¿Se trata de Midoriya-san?

—Qué observadora, Yamada, pero no te voy a pagar por adularme.

La omega ríe mientras él desaparece por el pasillo.

—¿Dónde estabas, Shōto?— Pregunta Momo. Se le ve fastidiada —Desperté y no te vi, tuve que pedir un taxi para venir, pero ¡Oh, sorpresa! Tampoco estabas acá... Y ni siquiera traes tu saco, lo perdiste.

—No lo perdí.

—¿Entonces dónde está?

Suspira, y avanza al dormitorio, no está de humor para discutir, además el saco lo tiene Izuku. Pensó en lo bonito que se le veía puesto y se lo "prestó" ja, en realidad no hace falta que se lo devuelva.

Ella lo sigue.

—Hueles a omega.

Se detiene en seco.

Claro, solo un idiota podría no darse cuenta.

—Mina me lo dijo, así que tienes muchos testículos para seguir haciéndolo solo porque te perdoné antes, Sabía que había algo raro en ese chico, dime, ¿Quieres marcarlo? ¿Quieres sus cachorros? Es lo que oyó ella, ¿O me dirás que miente? Estoy dispuesta a dejarlo pasar otra vez, pero no te pases de la raya.

Despreocupado, rueda los ojos dándole la espalda, empezando a retirar su corbata y desabrochar las mangas de su camisa.

Está por desabotonar también el cuello y pecho de esta, pero entonces recuerda que Momo sigue presente, se da la vuelta para encararla.

—¿Te importaría? Quiero cambiarme.

—¿Hablas en serio?

Resopla, toma una camiseta más sencilla, un buzo holgado y se encierra en el baño para cambiarse sin que se noten los rasguños en su cuerpo.

Ella afuera cierra los ojos e intenta mantener la calma.

No es tonta, ya se ha dado cuenta de la situación, pero no quiere dejarlo. Los medios y el público esperan mucho de su relación, ¿Qué pensarían si se separan?

Shōto ha sido el mejor de su generación después de Bakugō, que ocupa el puesto como el héroe número 1. Al igual que muchos, ella también busca que su descendencia sea la más fuerte y capaz, y Shōto era su mejor opción para ello... Pues no es como que Bakugō sea muy accesible que digamos.

Y Tokoyami e Iida no son precisamente su tipo.

Y ahora que tiene un bebé en camino, no puede dar marcha atrás. Su relación era perfecta, eran grandes promesas, mentes ágiles, dones fuertes, mismo estatus social y económico.

Tiene una vida perfecta y así debe mantenerse.

Mejor hacer como que no ve nada.

Aunque lastime su ego.

En cuestión de semanas, su relación parece decaer cada vez más. Él sigue pagando las cuentas, el hospital, las cosas para el bebé, trayéndole antojos así sean a mitad de la noche y haciendo todo lo posible para que el embarazo sea más llevadero... Prácticamente por fuera no cambió nada.

Pero ella lo sabe, sabe que hay alguien más, sabe que las marcas en su piel no son suyas, sabe que está interesado en ir por otra persona.

Entonces se pregunta.

Lo que tiene Shōto con quien sea que esté... ¿Es únicamente físico? ¿O hay sentimientos de por medio?

Ignora las boletas que encuentra en los bolsillos del alfa, o los cargos a la cuenta bancaria que ella misma buscó por curiosidad o quizás masoquismo, queriendo ver qué tanto invertía en su aventura. Hay reservaciones en restaurantes exclusivos, regalos, viajes, hasta la despensa le hace... Y por supuesto, hoteles.

"En algún momento lo dejará, yo soy quien lleva un cachorro en mi vientre... Él solo necesita una distracción... Yo soy la oficial, con la que sale a la vista de todos, con quien formará una familia".

Empezó a evitar a Kyōka, quien constantemente le decía que dejase al tarado de Shōto, pues aquel hombre no era el que conoció, es uno diferente.

Uno cegado por el éxtasis y la aventura.

No lo ama, pero lo necesita.

Tres meses después de la boda de Mina y Sero, descubre que Shōto le ha dado una tarjeta a su amante, y cuando el bicolor llega dos o tres veces a la semana para dormir, suele tomar su celular para revisar los gastos que hace.

Se frustra porque no sabe quién es, no está segura de si es el chico de la boda de Mina o alguien más, la aplicación de mensajería y llamadas están bloqueadas y no tiene redes sociales o algo sospechoso en la galería.

Está segura de que la persona con la que su novio se acuesta es alguien superficial y ya, que solo está con él por dinero. Claro, si le muestra a Shōto que es por eso, seguramente lo hace recapacitar y ellos podrían ser nuevamente lo que eran antes.

—¿Qué demonios haces?— Shōto se había despertado y le arrebató el celular.

Ella solo lo mira, él tiene el ceño fruncido.

—¿Qué hacías?— Repite.

Momo no responde nada, se levanta y va al baño para lavar su cara.

Espera que, si esa aventura fuera a durar mucho, al menos sepa ocultarla.

Sería muy vergonzoso si aquel hecho saliera a la luz.

Chapter 11: Capítulo 11

Summary:

Izuku considera a Shōto suyo, sus sentimientos se van intensificando cada vez más.

Quizás aquella aventura no es solo carnal.

Al parecer el lobo de Shōto siente también al de Izuku.

Chapter Text

Se siente realmente contento.

No pensó que Shōto fuera a aceptar pasar juntos su celo de agosto, pero lo hicieron, el bicolor se tomó una semana y lo llevó a un hotel muy bonito en otra ciudad para estar juntos, así como también pasaron el rut del alfa. Su lobo ronronea gustoso sabiendo que tiene al alfa comiendo de su mano.

En esos meses hubo muchos cambios, para empezar, tuvo que cambiar las cerraduras de su departamento, pues Shōto solía ir a visitarlo y no quiere que Dabi los encuentre en ciertas situaciones.

Oh, pobre Dabi.

Todo lo que le advirtió y le dijo que no hiciera, fue ignorado por el pecoso y su calentura.

Los únicos impedimentos para ver a Shōto eran la escuela, las reuniones con la Liga y los trabajos parciales que solía tomar para comprar sus materiales de laboratorio.

Aunque su padre y Garaki le dijeron que dejara de esforzarse en la creación del Nomu perfecto, él quería demostrarles de lo que era capaz. Ser obstinado era quizás su mayor defecto.

Shōto, al ver que no siempre disponía de su tiempo, le dio una tarjeta para que la use a su antojo y así se libere de las horas en las que trabajaba para que, en cambio, se quede con él.

Por supuesto que la aceptó, si su alfa quiere consentirlo él no puede negarse.

Sí, ya lo había autodenominado suyo.

Había equipado mejor la habitación libre en su departamento que solía usar como almacén, para transformarla en un pequeño laboratorio con todo lo necesario para intentar por sí mismo crear sus dichosos nomus.

En la escuela obviamente no podría, y en la Liga, se pondrían furiosos si descubren que desperdicia recursos para crear algo que no valdría la pena.

Pero ahora tenía su propio espacio y nadie lo fastidiaba.

Terminó graduándose con honores y recibiendo múltiples ofertas de empleo, él optó por seguir a Garaki en su hospital, así se le haría más sencillo ser parte de la Liga, claro, tomando en cuenta que bajo ese mismo establecimiento se encontraba Shigaraki, siendo sometido a múltiples transformaciones para la derrota final de All Might.

—Felicidades por tu graduación, bonito— Al subir al auto negro, Shōto lo recibió con un beso, flores y un pastel.

—¿Es de chocolate o solo la cobertura?

—Completamente todo es de chocolate. Y te pertenece a ti, al igual que yo— Sonríe, girando para poner con delicadeza las cosas en el asiento trasero.

El pecoso no puede evitar enternecer y se inclina para tomar sus labios nuevamente.

Shōto acaricia su pierna mientras conduce, entrelazan sus dedos y van directo a cierto hotel del cual se han vuelto clientes frecuentes.

Izuku lo toma del brazo con alegría, importándole poco que el personal del hotel los vea, sabe que luego Shōto hablaría con ellos y llegaría a un acuerdo para mantenerlos con la boca cerrada.

Esa era su nueva rutina.

Por las mañanas hace turnos en el hospital, después continúa sus investigaciones y experimentos en su laboratorio y si es necesaria su presencia en la Liga, asiste.

Ha disminuído el tiempo libre que pasaba ahí, quizás se ha alejado un poco, pero no pueden culparlo, también hace lo posible para seguir viendo al héroe.

Se siente bien amanecer a su lado, ser mimado, sentirse querido.

Aunque no sabe si realmente le gusta Shōto o es un capricho por ser el primer alfa que le atrae y resultaba ser mutuo.

—No tienes idea de cuánto me encantas— Shōto le da un piquito, aprovechando que la playa estaba vacía por tratarse de un condominio privado, y al ser las cinco de la tarde, los vecinos tampoco salían ni podían divisarlos en realidad.

—¿Solo eso?— Pregunta envolviendo al alfa con sus feromonas, marcándolo como suyo. Este solo sonríe y lo besa otra vez.

—No, cariño, por supuesto que no. Estoy seguro de que amarte no sería complicado— Termina por decir levantándose para adentrarse al mar iluminado por el ocaso, dejando a un sonrojado peliverde ocultar su rostro entre sus rodillas.

Está envuelto con una toalla, admirando al alfa nadar y desaparecer entre las olas para luego aparecer otra vez.

Le gustan los días libres, eran momentos en los que podía estar con él sin complicaciones.

El celular a su lado sobre el pareo vibra, es de Shōto, se trata de un mensaje de Yaoyorozu.

Por mera curiosidad revisa el historial de conversaciones, notó que últimamente no se escribían tanto ni se decían cosas bonitas como cualquier pareja normal.

Comparado con el chat que comparten, parece más una relación de compañeros de casa que de novios.

Por increíble que parezca, no siente culpa, a sus ojos Shōto es suyo y solo suyo, así que solo ignora la existencia de Creati, no la busca ni siente interés por ella o que se entere de su relación.

—Hola.

Levanta la vista, un tipo está frente a él, a lo lejos hay un grupo de jóvenes haciendo una fogata y armando carpas, ¿En qué momento llegaron?

—¿Sí?

—Pues... Estoy de camping con mis amigos, te vimos solo y pensamos en que tal vez te gustaría unirte.

—Ah... No, no estoy solo, gracias— Sonríe, los jóvenes parecían ser universitarios.

—¿Seguro? No te veo acompañado... Podrías simplemente venir, no hay problemas. Le gustaste a un amigo, quizás te interese conocerlo.

—Estoy bien, en serio.

—¿Quieres que te haga compañía?

Ok, se estaba poniendo incómoda la situación, ¿Por qué tanta insistencia? Su lobo está enfadado, quiere llamar al del bicolor para que lo proteja.

—De verdad, no vengo solo, y aunque fuese así, no me haría falta compañía.

—Vamo-

—Dijo que no viene solo.

Su corazón se acelera al ver a Shōto tras el chico, yendo al rescate.

—Es mi omega, largo.

—L-lo sentimos— Una joven llegó de la nada y tomó el brazo de su amigo —Y-ya nos retiramos.

Los chicos avanzan, ella va murmurando regaños, él luce avergonzado y oye que, su grupo de amigos se burlan de él.

—Amor, ¿Te sientes bien?— Cuestiona el héroe tomándolo de las mejillas, él asiente estirándose para besarlo, Shōto entonces suspira y sonríe —Me alivia... De pronto mi lobo sintió que necesitabas ayuda y procuré regresar lo más rápido posible.

—No te preocupes, Shō, ya pasó.

Comparten un último mimo antes de recoger las cosas y caminar por la arena hasta llegar a la casa.


—Te envidio— Shōto admira al pecoso dormir sin complicaciones en el copiloto.

Dormir tan deliciosamente por tres horas debería ser pecado, sobre todo si te ves tan hermoso, pues te conviertes en una distracción para el conductor.

Ya había estacionado en el subterráneo del centro comercial y el menor seguía sin despertarse.

Se inclina sobre él para besarlo, le quita el cinturón de seguridad y empieza a tocar su vientre bajo la camiseta.

Ahora que lo piensa... No lo han hecho en el carro... ¿Deberían intentarlo?

El beso es correspondido a los segundos, Izuku se despierta y acaricia su rostro. Juntan sus frentes.

—Amor, ¿Puedes esperarme?Iré a recoger algo.

El omega asiente, le da un último beso y lo observa irse.

Espera pacientemente los minutos necesarios, escuchando música, jugando con el teléfono del alfa.

Desbloquea la app de mensajes por mera curiosidad.

Otra vez Kyōka, Momo y Mina le escriben, exigiendo respuestas de dónde estaba o cuándo llegaría.

Kyōka manda los típicos mensajes de:

"¿No te importa acaso?'

"No la mereces"

"Déjala ir si no la quieres"

Pobre alfa, se nota lo enamorada que está de Yaoyorozu, sin ser correspondida.

Entra al chat de Mina Hanta.

"Fui a visitarlos, ¿Tienes un viaje de trabajo? ¿Qué excusa de mierda es esa?"

"Le dije a Momo lo que sé, pero ella no me hace caso. Deja de ver al chico y enfócate en ella"

"Deben casarse, ser una familia, deja de jugar"

Rueda los ojos, la heroína rosa empezaba a resultarle muy fastidiosa.

"Estás con él, ¿No?"

"Responde"

"Regresa ya"

"Olvídalo, haz lo que quieras"

"¿Ya estás de camino?"

"Te extraño..."

Honestamente, ya saben que Momo está enterada de su relación, pero no les interesa, ella no se iría del lado de Shōto.

Le importan demasiado las apariencias como para querer separarse.

—Tranquila, no es como si planeara estar con él toda la vida— Susurra —Cuando esto acabe, volverán a ser los de antes... O quizás encuentre a alguien más.

Apaga la pantalla y deja el celular en el asiento trasero.

Se había mentalizado desde el primer momento en que no podía enamorarse de él, tomárselo en serio o esperar más que una simple aventura... Pero su lobo parece no apoyar esa decisión.

"Está acá" dice su lobo.

Levanta la vista, inconscientemente se le dibuja una sonrisa en el rostro, al alfa también.

Abre la ventana, Shōto le come la boca por unos segundos antes de rodear el auto y subir al asiento del conductor.

—¿Qué es lo que recogiste? ¿Era un regalo para mí?— Pregunta con gracia.

—De hecho, sí— Responde, sacando un pequeño cofre —Mira, es para nosotros... Ya que no puedo marcarte, debe haber alguna forma para demostrar que eres mío...

Izuku lo abre, haciéndose una idea de lo que era.

Su lobo aulla de felicidad al ver que se trata de un par de anillos de oro, toma el que obviamente es suyo y descubre que está el apellido de Shōto grabado dentro, mientras que en el anillo de Shōto estaba su apellido.

—Déjame ponértelo, bebé.

Asiente entregándole los aros, el alfa toma su mano, lanza el cofre al asiento trasero, y desliza la joya hasta la base de su anular izquierdo, después deposita un beso sobre su dorso.

Luego, Shōto le extiende su propio aro a Izuku, él lo toma con cuidado y está dispuesto a hacer lo mismo que Shōto hizo con él... Pero se detiene al ver el anillo de compromiso plateado que aún usaba.

—Lo siento— El bicolor se quita la sortija y la tira a la guantera —Continúa.

"Es nuestro" sonríe junto a su lobo.

Toma la mano del alfa, e introduce el aro en su anular también. Una vez bien puesto, levanta la vista para besar al alfa.

El beso se vuelve caliente, cuando menos se lo esperan, Izuku está sobre su regazo dando ligeros saltos mientras Shōto metía sus manos en los pantalones ajenos.

Sí, parece que lo harían en el carro también.


—Los guantes te protegen— Sonríe Dabi poniéndole las prendas en la mano para ocultar el anillo que se negaba a quitarse por temor a perderlo —No haz de abrir tu corazón.

Empieza a reír antes de rodearlo con sus brazos y besar su mejilla, este solo soba su espalda.

—Izuku...— Toma sus manos antes de desvanecer su sonrisa un poco para darle paso a la seriedad, el menor lo mira atento —Habla con tu padre...

—¿Mh? ¿De qué?

—Sabes a lo que me refiero— Ante el rostro confundido del menor, toca su mano bajo el guante, más específicamente sobre el anillo.

La sonrisa de Izuku se congela.

—Estamos a nada del golpe final... Shigaraki pronto culminará su digievolución y lograremos nuestro objetivo... Después de eso, ¿Qué crees que habrá?

Se queda en silencio, la respuesta es nada.

—Los héroes habrán desaparecido, eso lo incluye a él... Quizás All For One lo deje vivo si tú se lo pide, pero no esperes que él siga a tu lado después de eso... De acabar con sus compañeros, su país y todo lo que conoce y ama.

Izuku baja la mirada, Dabi lo toma del mentón y lo obliga a verlo otra vez.

—Habla con él... Con los dos. Lo último que quiero, es verte sufrir.

—Pfff... No voy a sufrir.

—Lo que tienes con él, va más allá de lo sexual, podrás engañarte a ti mismo, pero no a mí— Soba sus cabellos —Acomoda tus pensamientos, ¿Sí?

Asiente dejando que el villano se vaya, ingresando al portal.

Frunce el ceño, no cree querer tanto a Shōto o haber desarrollado sentimientos fuertes hacia él, sino, no se conformaría con ser su amante, o se mínimamente imaginaría un futuro a su lado.

Pero no lo hace.

No se ve estando en una relación con él, ni casándose o formando una familia.

No ve nada de eso sin miedo a que le sea arrebatado. Porque es un héroe, y su trabajo requiere de riesgos y peligros, de arriesgar su vida por la de los demás, de velar por el bien de todos.

Y si terminan enlazados o enamorados, viviría con la preocupación de que no esté a salvo, de verlo herido, de pasar días sin saber de él o si llegaría bien.

Si ahora que no son más que amantes, entra en pánico cuando lo ve en la televisión luchando contra el mal y posibles desastres, o cuando están juntos, le duele tratar algunas heridas que obtiene en combate... No se imagina aquello 24/7.

Además, está el hecho de que Shōto es una figura pública, y su novia está embarazada.

Serían repudiados, no quiere afectar la imagen del alfa.

—Izuku, ¿Entras?— Dabi salía del portal, asiente siguiéndolo al interior.

Ok. Quizás sí quería un poco al héroe.

Chapter 12: Capítulo 12

Summary:

Shōto acepta sus sentimientos por Izuku, solo puede pensar en él, es su lugar seguro, el chico que le da paz.

Chapter Text

A Shōto le encanta Izuku.

No hay día que no piense en él o que no quiera consentirlo.

Ama absolutamente todo de él, incluída su faceta nerd en la que el pecoso suele ignorarlo por estudiar cosas que, honestamente, no le interesan.

Está en el supermercado, ve el pastel de chocolate, y piensa en él por milésima vez en el día.

No duda ni un segundo en meterlo al carrito junto al resto de cosas que podrían serle útiles a su pecoso, comida, fruta, condimentos.

Ah, él también los necesita en casa.

Duplica todo, solo que en vez de pastel de chocolate, lleva helado de fresas; en vez de plátanos, lleva cerezas; y en vez de chocolate en polvo, lleva té.

Él y Momo son tan diferentes... Y le encanta eso, que nada de él le recuerde a ella.

Paseando por los pasillos, compra también algunas vitaminas para Momo, la ha notado cansada y no quiere que aquello perjudique a su cachorro. Oh, y también vitaminas para Izuku, que se esfuerza mucho estudiando hasta tarde.

No ha ido a casa esa semana, debe ir a cerciorarse de que Momo esté bien.

Llega con las cosas, la recepcionista le sonríe alegre.

—No lo vi por un tiempo, Todoroki-san... Pero... La señorita Yaoyorozu salió anoche y aún no regresa.

—Está bien, gracias por avisar.

Menos mal, así no tendría que verla, aunque de vez en cuando le gusta observar su pancita, es ahí donde yace su hijo.

Le envía un mensaje diciendo que estaba en casa y empieza a acomodar las cosas en la cocina y el almacén de limpieza.

Mete el pastel en el refri para que se mantenga fresco, y oculta el resto de bolsas en la habitación de invitados para llevarlas a casa de Izuku al día siguiente después del trabajo.

Se prepara una taza de leche tibia, aquella que Izuku lo obliga a tomar cada tarde frente al balcón junto a sus deliciosas galletas de mantequilla.

Se ha acostumbrado a ese lonche, las galletas del supermercado no saben igual a las del pecoso.

Mira su celular.

"¿Ya estás tomando el lonche, Shōto?"

Sonríe.

Le toma foto a su taza junto al plato y se la envía.

"Sí, mi vida. Solo faltas tú a mi lado para poder disfrutarlo".

Enviar.

Se imagina la expresión ruborizada en su gordito rostro, avergonzado por sus palabras como si fuese un adolescente.

Aquel rostro que demuestra inocencia con cada cumplido y lujuria ante cada estocada.

Ama sus reacciones, cuando llora por una película triste, cuando se frustra por un experimento fallido, cuando dormita por estar muy agotado, cuando se apena al recibir un regalo... Esas expresiones son suficientes para acelerar su corazón y hacer que quiera descubrir muchas más.

—Vine tan pronto como recibí tu mensaje— La puerta principal se abre, Momo ingresa apurada.

—No hacía falta, no tenemos planes.

Ella asiente observándolo tomar su taza de leche, él se siente intimidado por su mirada intensa.

—¿Pasa algo?

—¿Qué haces?

¿Qué hace? No entiende la pregunta, está tomando leche.

—Tú... Tienes tu hora de tomar té, yo tengo mi hora de tomar leche.

Ella ríe.

—Entiendo... ¿Me dejas probar?— Se sienta a su lado en el sofá.

—Voy a prepararte una taza, no tardo— Se levanta para ir a la cocina.

—Está bien, te espero.

Le toma tres minutos regresar, ella lucía molesta y tenía su celular en mano, él frunce el ceño depositando la taza sobre la mesa de centro.

—¿Por qué revisas mis cosas?— Regresa a su sitio.

—Debí suponer que es por él que te acostumbraste a esto— Bufa ella con sarcasmo, mierda, había olvidado bloquear su teléfono —Ya no quiero, tómatela tú.

No quiere discutir. Asiente y termina su taza junto a las galletas del plato, ella está de brazos cruzados ignorándolo.

—¿No preguntarás dónde estuve?

—Ah... No sé, ¿Donde Kyōka?— Momo afirma con la cabeza —Pues bien.

Ella parece más enojada con esa respuesta.

—¿No te importa?

—¿Qué?

—Que esté con una alfa a solas... ¿No sientes celos acaso?

Se queda callado mirando su taza vacía, mira la otra taza, la que iba destinada a la mujer, y la toma también.

—No, Momo. Lo que hagas o no hagas no me afecta en nada siempre y cuando no le haga daño al bebé. Creo que hace tiempo ha quedado claro que-

—Que hay alguien más.

"Que no te amo" es lo que quería decir, pero bueno, ella no estaba del todo equivocada. Hay alguien más.

No responde, le da un sorbo a su tacita con calma, aquello solo la molesta más por lo que le da un golpe y se va a su habitación.

Suspira.

No piensa ocultarlo más.

Quizás el chico no solo le atrae.

Quizás lo suyo va más allá de lo carnal.

Acaba su leche, toma los trastes y va a lavarlos antes de ir a la habitación de invitados para dormir, no quiere perder el tiempo dando disculpas que no son sinceras.

Porque no quiere dejar de ver a Izuku.

Al día siguiente, cuando la ve en el desayuno, ella luce de mejor humor, está comiendo tranquilamente jugando con cartillas.

—¿Qué haces?— Le pregunta aún adormecido sin prestarle mucha atención, yendo a preparar algo de jugo.

Ella sonríe como si esperase esa pregunta.

—Pensaba en el nombre de nuestro niño— Responde contenta —Uno poderoso. Que demuestre lo grandioso y fuerte que será, ¿Lo imaginas? Siendo el héroe número 1, el más capaz, el más esperado.

—¿Hay uno que llamó tu atención?— Pregunta desde la cocina aún distraído, lo único que escuchó de aquella palabrería fue "nombre" y "niño".

—Kenta— Sonríe la pelinegra —Hablé con tu papá, le encanta, dice que será la mismísima perfección.

—Seguro, me gusta. Pero deja de tratar con el viejo acerca de nuestro hijo, lo digo por su bien— Sale de la cocina con su vaso de jugo y plato de tostadas acompañadas de algo de fruta.

—Bueno, si al padre no le interesa tener una plática con su madre, al menos al abuelo sí— Responde con molestia.

Está dispuesto a ignorar su comentario hasta que ve lo que ella come.

Un trozo de torta de chocolate.

Mantiene su vista en el plato y la levanta, ella arquea una ceja por sentirse observada.

Se para, regresa a la cocina y abre el refrigerador... ¡Más de la mitad del pastel había desaparecido! ¿Era posible eso siquiera?

—¿Qué?— Cuestiona Momo al verlo —Se me antojó.

Respira, no es culpa de ella, ella no sabía que no le correspondía el pastel, solo estaba en el refri.

—Está bien, Momo, solo me sorprendió que hayas comido demasiado y...

—¿Intentas decir que estoy gorda?

Mierda, no.

—¿O acaso no era para comer? Si era de adorno pudiste decírmelo.

—No pasa nada, es solo que no te gusta el chocolate, si querías pastel te habría traído uno de fresa.

—No, no me gusta, pero se vio delicioso y quise probarlo— Se cruza de brazos —Y si sabes que no me gusta, ¿Por qué lo compraste? Que yo sepa te empalagas bastante rápido, una tajada habría sido suficiente para ti.

No responde, niega y regresa a desayunar.

—A menos, claro, que sea para tu señorito amante.

No va a caer, no debe caer. Ella solo quiere fastidiarlo.

—Porque si es así, dile que así como le gusta compartir un hombre, no debería importarle compartir un pastel.

Pasa de frente al comedor, desayuna con rapidez bajo la mirada atenta de Yaoyorozu y va a alistarse para largarse a trabajar.

Salió muy malherido.

Hubo un incendio en el centro de la ciudad, precisamente en una fiesta de cumpleaños, y cuando ayudaba a salir a uno de los niños, el galón de gas explotó.

Apenas logró proteger al pequeño con su cuerpo mientras la explosión los estampaba contra un muro del edificio.

Medio edificio colapsó sobre él y pudo salvarse de milagro por la reacción rápida de su quirk, que congeló todo a su alrededor antes de que llegase a aplastarlo.

Recibió primeros auxilios y regresó a la agencia por indicaciones de los paramédicos, ordenando su reposo.

Necesita descansar, y podría hacerlo sin problemas, claro que sí, pero preferiría sentirse seguro y cuidado mientras lo hace.

No lo piensa dos veces cuando, después de cambiarse, conduce directo a la casa de su pecoso.

Aquel que lo esperaba lleno de preocupación y trató su malestar con sumo cuidado.

Que envolvió su brazo en vendas, terminó de curar sus heridas, le aplicó pomada y dejó dormir en su cama acurrucándose juntos.

Su sola presencia bastaba para hacerle saber que todo estaría bien.

¿Qué es ese sentimiento tan cálido y bonito que se habitaba en su pecho cada vez que estaba a su lado?

Ahora lo sabe.

Se sonroja nada más de pensarlo y enternece sabiendo que probablemente era correspondido.

Su lobo también lo siente.

Chapter 13: Capítulo 13

Summary:

Izuku se pregunta cuánto tiempo más va a durar la relación que tiene con Shōto.

Shōto quiere tener una relación normal con Izuku, no quiere que sea solo su amante, así que lo marca y pone fin a su relación con Yaoyorozu.

Chapter Text

—Amor, ¿Te sientes bien?— Shōto pregunta tendido en la cama; Izuku, que terminaba de aplicar ungüento en su brazo y hombro, detiene su acción para verlo.

—¿Por qué lo dices?

—Mi lobo... Te siente distante, ¿Hay algo que quieras decirme?

Izuku sonríe y cierra el pote de crema antes de besarlo con ternura por unos segundos.

—Estoy bien— Responde queriendo levantarse y dejar pasar el tema, pero Shōto lo detiene sosteniendo su mano.

—No, estoy seguro de que no... ¿Puedes decirme?

Se muerde el labio y vuelve a tomar asiento frente a él en la cama, el alfa lo observa suplicante esperando una explicación.

No entiende cómo es que se dio cuenta, pues hizo todo lo posible para ocultar sus preocupaciones, sin embargo, parece que no puede "engañar" a su lobo.

"No, no podemos. Dile. Él es nuestro alfa, él lo solucionará".

—Te fracturaste toda la izquierda— Responde —Me preocupé mucho cuando vi en las noticias que medio edificio te caía encima... ¿Cómo crees que me sentí?

Shōto suaviza la mirada y lo abraza.

—¿Te preocupé?

—Demasiado.

—Pero no es eso lo único que ronda en tu mente, ¿No?

"Chico listo" pensó con una sonrisa.

Se aparta, acaricia el rostro del bicolor y besa sus labios una vez más.

Se separa y mira directamente a los ojos de Shōto, acariciando su mejilla, le encantan sus ojos, lo admite.

Respira antes de soltar la bomba.

—¿Cuánto más crees que dure lo que tenemos?

—¿De qué hablas?

—Shōto, eres un héroe, tienes una novia, estás a punto de formar una familia y todos esperan mucho más de ti... ¿Me ves siendo parte de tu vida, acaso?

El alfa se queda callado. La verdad es que sí se puso a pensar en varias ocasiones acerca de su futuro y le daba demasiada inquietud no tener a Izuku en ella.

—¿Qué piensas de nuestra relación?— Pregunta Izuku.

Shōto ladea su cabeza, no se esperaba aquella pregunta. Siempre pensó que a Izuku no le interesaba mucho lo que tenían, le sorprende que saque el tema a la luz... ¿Será que quiere una relación seria?

—Shōto, te hice una pregunta...

—Lo siento, me distraje— Confiesa —Respondiendo a ello... Creo que queda claro que... He profundizado contigo más de lo que debería.. ¿También lo sientes?— Pregunta, juntando sus frentes —No estás marcado, pero mi lobo siente al tuyo, ¿El tuyo siente al mío?

Izuku cierra sus ojos.

—Lo siente.

—Izuku, para ser honesto lo he estado pensando por mucho, ¿Te... Gustaría que seamos algo formal?

Abre sus ojos con sorpresa y se aparta.

—Puedo terminar con Yaoyorozu en cualquier momento, un bebé no nos obliga a estar juntos...

—¿Qué dirán los demás de ti?

—¿Te parece que en algún momento me importó lo que diga el resto?

Izuku suelta una risa, lo besa.

—Te dije que no sería difícil amarte... Creo que ya caí— Le susurra Shōto sobre sus labios, tomándolo de la cintura para sentarlo a horcajadas sobre su regazo.

—No te muevas, te harás más daño en el hombro— Gruñe el pecoso, haciendo alusión al brazo con tonalidades verdosas.

Shōto ronronea cuando es Izuku quien, por cuenta propia, desabrocha su cinturón para dejar ver sus bóxers azules, meter su mano dentro y sacar su creciente erección.

Le avergüenza admitir que, a veces, un solo beso de Izuku era más que suficiente para hacerlo despertar ahí abajo.

Con su mano libre, toma la mejilla del pecoso, lo acerca a su rostro, le da un piquito y lo guía hacia abajo, el omega sonríe abriendo su boca.

Shōto suspira cuando los cálidos labios empiezan a hacer succión mientras la lengua lo acaricia desde la base hasta la mitad.

Habían practicado mucho y ahora Izuku sabía perfectamente cuáles eran sus puntos sensibles y qué le gustaba, al igual que él sabía los suyos.

Acaricia suavemente su cabello, le encanta la concentración que el menor parece tener cada vez que quiere complacerlo.

El sonido de la boca jugando con su falo solo lo excita más, ya quiere fundirse en su interior por milésima vez, marcarlo, llenarlo con su aroma, si es posible, embarazarlo.

Sí, tener cachorros con Izuku suena bastante bien.

Nada más imaginarse al pecoso con una pancita de embarazo es suficiente para terminar en la boca del omega, que al igual que siempre, traga todo el sem*n que cayó dentro de su boca.

—Amor, no me hagas esperar más y ven acá— Le susurra, Izuku sonríe aún relamiendo sus labios, empezando a desnudarse para posteriormente subirse a su regazo.

Con su mano, toma la punta del pene del bicolor, que ya está duro otra vez, y la sostiene para poder descender sobre él.

Ambos jadean conforme se van uniendo. Shōto lo rodea con su brazo derecho y apega más a su cuerpo para besarlo, Izuku se aferra a él.

Una vez dentro por completo, brotan al mismo tiempo sus feromonas, ronronean, y se dan mimos antes de que el alfa empiece a querer embestir, Izuku sonríe por ello y levanta sus caderas, listo para iniciar aquel delicioso vaivén que tanto les encanta.

Así como sube, baja, con fuerza y rapidez, esa siempre fue la posición favorita de ambos porque sentían que iban más profundo.

El pecoso se sostiene de los hombros de Shōto mientras este sujeta su cintura para no perder el ritmo con cada sentadilla.

El omega muerde sus labios, se siente tan bien, Shōto solo lo observa tomar todo de él y derretirse por ello cada vez que entra y sale, moviéndose en su interior, estrechando cada vez más, una y otra vez.

Cuando el menor se había cansado del esfuerzo en sus piernas y caderas, pero seguía con ganas de más, cambió sus movimientos, ahora eran de adelante hacia atrás, Shōto jadea más porque empezó a jugar con las velocidades, yendo de rápido a lento y viceversa.

—S-Shōto...— Se ahoga con su nombre, el mencionado se apega a su cuello, lo huele, le fascina.

—Déjame marcarte— Suspira contra su piel —Esta vez de verdad... Déjame hacerte mío para siempre. Mío, mío...

Midoriya está cegado por el placer, es su lobo quien toma el control y asiente encantado a que sea Shōto quien lo muerda, ladea su cabeza para darle acceso libre a su cuello, entregándose sumisamente.

Shōto besa, succiona y lame el lugar en donde piensa clavarle los dientes. Sus colmillos pican, sus encías duelen, secreta más saliva, su lobo le exige morderlo.

—¡Shōto! ¡Ngh!

Oír el último chillido del omega llegando al org*smo hace que él también llegue al suyo; al mismo tiempo que se corre dentro suyo y el nudo se forma, muerde con fuerza en su glándula, Izuku gime una vez más ante ello.

Gruñe aún sin soltarlo, dejando ligeras gotas de sangre descendiendo por la nuca y espalda del omega.

Sonríe.

Finalmente es suyo y solo suyo.

Ronronea por ello. Izuku está recostado en su hombro intentando recuperar la respiración, besa su nueva marca empezando a lamer y limpiarla.

Cuando acaba se recarga en el respaldo de la cabecera y cierra sus ojos.

—Creo... Que te quiero más de lo que pensé que haría...— Susurra, Izuku se sonroja por lo dicho y lo abraza más.

Ahora solo debe ocuparse de Momo.

—Yaomomo...— Mina acaricia a la mujer que está echada en la cama con la mirada perdida.

—No lo siento... Mi loba no lo siente desde anoche...

Las demás se miran entre sí con ligera preocupación.

Ese grupo de amigas ya estaba enterado de la infidelidad de Shōto y les preocupaba no solo la situación de la azabache, sino también su embarazo.

Y es que aunque le pidieron que dejara a Shōto con pruebas y todas las señales de que él no la quería, ella insistía en seguir ahí por el bien de su reputación.

—No importa si está con él... Solo no podemos terminar... Debemos estar juntos, es el mejor para mí.

Hagakure, Ochako y Asui miran a Kyōka, la única alfa del grupo, esta baja la mirada y niega, retirándose.

Mina, en cambio, acaricia la cabellera de Momo, quien observa en su celular los últimos mensajes que le envió al bicolor, siendo leídos mas no respondidos.

—Es culpa de Izuku— Gruñe la beta pelirrosa, recordando al omega que se quedó el día de su boda —Todo el mundo sabe que Shōto está contigo, no debió meterse en su relación.

—Mina, Shōto también está en falta— Aclara Tooru —Si no era con el chico, seguro habría sido con alguien más.

—Pero aún así siguen juntos, o sea que Todoroki aún la quiere, lo suyo tiene reparación.

—Momo, tú tampoco eres del todo inocente— Espeta Tsuyu, siendo la más directa de todo el grupo —No debiste perdonarlo la primera vez... Ni ignorar todas las señales. Me he cansado de verte quejándote de que huele a omega, que tiene rasguños, que no llega a dormir o sale de imprevisto, pero nunca haces nada al respecto más que lamentarte por ello.

Todas se quedan en silencio, Tooru y Ochako bajan la mirada estando de acuerdo con aquello dicho.

—Él ni siquiera te toca desde hace meses, dime, ¿Cuánto más piensas seguir así? ¿Qué es lo que te aferra a seguir a su lado? Un bebé no es razón suficiente. Podrán ser padres, pero no por eso va a amarte.

Momo soba su vientre abultado.

No, por supuesto que tener un niño en común no los obligaría a estar juntos; de hecho ni siquiera estando embarazada Shōto estaba ahí... ¿Qué le hace creer que lo estaría cuando naciera?

Todas levantan la mirada cuando la puerta principal suena al abrirse y cerrarse, inmediatamente se ponen nerviosas conforme suenan los pasos por la casa.

La puerta de la habitación se abre, Shōto tiene el rostro serio, las mira una a una hasta dar con Momo, que lo ve con una mezcla de curiosidad y molestia.

Porque ella está algo resentida por él.

Todas notan al instante que el hombre huele distinto, hay algo extraño en él.

Ochako, la única omega marcada en el grupo, jadea como si se hiciera una idea de lo que ocurre.

—Quiero hablar con ella... A solas. Solo tomará un momento, no hace falta que se vayan, saldré nuevamente.

—Vamos, chicas— Suspira Tsuyu levantándose, los demás la siguen, Ochako mira con preocupación a la omega azabache antes de ser la última en salir.

Se hace una idea de lo que sucederá.

Shōto cierra la puerta e ingresa, Momo espera a que empiece a hablar, él termina tomando asiento en el sofá en la esquina de la habitación.

—Vamos a terminar.

—No.

Arquea la ceja, Momo gruñe.

—Tenemos que seguir juntos, estoy embarazada.

—Y no digo que por separarnos significa que no me voy a hacer cargo.

—¿Es por él?

Asiente sin titubear, ella bufa.

—N-no es necesario hacerlo— Se levanta de la cama y se sienta frente a él, en el otro sofá —P-puedes seguir con él, no me molestaría... No te molestaré con eso, ni te forzaré a dejarlo, solo... Debemos casarnos. Somos perfectos juntos... ¿Vas a tirar estos años a la basura? Son cinco años, Shōto... Podemos arreglarlo... Puedo compartirte.

—En todo caso, creo que quien me terminaría compartiendo, sería él, no tú. Serías una intrusa entre nosotros— Suspira metiendo su mano al bolsillo de su blazer —Lo he marcado. Es mío y soy suyo. No hay nada de ti que me interese aparte del niño en tu vientre... Perdón, pero es acá donde separamos nuestros caminos —Termina, sacando el anillo de compromiso y poniéndolo en la mesita.

Ella jadea al notar que, en cambio, tiene otra sortija en su anular.

—Shōto, no puedes hacerme esto, ¿Q-qué dirá la gente de mí? Si mi novio me engaña por un... Don nadie.

Shōto frunce el ceño.

—No discutiré contigo. Perdón por todo, puedes quedarte con la casa y luego hablaremos sobre una pensión y la custodia del bebé... Mientras tanto me quedaré en la habitación de invitados.

—Shōto, no... Tenemos que estar juntos, tu papá así lo quiere, nuestros amigos, los fans...

Él le da una última mirada antes de salir. Ella comienza a hacer una rabieta, tumba la mesa, las lámparas, los adornos. Crea tijeras y corre al armario para deshacerse de la ropa del alfa, se asquea porque huele a otro omega.

Con más ira rasga y destroza sus prendas.

Sus amigas entran e intentan detenerla, ella no lo permite, se siente molesta, frustrada, humillada.

—Yaomomo, cálmate, tu bebé...— Asui intenta hacerla entrar en razón, ella niega.

—¡Lo marcó! ¡Terminó conmigo porque lo ha marcado! No hay nada que pueda hacer. Me lo quitó... Se quedó con él, era mío y me lo quitó...— Sisea furiosa cayendo suavemente sobre el montón de telas rotas y rasgadas, agotada del desastre que hizo desahogándose.

Todas la consuelan, tranquilizan y apapachan.

—Perdón por no mantenerlo a mi lado— Susurra mirando su propio estómago —El héroe número 2 ya no podrá ser tu papá.


—Izuku, has estado algo alejado de la Liga últimamente, pero tampoco hubo mucha diferencia, no te preocupes— Sonríe All For One jugando con el suero.

Izuku suspira tomando asiento frente a él.

—Me dijiste, padre, que cuando quisiera estar con alguien te lo dijera... Que ocultaste mi identidad para que pudiera hacer una vida normal y era libre de irme cuando quisiera.

—Ciertamente, dije eso... Y aunque me entristece porque eres mi único hijo, también quiero verte a salvo... Dime, la marca en tu cuello tiene mucho que ver... ¿No?

El pecoso afirma con la cabeza.

—¿Cómo conociste a tu alfa?

Izuku se queda en silencio, no quiere responder, aquello, por supuesto, no pasa desapercibido por el hombre de mediana edad.

El toque de la puerta los alerta, Izuku se relaja al percibir muy suavemente el olor de Dabi así que permite su entrada.

El pelinegro avanza a paso tranquilo y se para justo al lado de Izuku, pasando su brazo por los hombros de este, buscando darle valor. Sabe que a su enano le costaría confesar todo.

—¿Eres tú?— Pregunta All For One. A Deku y Dabi les recorren escalofríos por las espaldas e inmediatamente se apartan.

—No, papá, te dije que Dabi y yo no tenemos nada.

—Sí, qué asco, para mí él sigue teniendo cinco años.

—¿Entonces?

Dabi le da una mirada a Deku llena de determinación y consuelo a la vez.

—Te ama, puede que se enfade por esto, pero no te hará daño y lo sabes— Vuelve a hablar el azabache viéndolo.

Izuku siente sus piernas temblar, suelta un suspiro y levanta la mirada.

"Si lo digo rápido, me voy rápido".

—Es un héroe, padre.

Y toda la habitación se funde en un tétrico e incómodo silencio, agradece que su padre no tuviera ojos porque jura que podría asesinarlo con la mirada, pero aún así, sabe que puede verlo.

—¿Es un héroe por lo que dejas a la Liga?

Asiente nervioso.

—Padre... E-estoy marcado, y fuera de este vínculo, también siento algo por él... Por favor, no le hagas daño... Déjame estar con él.

Dabi vuelve a acercarse para tomar su mano, dándole un ligero apretón, ambos miran a All For One esperando su reacción.

—¿Quién es?

—El héroe Shōto— Susurra, indeciso en si fuera buena idea compartir aquello.

Otro largo silencio se hace presente, los dos más jóvenes sienten sus manos unidas sudar de los nervios, lo más probable es que Dabi también termine regañado por ser su cómplice.

—Vete, Izuku— El nombrado jadea expandiendo sus ojos —Estás escogiendo seguir el camino de un héroe y no te lo voy a negar... Pero que no se te ocurra volver o cruzarte en mi camino, o haré contigo lo que los villanos hacen con los héroes.

—Papá...

—Te amo, Izuku. Pero si esta es tu elección, por tu bien, debes alejarte de la Liga. Ahora vete.

Izuku se acerca al hombre y lo envuelve en sus brazos, este acaricia sus cabellos.

—Siempre supe que si quería que seas feliz, algún día tendría que soltarte, pero en realidad nunca me preparé para ese día— Susurra All For One para que Dabi no los oiga.

—Gracias, papá, te amo.

Dabi bosteza incómodo por el momento tan íntimo de padre e hijo y mira el techo para distraerse.

Cuando Izuku se hubo retirado, All For One se levanta y camina al laboratorio.

—Libéralo— Ordena.

—¿Q-qué? Pero aún no está listo, señor— Garaki se opone —Aún falta que Tomu-

—Libéralo— Repite —Izuku nos dejó y no creo que pueda mantener la boca cerrada mientras esté del lado de un héroe, así que déjalo libre.

—No, señor. Tomura es mi creación perfecta, solo faltan unos-

All For One sisea, dedicándole una mirada a Himiko, quien se transforma en Muscular y empieza a repartir golpes a diestra y siniestra en la cápsula en la que se encuentra Shigaraki inconsciente.

Garaki solloza intentando detenerla, AFO se da la vuelta para salir.

Chapter 14: Capítulo 14

Summary:

Caos en Japón.

Ya que Izuku se retiró de la Liga, All For One ataca todo, destrozando la ciudad.

Izuku es refugiado en la UA y da apoyo voluntario como médico.

Shōto regresa de la batalla, Momo revela su infidelidad a la familia Todoroki, en medio de una discusión, Izuku se siente mal... ¿Es un aborto?

Chapter Text

Fue cuando se disponía a encontrarse con Shōto que la alerta general empezó a sonar y hubo ligeros sismos.

Shōto obviamente canceló su encuentro por mensaje, pidiéndole que siga las instrucciones de los héroes de rescate y respectivos equipos.

Ya se hace una idea de lo que está pasando.

Pero se supone que aún faltaba para que Shigaraki culminara su transformación, aprovecharía ese tiempo para advertirle a Shōto, ¿Por qué lo habían adelantado? ¿Era porque se fue?

Suena lógico, después de todo, ahora estaba con un héroe.

Era ciertamente incómodo ser llevado al refugio que se formó en la UA por ciertas heroínas que lo miraban y cuidaban como si fuera únicamente obligación y no su vocación.

Bueno, no puede quejarse, son normales aquellas reacciones tomando en cuenta que se metió con el novio de una de sus amigas, al menos cumplen con su labor y no lo dejaron desamparado por el resentimiento.

Apenas pudo ingresar; él al igual que otros, fueron guiados a la enfermería y tópico para prestar servicios a los demás refugiados que iban llegando.

Nunca pensó usar su carrera para el bien, pero debía hacerlo, era de los pocos doctores presentes... Y en cierta parte, se sentía bastante bien ayudando sin fines egoístas o macabros como lo era la elaboración de sus nomus y mejoras para los villanos.

Con el pasar de las horas y de los días sentía mucha incertidumbre por no saber nada de Shōto... O de la Liga.

El terreno era demasiado peligroso para que los medios pudieran documentar todo, así que dependía únicamente de su lazo con el héroe para saber que al menos estaba bien.

Se siente culpable porque la gente a su alrededor está desesperada, el temor los invade, los héroes iban fracasando entregando sus vidas, o llegaban en condiciones críticas, casi debatiendo entre la vida y la muerte, pero su marca le indicaba que Shōto, sin embargo, seguía vivo, estaba bien.

La heroína Yaoyorozu era quien estaba a cargo de su sección, ella no tenía permitido luchar por su embarazo, pero se encargaba de proporcionar implementos tanto para la batalla como para que ellos estuviesen a salvo.

Y sentía la pesada mirada de ella cada vez que él tocaba su marca ante cualquier desbalance de emociones que esta le transmitía.

Shōto, ¿Cómo estás?

Regresa a salvo.


No entiende, ¿Tōya Todoroki? No había forma, su hermano estaba muerto, su padre lo vio morir, todos lo enterraron.

Habrá sido pequeño, pero recuerda claramente haber ido al funeral de su hermano mayor, pero entonces, ¿Quién demonios es ese tipo de cabellera blanca que hacía todo lo posible para acabar con Enji?

En él solo ve venganza, tristeza, odio, un niño herido al que se le crearon sueños para luego destruirlos.

Ve a su antipático padre desgastado, igual de anonadado que él. Enji podrá ser un asco ante sus ojos, pero s pesar se todo, sigue siendo el hombre al que su madre y hermana quieren... El hombre del cual alguna vez quiso oír un "estoy orgulloso de ti". El hombre del cual aún espera oír eso algún día.

No dejaría que muera hasta que eso sucede.

Es por ello que, cuando el héroe número 1, junto a los demás héroes hacen todo lo posible para detener a Shigaraki, él corre al rescate de su padre a enfrentar a Dabi.

Le duele porque no quiere hacerle daño, a sus ojos aún es su hermano, aquel niño de trece años que también era otra víctima más de las aspiraciones egoístas de Enji Todoroki.

¿Cómo iba a hacerlo? Si en algún momento fue su lugar seguro y de niño solo quería escapar para jugsr con él.

—No voy a cambiar, no voy a recapacitar, está de más que intentes que piense en ti como mi hermano o en Endeavor como nuestro padre— Gruñe Dabi —Para mí, él solo es escoria que debe morir... Y tú, su trofeo el cual debo destruir. Así que, si no quieres que te mate, mátame tú. Que seas el alfa de Izuku no hará que sienta piedad, él sabe perfectamente que yo no me detendré hasta conseguir lo que quiero.

Oír el nombre de su omega lo llena de furia, por supuesto, eran amigos... ¿Eso significa que Izuku sabía que eran hermanos? ¿Por qué nunca lo dijo?

Junto a otros héroes extranjeros que llegaron a dar refuerzos cuando todo parecía acabar, fue que finalmente pudo ponerle fin a la vida de su hermano.

No se siente bien, se siente del asco.

Y no porque está cansado, sino porque es la primera vez que acaba con la vida de alguien... Y era alguien prácticamente inocente guiado por el rencor del pasado.

Ni siquiera cuando su padre logra recomponerse y abrazarlo, confesando el miedo que tuvo de perderlo, fue que olvidó las últimas palabras que le dedicó Tōya antes de morir incinerado por su propio fuego azul.

"Cuídalo, hazlo feliz, no lo odies... Sabes de quién hablo".

Por supuesto que lo sabe.

Suspira cayendo rendido en los brazos de su padre.

Y cuando despierta en una sala estéril por el bullicio de la gente, al mirar la ventana, todas las personas a través de ella lo reciben con una sonrisa y mucho apoyo.

A él, a Dynamight, a Chargebolt, a Red Riot, a todos los demás héroes que sí logaron regresar de la batalla.

Esas sonrisas no lo llenan, solo le importa una y ya.

—Shōto.

Su padre, su madre, sus hermanos, todos lo ven aliviados.

—Estuviste inconsciente por seis días, me alegra ver que despertaste— Le sonríe Fuyumi acariciando su rostro, Natsuo revuelve su cabello.

—Tu omega está de servicio, vendrá en cualquier momento— Menciona Enji.

—¿Mi... Omega?— Ladea la cabeza.

¿Ellos sabían de Izuku? No tuvo tiempo para contarles ni a ellos, ni a los medios de su rompimiento con Yaoyorozu, ¿Izuku se los habría dicho? ¿Lo habrían aceptado?

—Ya le dije a Yaomomo, ella vendrá pronto— Sonríe su hermana moviendo su celular.

Ah, claro.

Ella.

—No debiste hacerlo— Sisea queriendo incorporarse, sintiendo dolor en su cuerpo. Casi todo de él está vendado por quemaduras entre segundo y tercer grado, y arden bajo las gasas.

—¡No te levantes!— Su hermano beta lo detiene —Chiyo-san exige que te mantengas en reposo hasta que-

—Estoy bien— Interrumpe negando —Hay algo de lo que quiero hablar con ustedes.

—Shōto...— La puerta se abre, Yaoyorozu ingresa tranquilamente a la habitación, acariciando su vientre, todos sonríen al verla.

—Yaomomo...— Sonríe Fuyumi.

La azabache les hace una leve reverencia antes de acercarse a la camilla del alfa bicolor, él frunce el ceño, ¿Por qué vino? Mejor dicho, ¿Por qué no les dijo que ya habían terminado?

Qué incómodo momento para él.

Ella toma asiento en la camilla y acaricia su rostro, inclinándose para besarlo, convencida de que él no rechazaría su tacto frente a su familia.

Qué equivocada estaba.

Shōto había puesto su palma entre sus labios y su rostro, viéndola con molestia.

—Por favor, no hagas esto— Habla, fuerte y claro, sorprendiendo a todos en la habitación —¿Por qué no les dijiste que terminamos?

Los Todoroki jadean por ello.

—¿Cómo que terminaron, Shōto?— Pregunta su papá, visiblemente enfadado.

—Pero... Están embarazados— Sonríe nerviosa Fuyumi.

—¿Por qué?— Natsuo ladea el rostro.

La única reacción que le importa, es la de su madre, ella espera a que empiece a hablar.

—Sí, Shōto, ¿Por qué no les dices la razón por la cual tú terminaste conmigo?— Momo vio su oportunidad para hacerlo pasar por un momento difícil y no la iba a desaprovechar.

Después de todo, esto no era nada comparado a lo que él hizo con ella.

—Y sé honesto, no digas una excusa como "ya no nos comprendíamos" o que "la relación dejó de funcionar". Di la verdad. Di que fue porque te metiste entre las piernas de alguien más.

Cierra sus ojos para no ver la reacción de su familia, sabe que no es algo de lo que estar orgulloso, jura que Momo sonríe a pesar de no verla.

—Shōto, ¿Puedes explicarlo?— Sisea Enji —No hay manera que lo que diga sea cierto, ¿No?

—Ella tiene razón, padre— Abre sus ojos, enfocándolos en los turquesas de Enji —Estoy con alguien más, me he enamorado de alguien más, fui lo suficientemente imbécil para engañar a Yaoyorozu estando embarazada. Lo he marcado y no hay forma de "arreglarlo" porque, simplemente, no quiero hacerlo.

Todos se quedan en silencio, es Rei quien se acerca y lo mira llena de decepción antes de abofetearlo, haciendo que su palma en el rostro del menor de sus hijos suene como correr con chanclas.

Fuyumi no interfiere, como omega, se siente incluso asqueada de él, Natsuo solo abraza a su madre para calmarla.

Pues aunque también esté furioso con él por haberla cagado a lo grande, seguía siendo su hermano, y seguía estando herido.

—No esperes que aceptemos esa relación, Shōto. Ten por seguro que estarás fuera de la herencia— Escupe Enji —Yaoyorozu seguirá siendo más que bienvenida porque es ella quien tiene a mi nieto. Habré sido una mierda de persona, pero jamás le hice esto a tu madre.

Shōto suspira, no le importa.

Quizás su reacción tan desinteresada es lo que más indigna y molesta a los demás, como si el chico con el que se hubiera enlazado valiera más que todo lo que está perdiendo.

No es así, por supuesto que no, apenas lo conoce, quizás lo está idealizando demasiado, en cualquier momento su burbuja estallaría y se daría cuenta de a quién perdió, en realidad.

El sonido de la puerta los alerta, levanta la vista con entusiasmo al oler las cítricas manzanas a través de ella.

Se incorpora e intenta pararse también, Fuyumi lo detiene para que no haga demasiado esfuerzo, estará muy decepcionada, pero eso no evita que se preocupe por él.

—Shōto...

La puerta se abre, Ochako forcejea con Mina afuera y un omega logra entrar, ignorando a todos para lanzarse a sus brazos, él lo recibe sin dudar ni importarle para nada el dolor en su cuerpo.

—¿P-por qué estás acá?— Sisea Yaoyorozu.

—¿Es él?— Enji intenta acercarse, la mirada filosa y el olor demandante de su hijo lo obligan a retroceder.

—¿El médico?— Natsuo ladea su rostro, reconociendo al tipo que lo atendió en cuanto llegó, y atendió a muchos más.

—¡Suficiente!— Grita Ochako entrando, Asui la sigue y Mina flota en el techo.

—Es suficiente, Yaomomo-chan— Suspira la heroína de traje verde —Midoriya ha querido venir a verte desde el primer día, Todoroki... Pero cada vez que lograba tener tiempo libre después de trabajar con Chiyo-san, Yaomomo-chan y Mina-chan lo detenían, hicieron guardia para que no pudiera verte.

—Esta situación empezó a ser un fastidio, no sé qué es lo que quieren, hagan lo que hagan, no vas a regresar con ella— Gruñe Uraraka —Pero insisten en que deben seguir juntos por el bien del bebé.

Ochako Iida, al estar marcada, sabe lo fuerte y desesperante que puede ser un vínculo cuando no estás con tu alfa, por lo que fue la principal opositora en el estúpido y rencoroso plan de querer separarlos, siendo seguida por Asui, la voz de la razón neutral.

—Es la madre de su hijo, merece todo el respeto y él nada por entrometido— Habla la beta que sigue flotando —Nadie sabe de ti, no eres nada— Mira desde el techo al chico de ojos verdes que se oculta en el pecho de Shōto.

—Fuera todos— Ordena Rei —Esto es un asunto familiar, solo el chico se va a quedar.

Tsuyu se da la vuelta sin dudar, Ochako mira unos segundos antes de salir cerrando la puerta detrás de sí, sacando a Mina como si fuera un globo.

Shōto en ningún momento soltó a su omega, el cual tenía pequeñas lágrimas en los bordes de sus ojos, solo lo acunó resistiendo el dolor de sus quemaduras y emanó su olor para calmarlo.

Izuku esa mañana había amanecido con ciertos dolores y calambres en el vientre bajo, por lo que un apapacho de su alfa era realmente reconfortante ahora mismo.

Toda la melosa escena era observada por una resentida Yaoyorozu y el resto de los Todoroki.

—Has destruido una familia, mocoso— Sisea Rei —Sedujiste a mi hijo aunque él tuviera una pareja.

Por alguna razón, aquellas palabras solo hacían que el dolor en sus entrañas incrementasen, solloza por ello, pero todos asumen que es por las palabras de la albina

—Por tu culpa, mi nieto va a crecer sin un padre.

Otra punzada.

—Me estoy separando de Momo, no de mi hijo, ¿Qué te hace creer que, por no estar con ella, no voy a hacerme responsable ni estar presente?— Responde Shōto.

Más dolor.

Izuku llora, jadea, siente que algo se desgarra dentro suyo.

—Porque si esta mierda no fue capaz de pensar en nuestra relación, ¿Crees que va a pensar en nuestro hijo?— Lo apunta Momo.

Se muerde el labio, ¿Por qué duele tanto?

Shōto parece notar su desesperación, baja su mirada al chico que sigue en su regazo, viéndolo retorcerse y haciendo fuerza para no gritar.

—¿Izuku?

Niega, no sabe que le pasa.

—S-Shōto...— Fuyumi abre bien los ojos, mirando al chico, más específicamente, su entrepierna, el resto jadea.

Hay sangre.

¿Por qué sale sangre del pecoso?

Shōto entra en alerta.

—¡Llamen a Recovery!— Grita.

Natsuo corre hacia afuera.

Con todas sus fuerzas y aguantando el ardor en su cuerpo, Shōto logra levantarse, tomar a Izuku en brazos y ponerlo en la camilla.

Todos tienen una mirada entre estupefacta y preocupada.

Izuku gimotea y solloza en la camilla, apretando la mano de su inquieto alfa.

A los segundos, Natsuo regresa con la ancianita, la cual trae una bata azul para pacientes y se la pone al chico por encima de la camiseta, mientras le ordena a Shōto retirar sus pantalones y ropa interior.

Está alarmado, ¿Por qué hay tanta sangre?

—¿Qué le pasa? ¿Por qué sangra? ¿Está embarazado? ¿E-es un aborto? ¿Hay algo que se pueda hacer para evitarlo?— Se le quiebra la voz al bicolor con solo pensar en ello.

Sí, quería cachorros con Izuku, pero en el futuro, cuando se haya separado por completo de Momo y la situación se hubiera calmado... Y parece que ahora lo estaba perdiendo.

Quizás era su karma por engañar a Momo, quizás era su karma por haber sido tan descuidado, quizás era su karma por ser tan egoísta.

—No es un aborto— Explica Chiyo poniéndose los guantes.

—¿E-entonces?— Pregunta el omega que suda y gruñe.

—Dilatación cuatro...— Murmura —Chico, tu bebé ya viene en camino.

—¿Qué?

Doble Moral [Tododeku] - Togamichi - 僕のヒーローアカデミア | Boku no Hero Academia (2024)

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Name: Francesca Jacobs Ret

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Job: Technology Architect

Hobby: Snowboarding, Scouting, Foreign language learning, Dowsing, Baton twirling, Sculpting, Cabaret

Introduction: My name is Francesca Jacobs Ret, I am a innocent, super, beautiful, charming, lucky, gentle, clever person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.